Las redes fantasma son redes de pesca perdidas o abandonadas que pueden tardar siglos en romperse. Mientras tanto, pueden dañar los delicados ecosistemas marinos y enredar y matar a la fauna salvaje.
Los mares y océanos están en peligro por diversas razones. Una de las menos conocidas son las redes fantasmas. Nos sumergimos en el tema para saber más sobre las consecuencias de este flagelo.
Enemigas del océanos: las redes fantasmas amenazan la fauna marina
El tema de las redes fantasmas abandonadas en medio del mar es particularmente preocupante en algunas zonas. Una de ellas es Malasia.
En 2015, una ONG local empezó a formar a voluntarios para que retiraran las redes fantasma que aparecían en los arrecifes de coral y las playas de la isla de Tioman, en Malasia. La ONG también creó una línea directa en la que cualquiera puede denunciar el avistamiento de una red fantasma.
Entre 2016 y 2012, los voluntarios recuperaron un total de 145 redes fantasma con un peso de 21 toneladas métricas de las aguas de la isla Tioman. Analizando los datos de estas recuperaciones, un nuevo estudio identificó un pico de redes fantasma durante la pandemia COVID-19.
Los autores reclaman una mejor aplicación de las leyes contra la pesca ilegal, una regulación más estricta de la compraventa de redes y medios más cómodos para que los pescadores se deshagan de las redes que ya no les sirven.
El Parque Marino de la Isla Tioman, en Malasia, famoso por sus arrecifes de coral y su vibrante vida marina, se enfrenta a una amenaza silenciosa pero potente: las redes fantasma.
Estas redes de pesca perdidas o abandonadas suelen estar hechas de plástico y pueden tardar siglos en descomponerse. Mientras tanto, pueden dañar ecosistemas delicados y enredar y matar a la fauna marina.
Las redes fantasma se estudian ampliamente en todo el mundo, pero la información local es escasa. Para colmar esta laguna, los científicos analizaron los datos de un programa de retirada de redes fantasma en la isla de Tioman. Sus conclusiones, publicadas en abril en The Palawan Scientist, revelaron una tendencia al alza de las redes fantasma en las aguas que rodean la isla e identificaron patrones en su origen.
Las redes fantasma son un problema recurrente en Tioman. La principal diferencia ahora es que tenemos buzos locales entrenados que responden rápidamente cada vez que se informa de una red.
En 2015, Reef Check Malasia puso en marcha el Grupo de Conservación Marina de Tioman , un grupo de voluntarios locales formados para retirar redes fantasma de los arrecifes y playas de la isla Tioman.
La ONG también puso en marcha una línea directa en la que cualquiera puede denunciar el avistamiento de una red fantasma. Una vez que los buzos del TMCG obtienen suficiente información, se hacen a la mar para iniciar el proceso de retirada.
Este proceso puede ser arduo, dependiendo del tamaño de la red y de la extensión del enredo, y requiere cuidado para evitar más daños al sustrato y a los animales atrapados. Existió un caso en el que siete personas tardaron medio día en extraer una red de 800 kilos de un arrecife de Tioman.
También había muchos peces, cangrejos y una tortuga que se habían enredado y ahogado. No lo olvidaré porque fue extremadamente difícil cortarla del arrecife y sacarla del agua.
Un pico pandémico de redes fantasma en el mar
Entre 2016 y 2012, el TMCG recuperó de las aguas de la isla un total de 145 redes fantasma con un peso de 21 toneladas métricas.
Analizando los datos de estas recuperaciones, el estudio identificó un pico de redes fantasma durante la pandemia COVID-19, cuando la pesca se consideraba un servicio esencial. Mientras que el equipo recuperó entre 8 y 14 redes anuales entre 2016 y 19, el número se disparó a 24 en 2020 y a 39 en 2022.
Muchos que habían perdido ingresos debido a las fronteras de control de movimiento se volcaron a la pesca durante este período. Pero carecían de habilidades y conocimientos sobre el mar, los caladeros o cómo utilizar correctamente las redes de pesca.
Un estudio descubrió que la mayoría de las redes habían llegado a la deriva desde barcos que pescaban ilegalmente dentro de la zona marina protegida o legalmente fuera de ella.
Él y sus coautores escribieron que el aumento de la presión policial puede llevar a los barcos que pescan ilegalmente a abandonar precipitadamente sus redes para huir de las autoridades.
Contaminar el océano, matar la fauna
Los arrecifes de coral son especialmente vulnerables a las redes fantasma porque, además de romper directamente los corales de crecimiento lento, las redes también bloquean la luz solar, de la que dependen los corales para fabricar su alimento, matándolos lentamente.
Las redes fantasma también atrapan una gran variedad de vida marina, como tortugas marinas, delfines, tiburones y ballenas.
Los animales más pequeños nadan directamente hacia las redes sin darse cuenta del peligro, mientras que los más grandes pueden quedar atrapados al intentar alimentarse de los animales muertos atrapados en las redes.
En enero de 2023, se recibió una llamada sobre una red fantasma. Cuando el equipo de retirada del TMCG llegó al lugar, encontró una red enredada en un arrecife con nueve tiburones bambú (Chiloscyllium punctatum) entre los animales atrapados en su interior.
Es tristemente frecuente encontrar tiburones enredados en redes fantasma, ya que vienen a alimentarse del resto de vida marina que queda atrapada en las redes. La única parte positiva de esta historia es que pudimos liberar a cinco y sólo cuatro habían muerto ya. Ojalá hubiéramos llegado antes, lamentaron los rescatistas.
El problema de las redes fantasma no se limita a la isla de Tioman. Un estudio de 2022 en Science Advances reveló que anualmente se pierden en el océano 2.963 km2 de redes de enmalle, 75.049 km2 de redes de cerco y 218 km2 de redes de arrastre, una superficie casi tres veces mayor que la del estado de Hawai.
Lugares como el Mar Negro en Turquía y Sadeng en Indonesia enfrentan problemas mucho mayores, con miles de redes llegando a sus costas cada año.
La muerte de un tiburón de arrecife atrapado en una red fantasma en Tioman ilustra la gravedad del problema, destacando la necesidad urgente de normativas más estrictas y soluciones efectivas para la eliminación adecuada de redes.
Los expertos coinciden en que es esencial implementar medidas para prevenir y retirar las redes fantasma, protegiendo así los ecosistemas marinos y las comunidades que dependen de ellos.