Un nuevo estudio halla microplásticos en la brisa marina de la costa

Un nuevo estudio halla microplásticos en la brisa marina de la costa

Un nuevo estudio sugiere que la brisa marina podría estar devolviendo a tierra hasta 136.000 toneladas de plástico al año. Este estudio constituye un hito importante en el seguimiento del destino de los microplásticos en los océanos.

¿Qué son los microplásticos y dónde se encuentran?

A pesar de ser tan diminutos que nuestros ojos no pueden detectarlos, los microplásticos, es decir, los pequeños trozos de plástico de menos de cinco milímetros, son una gran preocupación para la vida, la biodiversidad y un planeta sano.

Se han encontrado microplásticos contaminantes en todas partes, desde agua del grifo y botellas de agua potable, heces humanas y polvo doméstico hasta insectos y especies marinas, en fuentes de aguas subterráneas, en ríos salvajes franceses, en zonas de montañas remotas como los Pirineos, en las regiones más profundas de los océanos como la Fosa de las Marianas e incluso en el hielo del Ártico.

Ahora, gracias a investigadores de la Universidad de Strathclyde y la Universidad de Toulouse, también se han encontrado partículas micro plásticas en la brisa marina de la tierra.

Un nuevo estudio halla microplásticos en la brisa marina de la costa

Utilizando lo que denominaron un «captador de nubes» o, más técnicamente, un colector de nubes que se colocó en la cima de una duna de arena, los investigadores recogieron brisa marina de la playa de Mimizan, en Aquitania (Francia), y la analizaron.

En el estudio se recogieron diferentes muestras de agua de varias direcciones y velocidades del viento, incluida una tormenta y niebla marina. Tras analizarlas, los investigadores descubrieron que los microplásticos presentes en la brisa marina medían entre 5 micrómetros y hasta 140 micrómetros. La niebla marina provocada por el oleaje produjo los recuentos más elevados: 19 partículas de plástico por metro cúbico de aire.

Los datos recogidos y las conclusiones a las que llevaron arrojan luz sobre la posibilidad de transmisión del océano a la atmósfera. 

Los autores creen que es posible que el plástico pueda ser «arrastrado atmosféricamente por la acción de las burbujas/expulsión de chorros de forma similar a los aerosoles de sal marina y otras partículas oceánicas.

La brisa marina en tierra ayuda a que los microplásticos se desplacen

Parece que algunas partículas de plástico podrían estar saliendo del mar y entrando en la atmósfera junto con sal marina, bacterias, virus y algas. 

Los resultados del estudio ayudan a explicar parcialmente el misterio de adónde va a parar el plástico de los océanos. El estudio proporciona una respuesta relevante a la pregunta: “¿qué ocurre con el plástico una vez que llega a la superficie del agua?“.

Se trata de una pregunta relevante porque se sabe que grandes cantidades de residuos plásticos, unos 8 millones de toneladas, entran en el agua del océano cada año y que se calcula que sólo 240.000 toneladas flotan en la superficie del agua.

La comunidad científica está estudiando modelos de transporte y hundimiento del plástico oceánico con el objetivo de averiguar hacia dónde y cómo viaja el plástico. 

Sin embargo, como dice el Dr. Allens, el mecanismo de transporte es bastante complicado, sabemos que el plástico sale de los ríos al mar, parte va a los giros, parte se hunde y va a parar al sedimento, pero la cantidad en el fondo marino no coincide con la cantidad de plástico que formaría esta ecuación. Hay una cantidad de plástico que falta.

Ahora el estudio codirigido por el Dr. Allen ayuda a dar una respuesta al enigma de los microplásticos: algunos microplásticos podrían estar volviendo a tierra por el rocío marino cada año. Hasta 136.000 toneladas de microplásticos, para ser más exactos.

La necesidad de gestionar los residuos plásticos y la contaminación

Comprender mejor lo que ocurre con el plástico y el microplástico es clave para encontrar una solución a los diversos problemas que causan. 

Sin embargo, aplicar el principio de precaución y atajar el problema en su origen es clave para evitar que surjan problemas en primer lugar.

No cabe duda de que hemos gestionado mal los residuos procedentes del medio terrestre. Se calcula que el 10% de todo el plástico producido se pierde en el mar cada año, lo que significa que entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico entran en los océanos desde zonas costeras y terrestres, y que hasta el 92% tiene un tamaño <4,75 mm, según sugiere un estudio.

El plástico llega a los océanos de tres formas distintas. Si encontramos una solución a cada uno de estos problemas, junto con alternativas al uso del plástico, estaremos más cerca de resolver el problema del plástico:

¿Cómo llega el plástico al océano? 

  • Plástico que se tira a la basura en lugar de reciclarse y que el viento acaba llevándose a los vertederos;
  • Basura tirada en las calles que vuela hasta las regiones acuáticas o que es arrastrada por las aguas pluviales hasta los desagües que, en última instancia, acaban en los océanos;
  • Basura arrojada por los inodoros, desde toallitas húmedas, bastoncillos de algodón o productos cosméticos hasta microfibras que se liberan en los cursos de agua cuando lavamos la ropa en la lavadora.

Brisa marina contaminada y una llamada urgente a cuidar el océano

El hallazgo de microplásticos en la brisa marina no sólo revela un ciclo de contaminación más amplio de lo que imaginábamos, sino que plantea nuevas preguntas sobre el alcance de su impacto ambiental. 

La urgente necesidad de abordar este problema en su origen, reduciendo el uso de plásticos y mejorando la gestión de residuos, es ahora más evidente que nunca. 

Las soluciones deben ir más allá de lo técnico; deben ser un compromiso global para proteger nuestros ecosistemas y, en última instancia, nuestra salud.