Producción de la pesca marítima por zonas oceánicas

Producción de la pesca marítima por zonas oceánicas

Segunda parte

Como analizamos en la primera parte de este tema, hay mucho por reestructurar y desarrollar en cuanto a la pesca en nuestros océanos. Que sea sustentable es clave pero ¿qué otras cuestiones se pueden analizar?

Producción y especies 

La producción mundial está dominada por los peces marinos, que representan las tres cuartas partes de las capturas. 

A pesar de la diversificación que se ha producido en los últimos 20 años, la pesca mundial explota un número reducido de especies: la mitad de la producción se basa en 70 especies.

Sólo una decena de especies superan el millón de toneladas, con una fuerte representación de los pelágicos: pequeños pelágicos (anchoa, arenque, caballa, faneca, sardina y sardina) y túnidos (listado y rabil). 

La producción de pescado blanco se basa en el abadejo de Alaska, el bacalao del Atlántico y, en los últimos años, un pez de aguas profundas, el pez espada. Esta especialización hace que el sistema de producción sea vulnerable a las variaciones climáticas.

El dominio de la producción por las especies pelágicas está ligado al desarrollo de la industria molinera desde los años 70, una verdadera fiebre por capturar peces pequeños, numerosos y de reproducción rápida para la fabricación de harinas y aceites, lo que a menudo les vale el nombre de peces forrajeros. 

Estos pequeños peces pelágicos se utilizan para alimentar a los animales de granja en tierra (cerdo, aves de corral) o en el mar (salmón). La presencia de grandes pelágicos como el atún está vinculada al desarrollo de la pesca de atún a gran escala en los océanos tropicales como respuesta a la disminución de la productividad del pescado blanco de las pesquerías tradicionales (Atlántico Norte). L

a mejora de las técnicas de captura (arrastre pelágico, cerco, etc.) y de los buques adaptados (arrastreros de popa o atuneros cerqueros) ha contribuido a la expansión de las pesquerías mundiales, con cambios en las cuotas respectivas de las especies producidas.

 ¿Se vislumbra el fin de la revolución pesquera?

La desigual distribución de la actividad pesquera en el mundo no refleja la desigual presencia del recurso. La demanda económica y social, los hábitos alimentarios y los medios técnicos de captura y distribución del pescado difieren de un país a otro y de una comunidad a otra. 

En las proximidades de un recurso marino, algunas comunidades se organizan para utilizarlo, mientras que otras no lo hacen.

Un pescado global

El siguiente mapa muestra la concentración de la producción en Asia, seguida de Sudamérica y Europa. 

Los datos muestran que 25 países representaban más de 8/10 partes de la producción, y solo 10 países el 60% de las capturas hacia el 2011. Son los países con plataforma continental y/o talud y donde se encuentran los principales núcleos de población los principales productores de pescado.

La geografía de la producción pesquera se ha diversificado. Durante mucho tiempo, los países industrializados dominaron la producción mundial (Japón, Estados Unidos, Europa, URSS) porque disponían de los medios técnicos para producir, transformar y comercializar sus productos. 

Desde 1985, sin embargo, los países emergentes han ido alcanzándolos y superándolos. Se pueden aducir dos factores explicativos. 

El primero es la aplicación de la Ley del Mar, que estableció zonas económicas exclusivas que determinan la propiedad nacional de los recursos vivos o minerales en un radio de 200 millas náuticas (unos 370 km) de la costa. 

El efecto de esta medida ha sido desarrollar las flotas nacionales y someter a las flotas extranjeras al acceso a los derechos de pesca. 

A menudo, las nuevas flotas pesqueras nacionales reciben ayudas de las compañías navieras de los países industrializados a cambio del acceso de sus flotas a las zonas y recursos marítimos nacionalizados. 

Se transfiere tecnología tanto para mejorar las flotas pesqueras como las actividades de transformación, con lo que se deslocalizan ciertas actividades portuarias: así es como muchas conserveras europeas se han instalado en África Occidental (proximidad de los recursos, mano de obra abundante y barata). El segundo factor ya se ha mencionado, con el desarrollo de la pesca industrial y de las pesquerías especializadas en pequeños pelágicos.

Países y pesca global

Los principales países productores de pescado en 2011 y la posición de Asia

Asia sigue siendo el mayor productor mundial, con la mitad de la producción mundial. Japón, gran productor y consumidor, está siendo sustituido por otros países que producen para satisfacer la demanda interna o para ganar divisas exportando su producción. 

China se ha convertido en el primer productor mundial, alcanzando más de 15 Mt desde 2010, frente a 9 Mt en 1980. 

Con la adición de grandes volúmenes de acuicultura (más de 33 Mt), China representa ahora un tercio de la producción mundial. 

Las Américas son el segundo continente productor, con una fuerte presencia en Perú y Chile, y por supuesto Estados Unidos, donde la producción está muy diversificada. 

México, Argentina y Brasil se han convertido en productores clave, capaces de exportar debido a su bajo consumo interno, y decididos a conceder derechos de pesca a flotas extranjeras. 

Europa sigue siendo un centro importante de producción y consumo, pero la política común europea de gestión y desarrollo de los productos del mar no puede ocultar la dispersión de medios y resultados. 

En el continente africano se ha avanzado poco, con la excepción de algunos países como Marruecos y Sudáfrica. Las aguas africanas siguen siendo utilizadas para la reconversión de las flotas europeas y asiáticas en virtud de derechos de pesca a menudo vinculados a transferencias de tecnología y cánones. 

Estos acuerdos suelen estar mal adaptados a los contextos locales, ya que los cánones casi nunca van a parar a las poblaciones costeras que los necesitan, y la ausencia de una autoridad de control hace pensar que estos acuerdos venden principalmente derechos de saqueo a flotas industriales que amenazan la existencia de la pesca costera y artesanal. 

Esto es clave a la hora de armar una red de control y una estrategia para proteger el océano y producir una pesca respetuosa con el medio ambiente.