Navegantes limpios : Las ballenas, nuestros gigantes climáticos

Navegantes limpios : Las ballenas, nuestros gigantes climáticos

No hay mayor espectáculo en el mundo que ver una ballena desde una embarcación, a metros nada más. Saber que bajo la superficie del océano, el mismo océano que lleva su barco, vive esta inmensa criatura majestuosa, es sencillamente fascinante. Hay ballenas de muchos tamaños, pero si ha tenido la suerte de ver una ballena azul o jorobada, sabrá apreciar su impresionante enormidad. 

Las ballenas no son solamente majestuosas, son fundamentales para nuestros océanos

Lo que la mayoría de nosotros no sabe es que su tamaño también es responsable de lo que consideramos una de las historias más cautivadoras de la naturaleza: las ballenas desempeñan un papel enorme en la regulación de nuestro clima: son los gigantes del clima.

La razón por la cual las ballenas son los gigantes del clima

Empieza de forma sencilla: como las ballenas son enormes y la materia orgánica está compuesta principalmente de carbono, transportan enormes cantidades de carbono en sus cuerpos. Hasta 30.000 kg para ser exactos.

A medida que las ballenas crecen, este carbono se elimina de la atmósfera y, por tanto, no calienta nuestro planeta. 

Cuando las ballenas mueren (a la respetable edad de 50 años en el caso de las jorobadas y de 80 en el de las azules), se hunden en el fondo del océano y se llevan consigo todo ese carbono, que queda enterrado en nuestros fondos marinos durante miles de años. 

Lo que ocurre allí es increíble: 30 toneladas de alimento llegan a un lugar donde la vida es oscura, misteriosa y extraña, pero próspera a pesar de todo. Pero ésa es otra historia. 

Sobre todo, queremos hablar de ballenas vivas. Porque 30 toneladas de carbono no es nada comparado con lo que eliminan de nuestra atmósfera cuando están vivas. Es una historia interesante y compleja en la que intervienen tres de los elementos más maravillosos de su historia: la bomba, los excrementos y el plancton.

Los impactos climáticos de su vida

Característica 1: La bomba

Entre otras cosas, son navegantes limpios beneficiando el océano y a todos los habitantes de la tierra también. Cuando las ballenas se alimentan, se sumergen a grandes profundidades para encontrar los nutrientes que necesitan. 

Cuando salen a la superficie a respirar (son mamíferos, recuerda), liberan enormes plumas fecales flotantes. Esta es una forma científica de decir que hacen enormes «cacas» y que estos excrementos flotan. Estamos hablando de hasta 200 litros de excrementos: nunca subestimes los movimientos intestinales de una ballena. No parece muy limpio por ahora, pero veamos. 

Característica 2: Excrementos

Los excrementos que se liberan pueden ser malolientes, pero también son un manjar: el hierro y el nitrógeno que contienen son exactamente lo que necesita nuestro tercer protagonista para prosperar: el fitoplancton.

Característica 3: Fitoplancton

El fitoplancton son pequeñas algas que viven en la superficie del océano. Se nutre de nitrógeno y hierro, por lo que le encanta el estiércol de ballena. 

Allí donde las ballenas se alimentan y llevan nutrientes a la superficie mediante su acción de bombeo, abunda el fitoplancton. Y el fitoplancton destaca en dos áreas: absorbe enormes cantidades de carbono de la atmósfera Y produce enormes cantidades de oxígeno.

Así que las ballenas están detrás de una proeza de ingeniería ecológica que ninguna start-up de Silicon Valley podría superar. Su genialidad es inimaginable. 

Veamos algunas cifras:

Los investigadores han calculado que las ballenas eliminan de la atmósfera tantos gases de efecto invernadero como cuatro selvas amazónicas juntas.

Es decir, 26.800.000 km2 de bosque, tres veces la superficie forestal de Estados Unidos. En el proceso, el fitoplancton oceánico produce aproximadamente la mitad de todo el oxígeno de nuestra atmósfera.

Cada segundo que respires, puedes agradecérselo a nuestros océanos y a este magnífico ciclo que tiene lugar en ellos.

Amenazas para las ballenas

Pero donde hay protagonistas, habrá antagonistas. En nuestra historia, son muchos. Cada uno de ellos representa una amenaza para las ballenas y, por tanto, para los servicios de captura de carbono y producción de oxígeno que prestan.

Amenazar a las ballenas significa amenazar nuestro clima. Veamos los cinco principales antagonistas que amenazan la vida de las ballenas y, por tanto, la fragilidad de nuestros ecosistemas oceánicos:

La maraña de redes de pesca abandonadas

Las flotas pesqueras tiran las redes viejas por la borda o las pierden por completo. Al quedar a la deriva en nuestros océanos, ballenas, delfines y otros animales se enredan en ellas y pierden su capacidad de alimentarse, reproducirse y migrar.

Colisiones con barcos

Nuestros mares están cada vez más transitados, y algunas de nuestras rutas marítimas más transitadas se extienden a lo largo de zonas de alimentación o cría de ballenas. Desorientadas por el ruido de los buques, las ballenas son incapaces de evitar su trayectoria a tiempo y no sobreviven al impacto.

Caza de ballenas

Aunque cuestionada y en declive, la caza de ballenas se sigue practicando. La reciente masacre en las Islas Feroe en 2020 es un sombrío ejemplo de ello y da fe de que esta práctica está lejos de extinguirse.

Contaminación

La sopa de plástico y la contaminación reducen considerablemente la cantidad de alimentos sanos a los que tienen acceso las ballenas. La disminución de las poblaciones es el resultado obvio.

Contaminación acústica

La comunicación a través del sonido es esencial para las ballenas. Les ayuda a alimentarse, navegar, socializar y cuidarse unas a otras. 

A medida que aumenta el ruido submarino de los barcos, las perforaciones, la minería y los oleoductos, las ballenas pierden su capacidad para realizar estas tareas vitales.

Si queremos salvar el clima, tenemos que salvar a las ballenas. Y aquí es donde la trama se complica: una perspectiva muy interesante sobre la conservación de las ballenas es que, en realidad, ¡tienen un gran valor económico!

¿Y si las ballenas tuvieran trabajo?

Dado que secuestran carbono y que la eliminación de carbono tiene un valor en el mercado internacional, las ballenas deberían ser remuneradas por sus servicios. 

Ralph Chami, del Fondo Monetario Internacional, ha calculado que cada ballena individual presta servicios de eliminación de carbono con un valor económico de hasta ¡2.000.000 de dólares!

Si tuviéramos que poner precio a una ballena, estaríamos hablando de ¡2 millones de dólares! 

Pero las ballenas no aceptan tarjetas de crédito ni dinero por sus servicios. Simplemente nacieron para hacer lo que hacen. Así que este dinero debería destinarse a su conservación y a la regeneración de los ecosistemas en los que prosperan…