Qué sucede con las ostras a causa de la acidificación de los océanos

Qué sucede con las ostras a causa de la acidificación de los océanos

A causa del calentamiento global la composición química del agua se transforma y las ostras, entre otras especies, se encuentran amenazadas. Cuáles son los efectos colaterales sobre los que advierte la ciencia en cuanto a la afectación de la biodiversidad en los mares y las noticias más sorprendentes de resiliencia animal.

La acidificación de los océanos es un verdadero problema para la vida de las especies que habitan los mares. Tal es el caso de las ostras, entre otras variedades, que sufren las transformaciones que ocurren en el agua a causa del calentamiento global. 

De este modo, la reproducción, el desarrollo y la supervivencia de animales marinos se ven gravemente afectados. En algunos casos, la situación es más grave por la propia vulnerabilidad de algunos ejemplares en particular. 

En este caso, las ostras no forman parte de los conjuntos con mejor poder de adaptación. Así lo han demostrado las más recientes investigaciones llevadas a cabo por el Instituto Swire de Ciencias Marinas y la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Hong Kong.

Según los investigadores estos moluscos tienen severas complicaciones en cuanto al cambio del PH en el agua. Por cierto, esto es lo que sucede cuando la acidificación de los océanos se intensifica. 

El trabajo de los científicos dio por resultado que el PH más bajo en el agua es la causa por la cual se reproducen más ostras hembras que machos. Como estos animales carecen de cromosomas, son mucho más sensibles la composición química de su hábitat al momento de conformarse su sexo. 

De este modo, si se proyecta el futuro reproductivo de la especie en proporción a cómo se está dando la acidificación de los océanos, el resultado es claro: Habrá cada vez más ostras hembras, cada vez menos machos y en un momento ya no tendrán posibilidad de continuar su reproducción. 

Este es solo uno de los casos que más resuena de posible inminente peligro de extinción en el futuro a mediano y largo plazo a causa del calentamiento de las aguas. De hecho, no solo en los mares ya que en el agua dulce las especies también se encuentran bajo amenaza.

Especies en peligro de extinción, no solo en los mares

Además de todas las especies que están a poco de ingresar en zona de protección a causa de la acidificación de los océanos, hay muchas más en otros cauces hídricos. En el caso de la fauna de agua dulce también hay condiciones por demás delicadas. 

Según un informe presentado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza el 24 por ciento de las especies de ríos y lagos peligran. En este sentido, la fauna de estos espacios presenta datos alarmantes. A continuación, algunos de los indicadores más serios que expone el reporte:

  • Uno de cada cuatro ejemplares está en situación de vulnerabilidad
  • Las principales causas son la contaminación acuífera
  • Entre los agentes más nocivos que se detectaron en las cuencas están los insecticidas agrícolas y los elementos de construcción 
  • La pesca ilegal y la introducción de especies de otros hábitats también cuentan como actividades humanas que aumentan el riesgo 
  • Hay 2.300 especies amenazadas y entre las más complicadas están los peces y las libélulas
  • El 54 por ciento de los animales que están bajo alerta son amenazados por eventos contaminantes y el 39 por ciento sufre los efectos de la falta de agua

En el presente la actualización de la llamada “Lista Roja de las Especies Amenazadas” se encuentra en proceso de actualización, lo cual incluye agua dulce y agua salada. Mientras tanto, algunos ejemplares, realmente han asombrado por su resiliencia… 

El caso del Golfo de Maine

En el actual contexto de advertencias científicas por la acidificación de los océanos surgió una noticia sorprendente que da cuenta de la resiliencia de los animales. La información proviene del Golfo de Maine, al noreste de Estados Unidos

Allí, las comunidades de peces han dado muestras de su permanente capacidad de adaptación a los desafíos que les presenta el cambio climático. A propósito, uno de los institutos de investigaciones oficial de la zona verificó que las poblaciones de lubinas negras y abadejos aumentaron. 

De igual modo, otras especies como el bacalao rojo también sostuvo su condición, al igual que la langosta del estado. Consultados sobre las razones de este poder de adaptación los científicos afirmaron que sus dietas más amplias y su capacidad de variación de hábitat los hace más resilientes.  

Lo real es que no todos los especímenes cuentan con la misma buena fortuna que los que habitan el Golfo de Maine. Por esta razón hoy la acidificación de los océanos convoca a todas las voces de los foros ambientalistas a reclamar las emergencia por las especies amenazadas.