Muchas especies están en peligro de extinción o corren un gran riesgo de desaparecer. Sin embargo, algunas resisten mejor que otras gracias a los esfuerzos de preservación implementados. Este es el caso de la ballena común.
La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza evalúa el grado de amenaza que enfrentan las especies animales en el mundo, incluídas las que habitan los océanos.
Según la última actualización de la lista, algunas especies estarían en proceso de recuperación. La ballena común forma parte de estos pocos privilegiados, pasando del estado de «en peligro» a «vulnerable». Si bien esta precisión puede parecer insignificante, aporta un poco de esperanza en un contexto complicado para la conservación de las especies animales.
En Colombia, también se han logrado avances significativos en la conservación de la fauna marina. Gracias a los esfuerzos concertados entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades locales, especies emblemáticas como la tortuga carey han mostrado signos de recuperación.
Estos esfuerzos incluyen la creación de áreas marinas protegidas, programas de reintroducción y la implementación de prácticas sostenibles que buscan mitigar las amenazas causadas por la pesca ilegal y la contaminación.
La experiencia colombiana demuestra que con voluntad y cooperación, es posible revertir el declive de las especies marinas y restaurar los ecosistemas naturales.
La ballena común por fin a salvo
El Balaenoptera physalus, más comúnmente conocido como ballena común, pertenece a la familia de las ballenas grises. Es el segundo animal más grande del mundo, solo detrás de la ballena azul.
Aunque fue cazada durante siglos por su aceite y grasa, su población casi se ha duplicado en los últimos 40 años. Se estima que la especie cuenta hoy en día con cerca de 100.000 ejemplares adultos, lo que le permite ser considerada «vulnerable» y ya no «en peligro».
Esta nueva actualización de la Lista Roja de la UICN ilustra el alcance de las acciones de conservación, a través de las mejoras de estado constatadas para la ballena común », estima Inger Andersen, Directora General de la UICN.
Estos éxitos de conservación son la prueba de que los esfuerzos ambiciosos y concertados de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil pueden revertir la tendencia de la pérdida de especies. A la cabeza de estas medidas de conservación, la prohibición de la caza, principal flagelo de la ballena común, que permite a la especie reconstruirse poco a poco.
Sin embargo, si bien el futuro parece bastante prometedor, aún no se ha ganado nada. Otras amenazas pesan sobre la ballena común: el calentamiento global, las colisiones con barcos y los enredos en las redes de pesca.
Varias especies en vías de extinción
Otras especies siguen una tendencia similar. Recientemente, los tigres de Nepal y los gorilas de montaña han visto mejorar la situación de su especie.
Según los resultados de un censo realizado por el Departamento de Parques Nacionales de Nepal y otras organizaciones de conservación, el número de tigres nepalíes ha aumentado en casi un 20 % en los últimos 4 años, pasando de 198 a 235.
Los científicos esperan que este éxito inspire a otros países a aumentar sus esfuerzos para proteger esta especie.
En cuanto a los gorilas de montaña, ahora se consideran «en peligro». Si bien el término parece negativo, y lo es, la especie ha recorrido un largo camino: hasta ahora estaba listada entre las especies «en peligro crítico de extinción» en la Lista Roja de la UICN.
Al igual que las ballenas comunes, este cambio de estatus parece mínimo, pero ilustra una verdadera toma de conciencia de las poblaciones y organizaciones en la preservación de la fauna salvaje.