El calentamiento global afectará probablemente al cerebro de los peces

El calentamiento global afectará probablemente al cerebro de los peces

Los peces expuestos a aguas más cálidas tendrían un cerebro más grande, pero menos eficiente, según un estudio reciente.

Cuanto más aumentan nuestros conocimientos sobre el océano y el calentamiento global, más nos damos cuenta de hasta qué punto puede perturbar los ecosistemas mundiales. 

Ya sabíamos que el cambio climático hace más frecuentes los fenómenos meteorológicos extremos, al tiempo que afecta a la capacidad de los bosques para almacenar carbono y producir oxígeno, lo que luego contribuye a la acidificación de los océanos…

Pero un nuevo estudio publicado en el Journal of Experimental Biology sugiere añadir un nuevo elemento a la lista de consecuencias del calentamiento global: podría afectar al cerebro de los peces. 

El calentamiento global afecta al cerebro de los peces

Los investigadores querían saber cómo podía afectar el aumento de las temperaturas en ríos y lagos de agua dulce al desarrollo y metabolismo de los peces. Para averiguarlo, estudiaron cómo los pececillos, peces de la familia Cyprinidae, la más común en aguas dulces.

Los pececillos están acostumbrados a aguas de unos 14 grados y los investigadores estudiaron cómo reaccionaban cuando se les exponía a aguas más cálidas. 

Más concretamente, los peces fueron expuestos a una temperatura del agua en torno a los 20 grados, la temperatura prevista del agua dulce en el hemisferio norte en caso de calentamiento global pronunciado. ¿El resultado?

Los peces criados en aguas más cálidas desarrollaron, de media, cerebros más grandes. En particular, la región de la médula larga parece estar más desarrollada en los peces criados en aguas cálidas que en los demás. Pero, sorprendentemente, este desarrollo cerebral podría ser signo de un cerebro menos eficiente.

Las aguas más cálidas aumentan el metabolismo de los peces

Los investigadores también observaron que los peces criados en aguas más cálidas tenían más dificultades que los demás para realizar determinadas tareas. 

En concreto, tenían menos éxito a la hora de localizar su comida en un laberinto. Esto significa que probablemente les resulte más difícil orientarse e identificar y alcanzar a sus presas en aguas abiertas.

La explicación podría venir de un cambio metabólico. De hecho, la zona cerebral sobredesarrollada -la médula larga- en los peces criados en aguas cálidas es la responsable de un cierto número de funciones metabólicas autónomas: ritmo cardíaco, regulación de la presión sanguínea, oxigenación, etc.

Es probable que el desarrollo de esta zona cerebral sea un signo de una mayor demanda metabólica del agua caliente. 

En otras palabras: vivir en aguas cálidas es más exigente para los peces, ya que gastan más energía y contribuye al desarrollo de la larga médula del cerebro. 

Además, esta energía consumida con fines metabólicos deja de estar disponible para otras zonas del cerebro, responsables de funciones cognitivas más desarrolladas, como la orientación.

Calentamiento global y cerebros de peces más grandes: Implicaciones ecosistémicas

Este estudio es uno de los primeros que identifican las profundas modificaciones fisiológicas que el cambio de temperatura del agua puede tener sobre los peces y la biodiversidad. 

Y si estos impactos pueden parecer, a priori, poco importantes, lo cierto es que conllevan el potencial de consecuencias mayores y sistémicas en toda la cadena de ecosistemas de la que forman parte los peces.

De hecho, el hecho de que los peces tengan más dificultades para orientarse o encontrar a sus presas podría provocar rápidamente una disminución de la población de peces o poner en peligro la supervivencia en determinados ecosistemas. 

En estas circunstancias, cadenas alimentarias enteras pueden verse potencialmente modificadas.

Así, otros estudios sobre peces han puesto de relieve que los cambios de tamaño inducidos por el calentamiento global podrían perturbar las redes alimentarias marinas y las cadenas tróficas. 

En ecosistemas ya profundamente modificados por las actividades humanas, y que se verán aún más afectados por el calentamiento global, tal descubrimiento dista mucho de ser trivial.