El 98% del tráfico de Internet pasa por cables submarinos. Sin embargo, a pesar de su importancia estratégica para la información y para el control de infraestructuras vitales como presas, centrales eléctricas y plantas de agua potable, estos conductos digitales son poco conocidos.
Su impacto medioambiental o la soberanía que representan también son poco conocidos.
Cables en la profundidad de los océanos
Sumergidos en las profundidades de los océanos y mares del mundo, unos 500 cables forman el centro neurálgico de nuestra sociedad digital a nivel global, pero también en Argentina.
En 2024, unos 1,4 millones de kilómetros de cables conectarán continentes y zonas insulares o aisladas.
Los cables submarinos, infraestructuras estratégicas
Se distribuyen a lo largo de tres ejes principales, para que se hagan una idea de cómo están trazados los cables. El eje transatlántico, es decir, Europa-Estados Unidos, el eje Europa-Asia, que pasa por el Canal de Suez, y el eje transpacífico, Asia-América.
Mapa de los cables submarinos
Su escasa presencia en los debates públicos desmiente su importancia estratégica. Actualmente hay más de 5.000 millones de usuarios de Internet en todo el mundo, y el 98% del tráfico mundial de Internet pasa a través de cables submarinos.
Se trata de una información inestimable tanto para los ciudadanos como para las empresas y los gobiernos.
La transmisión de información también es vital para el control de determinadas infraestructuras, como presas, plantas potabilizadoras o centrales eléctricas, cuyos sistemas de gestión suelen estar automatizados.
Reforzar el crecimiento digital
La tecnología digital está en pleno auge. En los países de la OCDE, el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha crecido tres veces más rápido que el conjunto de la economía.
Este dinamismo está siendo impulsado por el despliegue de las tecnologías de computación en la nube, el 5G, los objetos conectados y el auge de determinados usos, como los servicios de streaming, las redes sociales y los videojuegos en línea.
Nuestra demanda de servicios digitales sigue creciendo, sobre todo de la mano de los principales actores de Internet, como Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft, así como Netflix, Airbnb, Tesla y Uber. Estas empresas de la nube y proveedores de contenidos representan más del 70% del uso total mundial de ancho de banda, según un informe de 2024.
La demanda de ancho de banda, además, se triplicó con creces entre 2019 y 2023, alcanzando los 5 petabytes por segundo, o 5.000 terabytes por segundo (Tb/s).
Cables submarinos cada vez más potentes
Este apetito insaciable de datos se satisface, en la medida de lo posible, con el desarrollo de nuevos cables submarinos de fibra óptica cada vez más potentes (actualmente la tecnología preferida).
La mayoría de los cables desplegados en los últimos años se han diseñado con una capacidad superior a 100 Tb/s, mientras que antes la mayoría de los cables en servicio tenían una capacidad de 30 a 70 Tb/s.
Mientras el sector sigue limitado por las restricciones físicas de la transmisión por fibra óptica, la alternativa por satélite, como los proyectos de constelación de satélites encabezados por Starlink, de Space X, sigue siendo demasiado poco competitiva. La proliferación de cables e infraestructuras asociadas (estaciones de cable, puntos de presencia de operadores, centros de datos) permite superar estas limitaciones.
Mientras que en 2014 había unos 263 cables en servicio, en 2022 esta cifra se acercará a los 450, y entre 2017 y 2021 habrán entrado en servicio más de 87 nuevos servicios, señala el informe. Para 2024, se espera que estén en desarrollo unos cincuenta proyectos de cables submarinos.
Los nuevos actores, los gigantes digitales, son los que más están invirtiendo en cables submarinos para garantizar su soberanía.