¿Y si mañana hubiera más plástico que arena en nuestras playas? ¿Y nos hubiéramos acostumbrado? Esa es la visión distópica que nos ofrece Racoon Stew con motivo de la nueva ronda de negociaciones internacionales para poner en marcha un tratado de lucha contra la contaminación por plástico. Pero, ¿en qué punto nos encontramos hoy?
Los océanos, en cualquier instancia de vacaciones en la que hayamos estado, nos hablan por sí solos: los plásticos son un problema. Ya no en el fondo del mar sino en la arena, a la vista de todos.
Y la elección de la playa no es un factor determinante. Cada año, miles de voluntarios, movilizados trabajan para limpiar las playas del mundo.
Entre los principales objetos recogidos figuran botellas de plástico (el primer plástico de un solo uso que se encuentra en las playas europeas), envases de alimentos, filtros de cigarrillos, bolsas, corchos, etc.
Residuos que pueden durar siglos. Y al descomponerse, se convierten en microplásticos. Muy difíciles de recuperar, contaminan el agua y el suelo y son ingeridos por la flora y la fauna.
Tanto la producción de plástico como la contaminación aumentan a un ritmo casi exponencial.
La producción de plástico ya ha pasado de 2 millones de toneladas en 1950 a más de 430 millones de toneladas en 2020. Y aún peor: no se detendrá y se espera que supere los mil millones de toneladas en 2050 si continúa a este ritmo.
Más plástico que peces en los océanos en 2050
5 billones de trozos de plástico (más de 150 millones de toneladas) flotan ya en nuestros océanos.
Si no se hace nada, en 2050 habrá más plástico que peces en los océanos, según un estudio de la Fundación MacArthur y el Foro Económico Mundial.
En 2025, los océanos podrían albergar una tonelada de plástico por cada tres toneladas de pescado. Después, en 2050, el plástico será mayoritario.
Todavía a mediados de siglo, la masa total de plástico podría ser el doble del tamaño de todos los mamíferos vivos, y el 80% de todo el plástico que se haya producido estará en el medio ambiente.
Por ello, la ONU negocia actualmente un tratado internacional para combatir la contaminación por plástico. La puesta en marcha o adopción de lo que allí se decida está prevista para el primer semestre de 2025.
¿Podemos pensar en evitar este futuro distópico salvando los océanos con acciones concretas, coordinadas e internacionales?
La imagen que comparte el dibujante antes mencionado de una playa abarrotada más de plásticos que de arena podría convertirse en una realidad desalentadora si no se toman medidas drásticas. Un dibujo que “pega“ fuerte en la toma de consciencia ya que las playas representan uno de los ecosistemas más vulnerables y visibles afectados por la contaminación por plástico.
Salvemos nuestros océanos, nuestras playas y nuestro planeta.