Cuáles son los grupos de especies exóticas de los océanos que se encuentran en peligro y porque algunos casos presentan consecuencias sensibles para todo el ecosistema.
Son muchas las razones por las cuales las especies exóticas peligran. El cambio climático y prácticas humanas no amigables con el medio ambiente ponen en riesgo a muchas variedades de animales y el hábitat oceánico no es la excepción.
Según el último informe de la organización internacional World Wildlife Fund las poblaciones de peces son las más amenazadas. En concreto, según advierte la entidad son los tiburones y las rayas quienes más se encuentran en lucha constante por su supervivencia.
Año a año se renuevan las listas de las especies exóticas que especialistas y ambientalistas claman por su protección. Algunos casos específicos generan mayor impacto por la urgencia que revisten.
¿Cuáles son los ejemplares sobre los cuales sería necesario aplicar programas de preservación de emergencia? ¿Cuáles son las posibles consecuencias y qué puede suceder con los ecosistemas marinos?
Cuatro especies exóticas en alerta
Distintos informes de prestigio mundial ponen el foco sobre especies exóticas que requieren planes de protección en los océanos.
Cada año se renueva la observación sobre animales marinos que están en situación vulnerable. Por un lado, sufren los daños que les generan los cambios climáticos. Por otra parte, también reciben ataques parte de las conductas humanas no responsables para con la naturaleza.
Existen algunas especies exóticas propias de los océanos sobre las cuales se ha declarado el peligro de extinción:
- Tortuga Carey: Oriundas de la Isla Milman al noreste de Australia. Factores como el cambio de temperatura del agua a causa de la crisis climática y la pesca ilegal son algunas de las principales causas. Por esta razón se ha declarado a la Gran Barrera de Coral como zona protegida. A pesar de estas medidas preventivas desde 1990 y hasta el año 2018 se registró un alto nivel de desaparición en este grupo de tortugas. La proyección de extinción que han decretado los científicos está prevista para el año 2036.
- Esturión Beluga: Este espécimen crece y se desarrolla en aguas del Océano Atlántico. Se trata de una especie de crecimiento muy pausado, con un periodo de procreación realmente lento. De hecho, para que unas camadas de esturiones den a luz a su próxima generación pasan aproximadamente diez años. Sucede que estos animales migran desde el mar hacia al río para depositar sus huevos. Por esta razón, la intervención artificial de su hábitat en cuanto a la instalación de represas los pone en peligro. A esto se suma la recolección ilegal de sus huevos que tienen un alto precio en euros por cada kilo. Al momento, los programas de protección no están prosperando a favor de esta especie exótica.
- Ángeles de mar: Estos moluscos forman parte de la cadena alimenticia de los océanos constituyendo un eslabón fundamental. Esta especie de la misma familia que los caracoles son una de las principales fuentes de alimentación de las ballenas, entre otras. En este caso, el principal problema es que es un grupo que, a su vez, se alimenta de otro, como lo son las mariposas marinas. Se estima que la desaparición de ambos se puede llegar a producir en cadena hacia el año 2050.
- Pingüino barbijo: A causa de la grave crisis climática que sufre la Antártida ya se registra un 61% en la disminución de esta especie exótica. La medición se verificó en el período comprendido entre 1980 y 2019. La causa fundamental es que no pueden obtener krill, la base de su alimentación. Los motivos de este desajuste en el ecosistema son el cambio climático, pero también la pesca indiscriminada justamente del krill. Por esta situación los pingüinos se reproducen cada vez menos y se encuentran en peligro de extinción.
Se agrega también el caso de los corales sobre los cuales hay avisos reiterados desde hace años. Sucede que esta especie exótica se encuentra arrasada por las variaciones climáticas del agua a causa del calentamiento global. Según la ciencia está confirmado que su potencial extinción modificaría de forma irreversible la biodiversidad marina.