Huella hídrica: definición, problemática y cálculo

Huella hídrica: definición, problemática y cálculo

¿Qué es la huella hídrica? ¿Cómo se define y se calcula? ¿Cuáles son los diferentes criterios y aspectos relacionados con la huella hídrica?

Huella hídrica: definición

La huella hídrica es una medida de la cantidad total de agua necesaria para producir bienes y servicios o para gestionar organizaciones, así como para absorber la contaminación del agua generada por estas actividades. 

Incluye el agua utilizada directa e indirectamente para producir materias primas, energía, fabricar productos o servicios y distribuirlos, así como para tratar los residuos.

¿Cómo se calcula la huella hídrica?

La huella hídrica utiliza métodos similares en principio a los utilizados para la huella de carbono o el balance de carbono. Consiste en cuantificar todos los flujos de agua asociados a las operaciones de un producto, servicio u organización.

Existen varios métodos para calcular la huella hídrica. Los más conocidos son los de la Water Footprint Network («Indicador de escasez de agua»), el método Pfister («Índice de estrés hídrico») y el método AWARE («Relative Available Water Remaining»). 

El método AWARE es el más utilizado y el recomendado en el marco europeo. Sin embargo, es el método de la Red de la Huella Hídrica el que recibe mayor cobertura mediática.

Estos métodos consisten esencialmente en calcular los volúmenes de agua consumida y/o extraída en cada etapa del ciclo de vida de un producto o servicio. 

Según el método, la huella hídrica también puede incluir información sobre los impactos medioambientales e hidrológicos, o sobre la contaminación generada en los recursos hídricos y sus consecuencias.

Agua verde, agua azul, agua gris

El método de la Red de la Huella Hídrica calcula el agua utilizada para producir un bien o servicio distinguiendo entre tres tipos de agua:

Agua azul, que se refiere al agua superficial, subterránea o de red que se bombea o capta para su uso en la producción de bienes y servicios. Esto puede incluir el agua utilizada para el riego de cultivos, la generación de electricidad a partir de centrales hidroeléctricas o el agua utilizada en procesos industriales.

Agua verde, que se refiere al agua de lluvia almacenada en los suelos que se utiliza para la producción de cultivos sin riego artificial, así como el agua utilizada para el riego que no contribuye al agotamiento de acuíferos o reservas de agua.

Las aguas grises, que se refieren al volumen de agua necesario para tratar y limpiar las aguas degradadas por la producción del bien o servicio en cuestión.

Estos tres tipos de agua se suman para obtener la huella hídrica global, pero no tienen el mismo impacto hidrológico o ecológico.

Huella hídrica: directa o indirecta

La mayoría de los métodos de cálculo de la huella hídrica tienen en cuenta tanto el agua utilizada directamente (es decir, las aguas superficiales y subterráneas que se extraen para un uso específico) como indirectamente (es decir, el agua que se utiliza para producir, por ejemplo, la electricidad empleada en los procesos de producción). 

Se mide en volumen de agua (generalmente en metros cúbicos, que pueden convertirse en litros).

El análisis de la huella hídrica directa e indirecta permite comprender mejor qué etapas del ciclo de vida de un producto o servicio generan el mayor impacto sobre el agua.

Huella hídrica: el ejemplo de una camiseta de algodón

Para comprender mejor la problemática de la huella hídrica, podemos tomar el ejemplo de la huella hídrica de una camiseta de algodón de 250 gramos, elaborada según el método de la huella hídrica AWARE.

Esto demuestra que una camiseta consume alrededor de 1.340 litros de agua a lo largo de su ciclo de vida. Este impacto puede desglosarse aún más:

El 91% del agua consumida en la producción, distribución y uso de una camiseta procede del cultivo del algodón, la materia prima.

el 7% procede de la fase de uso de la camiseta, en particular del lavado durante su ciclo de vida.

el 2% procede de la propia fase de producción (hilado, tejido, etc.).

Una vez realizada esta cuantificación, se puede utilizar éste método de cálculo de la huella hídrica para identificar la intensidad del impacto que representa el agua consumida. 

El impacto varía en función del lugar donde se consumen los volúmenes de agua en cuestión. 

Consumir agua en una zona árida no tiene el mismo impacto que consumirla en una zona donde los recursos hídricos son abundantes. 

Por lo tanto, aplicamos a los volúmenes utilizados un coeficiente que refleja la escasez del recurso. 

En este caso, con algodón producido principalmente en India o Asia Central, los coeficientes de escasez (factores de privación de agua) son elevados. Esto multiplica el impacto: una camiseta consume el equivalente a 42.000 litros de agua.

La huella hídrica y la medición del impacto

La huella hídrica es una herramienta importante para evaluar el impacto de nuestros patrones de consumo sobre los recursos hídricos y para fomentar prácticas de producción y consumo más sostenibles. 

Ayuda a concienciar a particulares, empresas y gobiernos sobre los problemas del agua y a gestionar mejor este recurso vital para el futuro del planeta.

De esta forma, y cuando existe una creciente presión sobre los recursos hídricos como consecuencia del calentamiento global, la huella hídrica se está convirtiendo en una de las cuestiones clave de sostenibilidad para las empresas. 

En particular, para hacer frente a las sequías que afectan cada vez a más regiones del mundo, necesitamos desarrollar nuevas formas de producir y consumir agua, por lo que es esencial comprender cómo afecta nuestro sistema económico a los recursos hídricos.