La economía azul es importante para América Latina y la Argentina debido a que importantes industrias de todo el mundo dependen de la calidad y la salud de los océanos e influyen provocando que la riqueza oceánica mueva anualmente entre US$3 y US$6 billones.
Si se toma a la economía azul como una economía nacional, ocuparía el séptimo lugar más importante a nivel global. En ese sentido, el océano es el mayor ecosistema del mundo, teniendo en cuenta que cubre el 705 del Planeta, brinda el 50% del oxígeno que se consume y actúa como el mayor sumidero de carbono.
El hecho de que varias industrias dependan de los océanos, incluye el empleo y todos los servicios vinculados con este y con los mares, entre los que se encuentran el transporte marítimo, la pesca, las energías renovables. la construcción de puertos, el turismo y las infraestructuras costeras.
¿Cómo surge el término “economía azul”?
El concepto nació a partir del economista belga Gunter Pauli, que fue el primero en hablar sobre esta idea en 2009, en su libro titulado “La economía azul”, que consta de un informe que realizó para el Club de Roma.
En dicho informe se buscaba fomentar un modelo económico que tuviera como eje central el respeto por el medio ambiente y en ese sentido, daba cuenta de 100 innovaciones que incluyen maneras sostenibles de producción o de aprovechamiento.
Este libro se designó como alternativa a la economía verde que para Gunter ha generado un sistema productivo con ciertas prohibiciones, con precios elevados que permiten que solo un sector social pueda elegir y acceder a lo ecológico.
Ante este escenario es que se empieza a trabajar con la idea de hacer con lo que se tenga.
Teniendo en cuenta que el 70% de la población vive al lado del mar y no lo está aprovechando, sino que lo usan como un basurero, se puede utilizar este espacio natural para muchas otras actividades, más allá de la pesca y la minería.
Es de esta forma que con ciertas acciones se puede perfectamente regenerar manglares, los bosques de algas para obtener alimento, para obtener energía o para tener agua potable.
Algunos ejemplos de responsabilidad medioambiental
El caso de un proyecto con base en Mar del Plata, centrado en la cría de larvas de mosca como alimento para la piscicultura obtenidas a través de los desechos de los mataderos.
El caso de la marca RapaNui, que es una isla que depende 100% de la importación de la energía del exterior y donde se desarrolló un plan de generación de energía eólica pero con cometas, no con molinos. Esto permitió generar energía eólica las 24 horas del día y no solamente cuando hay un viento que toca el molino.
¿Por qué es importante para América Latina y para el mundo?
La Tierra no puede vivir sin océanos y mares saludables. Los mares absorben un 30% del dióxido de carbono del mundo, en tanto que el fitoplancton marino genera el 50% del oxígeno necesario para la supervivencia.
Además, son esenciales para el bienestar social, ya que más del 40% de la población mundial, 3.100 vive a menos de 100 km del océano o del mar en unas 150 naciones costeras e insulares.
En el caso de América Latina, con un promedio de 240.000 km de costa, un 27% de la población depende directa o indirectamente del océano y sus riquezas.
A través de actividades como la pesca sostenible, la producción de energías renovables o el ecoturismo, estos países han podido incrementar las tasas de empleo y el buen saneamiento, reduciendo la pobreza, la malnutrición y la contaminación.
En ese aspecto, se busca mejorar la calidad de vida de todas las personas que viven de alguna forma relacionadas o vinculadas al mar, cuya supervivencia depende del océano y de sus recursos.
Por ejemplo, si se facilita el desarrollo turístico de una región, implementando un turismo sostenible con el uso adecuado de las playas, los manglares y todos los arrecifes de coral; esto va a mejorar la vida de todas las personas que viven allí. En ese sentido, el aspecto ambiental y social están intrínsecamente relacionados.
En América Latina existe un grave problema de agua potable. Con la inserción de proyectos de economía azul se trata de tener agua potable, tener alimento de circuito corto, tener energía renovable y tener gas de algas. De este modo, se puede dar respuestas a necesidades básicas en plazos cortos de tiempo.
En resumen, cabe destacar que la economía azul va ganando terreno. Es cuestión de tiempo y de animarse a explorar, investigar y utilizar de forma correcta los elementos que ofrece la naturaleza.