Los alcances del derrame de combustible en las aguas de Ecuador. Los datos oficiales del impacto que tuvo en la naturaleza y para las comunidades. La afectación de la salud pública y las voces que confirman que este episodio hubiese sido evitable.
El pasado 13 de marzo Ecuador se encontró con la noticia del derrame de petróleo en la provincia de Esmeraldas. A causa de la rotura de un sistema de entubado se produjo un vertido que generó una importante contaminación en los ríos Caple, Viche y en el mismo Esmeraldas.
A pesar de las alertas, el desastre ambiental continuó 9 días después con un segundo evento que complicó aún más la situación. El resultado fue una crisis ambiental y humanitaria sin precedentes en toda la población local.
A lo largo de más de 80 kilómetros del sistema acuífero se perdió toda posibilidad de ofrecer suministro a las comunidades de Cube, Chinca, San Mateo, Mahua, Tachina y las mismas Viche y Esmeralda.

Es importante aclarar que muchos de estos poblados ya se encontraban en situaciones de vulnerabilidad en cuanto a condiciones de pobreza y de marginalidad sanitaria. En este contexto, el derrame de petróleo constituye una verdadera emergencia real que requiere soluciones urgentes las cuales aún son reclamadas por distintas organizaciones.
El derrame de petróleo de Ecuador en cifras
La información oficial sobre el derrame de petróleo de Ecuador se encuentra en actualización permanente. Al momento, los datos publicados provienen de un reporte llamado Evaluación Inicial de Necesidades, también conocido como EVIN:
- 113 personas afectadas económica y materialmente y/o sin acceso a agua potable y daños sanitarios
- 37 del total son mujeres y 44 mil niños, niñas y adolescentes
- Como respuesta a la crisis el gobierno de Ecuador entregó 2.400 bonos de dinero en efectivo
- En total hay 37 comunidades con necesidades urgentes
- El 31 por ciento de los ciudadanos alcanzados por los efectos del desastre debieron abandonar el hogar
Un dato surgido de los referentes de la zona es que, en medio de esta crisis por el derrame de petróleo, han surgido organizaciones delictivas y hechos graves de violencia.
Mientras tanto, llegaron a las zonas de los hechos organizaciones internacionales abocadas a brindar ayuda. El Equipo de las Naciones Unidas para la Coordinación y Evaluación en Casos de Desastres, mencionado como UNDAC, se presentó para ofrecer seguridad alimentaria y soluciones de salud.
Las consecuencias en salud pública por el derrame de petróleo en Ecuador
A causa de la contaminación del agua por la presencia del crudo en los viaductos las poblaciones de las zonas anegadas han manifestado síntomas que dan cuenta de cuadros severos en la salud:
- Problemas respiratorios por inhalación de sustancias tóxicas
- Enfermedades estomacales por presencia de agentes contaminantes en el agua y en los alimentos con signos como diarreas, vómitos y náuseas
- Afecciones cutáneas, lesiones en la piel e infecciones causadas por contacto con el petróleo
- Peligro por la seguridad alimentaria con consecuencias a largo plazo

Por otra parte, otro tema grave, es que todos los puntos geográficos afectados son pueblos pesqueros. Esto significa que, en el presente y por mucho tiempo, no tienen posibilidad de dar curso a sus medios de vida tradicionales.
Esta cuestión a largo plazo generará más pobreza, hambre y desnutrición con todas las consecuencias sociales que eso conlleva. Por otra parte, las organizaciones humanitarias denuncian que las personas no están recibiendo información, lo cual genera aún más caos.
En medio de toda esta coyuntura, surgieron voces que se preguntan ¿El derrame de petróleo se pudo haber evitado?
En principio, está probado que no es el primer evento de esta característica que ocurre en Ecuador. Ya en el año 2015 hubo un episodio en Recinto Cupa en el cual se intoxicaron las aguas del río Zapotal. Luego, en 2023, se repitió la problemática en la vía Robo-Cube.
Pero, previamente, en el año 1998, aconteció un incidente en el cual se adjudicó un derrame de petróleo a los efectos de la Corriente de Niño que estaba en curso durante aquel período. Más aún, en ese momento, por el combustible disperso, hubo un incendio de magnitudes considerables del que aún hasta hoy la población ecuatoriana tiene recuerdos.
Al momento de indagar la situación actual, se verificó que el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología de Ecuador había ofrecido una alerta. En los primeros días de marzo el organismo advirtió que entre el 12 y el 17 de ese mes podría suceder un evento meteorológico con consecuencias severas en los cauces hídricos.
Además, la institución puso a Esmeraldas como uno de los posibles puntos en los que era necesario tener más precaución.
Con evidencias firmes sobre la falta de previsión, de planificación y de cuidados sobre la población, hoy las condiciones de vida de miles de personas se encuentran en riesgo y a la espera de soluciones.