Porqué la contaminación lumínica en los océanos es un problema para los ecosistemas y lo que dictamina la ciencia que se puede hacer al respecto. Los efectos negativos que causa sobre la fauna marina.
La contaminación lumínica en los océanos afecta a muchas especies y a los ecosistemas en general. Se trata de la afectación de la oscuridad natural en las zonas marinas por la invasión de la luz artificial.
Esta situación, por supuesto, altera la calidad de vida de las especies animales y también altera a las vegetales en sus procesos de crecimiento y reproducción.
Dadas las modificaciones que produce la contaminación lumínica en los océanos la ciencia ha realizado observaciones sobre cuáles son los impactos más contundentes:
- Migración de las especies por desorientación
- Reducción de los índices de reproducción en la fauna
- Daño sobre las comunidades de arrecifes de coral
- Desorientación en las aves que producen accidentes
- Modificación en el crecimiento del fitoplancton

La contaminación lumínica en los océanos es una problemática que se profundiza a medida que avanza la urbanización y, por eso, los especialistas levantan sus alertas.
¿Cuáles son las peores consecuencias? ¿Qué sugieren los investigadores como próximas medidas a tomar para revertir esta situación? ¿Cuáles son las especies más afectadas?
La contaminación lumínica y la fauna
La contaminación lumínica en los océanos perjudica a todas las especies, en particular a la fauna marina. Lo que ocurre es que la luz artificial altera los ciclos naturales y biológicos y eso, por supuesto, genera un impacto negativo.
Respecto a los animales que viven en las costas y hasta 200 metros de profundidad, como por ejemplo las aves y otros organismos, son quienes más se afectan.
Algunos ejemplos de esta situación es la alteración de los corales en sus períodos de desove. También las algas están generando migraciones verticales fuera de lo esperable.
Otro caso, tal vez uno de los más difundidos, es el daño que sufren las tortugas marinas. Para estos especímenes el problema grave es la desorientación de las crías.
Sucede que los nacimientos se producen en la orilla. Cuando están en condiciones de introducirse en el mar se dirigen hacia la luz, lo cual en condiciones naturales sería hacia el horizonte.
En la actualidad, y a causa de la contaminación lumínica, muchas crías de tortugas marinas no pueden avanzar en la dirección correcta y corren serios riesgos. De hecho, se ha registrado un gran número de muertes de estos ejemplares a causa de emprender el camino en el sentido contrario.
La permanencia de las pequeñas crías de tortugas en la playa es un verdadero peligro para ellas ya que pueden sufrir depredación por parte de otras especies. También están expuestas a ser víctimas de colisiones y accidentes a causa de la actividad humana.
Con las aves pasa algo similar cuando los pichones realizan sus primeros vuelos. La luz artificial los desorienta y chocan contra edificaciones, paredes, antenas o carteles.
Siempre es importante aclarar que los ciclos biológicos de todas las variedades que viven en los océanos son fundamentales para la preservación de los ecosistemas.

Por todas estas razones desde distintos foros ambientalistas se solicita con urgencia tomar medidas para controlar los efectos lumínicos en las zonas costeras. Para eso, es fundamental comprender que sucede con la vida en los océanos y escuchar a la ciencia…
Lo que propone la ciencia sobre la contaminación lumínica
A partir de la creciente problemática que se verifica a causa de la contaminación lumínica en los océanos, diferentes voces autorizadas se han expedido al respecto. Tal es el caso de los investigadores de la Universidad de Sevilla.
A partir de distintas experiencias sobre contaminación lumínica en océanos lo primero que se propone es rehabilitar a las aves marinas que ya fueron afectadas. Para esto, se puede utilizar como opción alternativa el refugio en centros de conservación hasta que pueda procederse a su reinserción.
Como una cuestión más de fondo se subraya que es fundamental implementar controles en cuanto a las luminancias. Para eso, lo primero que hay que hacer es establecer normativas locales. Además, adaptar los sistemas lumínicos es esencial.
Por último, pero no menos importante, un punto del sentido común es crear conciencia para descartar la iluminación en lugares donde realmente no se necesita.

La contaminación lumínica en los océanos es un tema más a resolver de todos los que urgen en la preservación de los ecosistemas marinos. Sin dudas, será un punto del que se continuará conversando y mucho en el futuro inmediato.