Desde hace tiempo, los océanos del mundo están experimentando una crisis sin precedentes. Ahora, una investigación realizada por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), demostró que durante el último año, las temperaturas oceánicas batieron récords de temperatura día tras día.
Joel Hirschi, jefe asociado de modelado de sistemas marinos en el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido, señaló que el aumento de la temperatura de la superficie del mar durante 2023 indica que el equilibrio climático de la Tierra está fuera de control. Y lo que es aún peor, esta tendencia continúa su marcha en lo que va de 2024.
De acuerdo con los expertos, el incremento en las temperaturas de la superficie oceánica se relaciona de forma estrecha con el fenómeno del calentamiento global provocado por las emisiones de gases contaminantes como el dióxido de carbono y el metano.
Las actividades humanas que se basan en la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural o el carbón, contribuyen enormemente a la exacerbación del cambio climático que experimenta el planeta. Pero además, eventos climáticos naturales como El Niño, que produce un aumento de las temperaturas oceánicas, han agudizado el problema en los últimos años.
¿Cuánto ha subido la temperatura de los océanos en los últimos años?
Solo en 2023, la temperatura media mundial de los océanos tuvo una suba de 0,25 grados Celsius. De acuerdo con Gregory C. Johnson, oceanógrafo de la NOAA, este aumento es equivalente al que en condiciones normales sufrirían los océanos ¡a lo largo de dos décadas! Este exagerado incremento es una prueba de la magnitud y la rapidez de lo que está sucediendo en las aguas marinas en los últimos tiempos.
Desde hace años, organizaciones ambientalistas como Oceana y Greenpeace, han destacado la necesidad de que los gobernantes del mundo tomen medidas urgentes para frenar el cambio climático y sus consecuencias para los océanos y la Tierra. Pero para que los gobiernos y las industrias reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero y adopten prácticas sostenibles es necesario que toda la población se una a este reclamo.
Arrecifes de coral, las primeras víctimas del aumento de la temperatura oceánica
No hay dudas de que quienes primero han sentido en carne viva los efectos del aumento inusitado aumento de las temperaturas oceánicas son las especies marinas. El impacto más devastador de todos tiene que ver con el blanqueamiento de los arrecifes de coral. Y es que el estrés térmico causado por el calor extremo lleva a los corales a expulsar las algas simbióticas que les proporcionan color y nutrientes, lo que acaba provocando su decoloración y eventual muerte.
En los últimos 20 años, la Gran Barrera de Coral de Australia, un ecosistema marino de más de 2300 kilómetros de largo que es conocida como “el ser vivo más grande del planeta”, ha sufrido múltiples episodios de blanqueamiento masivo. Científicos del gobierno australiano confirmaron recientemente el séptimo evento de este tipo desde 1998 mediante un informe realizado a través de imágenes aéreas.
Además, datos de la herramienta Coral Reef Watch de la NOAA prueban que esta amenaza para los ecosistemas marinos se extiende mucho más allá de Australia: se cree que existe la posibilidad de que en los próximos meses se produzca un ¡cuarto episodio mundial de blanqueamiento masivo de corales!
Cuando un arrecife de coral se blanquea, no solo ellos se ven afectados. Cientos de especies de invertebrados y peces dependen de los corales para sobrevivir. Los corales funcionan como alimento y refugio para estos seres. Y al desaparecer, impactan su capacidad de reproducirse, y los vuelven más propensos a sufrir enfermedades y, en consecuencia, a morir.
Daños colaterales a los seres humanos
Pero las especies marinas no son las únicas afectadas por el calor oceánico excesivo. Cuando la temperatura de los océanos aumenta, esto genera las condiciones necesarias para que también se incremente la potencia e intensidad de los huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos.
Esto sucede porque la energía adicional proporcionada por las aguas cálidas puede alimentar la formación y el desarrollo de huracanes, aumentando la probabilidad de que se formen tormentas más destructivas y peligrosas. Como ya se ha visto a principios de 2024 en México, la exacerbación de estos eventos catastróficos representa un riesgo para las comunidades costeras y la infraestructura de cientos de países de todo el mundo que es necesario evitar.
Es por eso que proteger los océanos no solo es vital para la supervivencia de la biodiversidad marina, sino también para que las comunidades más humildes no deban enfrentar amenazas para los que no se encuentran preparados.