Con la entrada en vigor del tratado de la ONU sobre alta mar, la tecnología podría ofrecer una solución a espinosos problemas en aguas remotas ¡Sigue leyendo!
Un acuerdo histórico para proteger vidas marinas fue aprobado tras dos décadas de debates por todos los Estados miembros de la ONU.
A pesar de que dos tercios de los océanos del mundo se consideran alta mar, es decir, fuera de las jurisdicciones nacionales, sólo el 1% de esta zona está protegida en la actualidad, dejando el resto sin regular y vulnerable a la sobrepesca y la contaminación.
El nuevo tratado de la ONU pretende solucionar este problema creando un marco para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en estas aguas, entre otras cosas mediante la creación de zonas marinas protegidas.
El tratado no es una solución completa dijo un profesor del Instituto Oceanográfico Scripps de San Diego. Pero al menos ahora hay un marco y pueden empezar los esfuerzos para que se ponga fin a la explotación de alta mar sin rendición de cuentas.
Estas aguas albergan una gran biodiversidad y variados ecosistemas, incluidos corales de aguas profundas y animales migratorios.
También desempeñan un papel clave en la regulación del clima de la Tierra, ya que el océano y los organismos marinos absorben grandes cantidades de carbono de la atmósfera. Preservarlos es esencial para estabilizar el sistema climático.
Pero la vigilancia -y no digamos la protección- de alta mar tiene sus dificultades inherentes, dada su lejanía y vastedad. La falta de información ecológica también dificulta la identificación de zonas especialmente vulnerables y el desarrollo de estrategias de conservación.
Aquí es donde el aprendizaje automático, las imágenes por satélite y otras tecnologías innovadoras pueden colmar las lagunas.
Monitoreo de la pesca ilegal
Diversas entidades ya están empleando una combinación de imágenes satelitales y aprendizaje automático para identificar en tiempo real la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, mostrando sus hallazgos en plataformas online de acceso gratuito.
Por ejemplo, Global Fishing Watch ofrece un mapa interactivo en línea que utiliza información de los transmisores de los barcos para rastrear sus rutas y calcular la intensidad de la pesca comercial.
Así, puede seguir a los buques en las zonas económicas exclusivas de los países, las áreas marinas protegidas y las aguas internacionales. Sin embargo, depende de las transmisiones de los barcos, y a veces los buques «se vuelven invisibles», al desactivar sus sistemas de seguimiento.
Según Global Fishing Watch, esto no siempre es deliberado, pero es una «importante alerta».
Otras iniciativas miran al espacio para ayudar a identificar comportamientos extraños en el mar. Desarrollada por el Instituto Allen de Inteligencia Artificial (AI2), una entidad sin fines de lucro, Skylight es una plataforma de vigilancia que utiliza fotografías de satélite para ofrecer datos oportunos a las autoridades pesqueras.
El Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto juega un papel crucial en la lucha contra el crimen pesquero.
Este facilita que las naciones se coordinen para evitar que los barcos de pesca INDNR descarguen sus capturas, siendo el primer convenio internacional de cumplimiento obligatorio que se dirige específicamente a la pesca INDNR.
Para reforzar esta política, los países y las ONG usan Skylight para detectar actividades sospechosas, como posibles transbordos, para que las autoridades portuarias implementen las medidas del PSMA.
La tecnología emplea recursos como imágenes por satélite, «visión computacional» y aprendizaje automático para analizar datos y detectar comportamientos sospechosos en tiempo real. El océano abierto, por su naturaleza, es un mar distante, por lo que no es factible tener barcos y patrullas constantemente vigilándolo.
¿Qué es la visión por ordenador?
Realmente hay que hacer teledetección, como mínimo, para saber dónde hay que estar vigilando, así que… cuando envías a los guardacostas, los aviones y los drones, es probable que haya algo allí.
Dado que los delincuentes intentan ir por delante desconectando sus sistemas de rastreo para eludir la detección cerca de zonas protegidas o restringidas, los desarrolladores se ven obligados a trabajar más rápido y mantenerse a la vanguardia.
Para respaldar la tecnología, Skylight brinda formación a funcionarios gubernamentales y ONGs. La Célula Analítica Conjunta (CCA), un colectivo de organizaciones que incluye a Global Fishing Watch y otra plataforma de seguimiento llamada Trygg Mat Tracking, colabora para asegurar que la tecnología llegue a las personas correctas y cumpla su objetivo.
En 2021, el equipo de Skylight visitó a la marina ecuatoriana para demostrar cómo la inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden reforzar la supervisión de las actividades ilegales alrededor de las Islas Galápagos.
Actualmente, Skylight se enfoca primordialmente en la vigilancia de las zonas económicas exclusivas, pero a medida que avanza el tratado de alta mar, se espera que la plataforma evolucione sus sistemas para incrementar su cobertura en aguas internacionales.
El desafío es acceder a las imágenes satelitales de alta mar, ya que las imágenes gratuitas suelen ser escasas y obtenerlas puede ser costoso, un aspecto en el que la CCA podría ayudar a mejorar el acceso.
¿Qué zonas proteger? Los animales con GPS podrían tener la respuesta
Uno de los principales resultados del tratado de alta mar es que ayudará a establecer zonas marinas protegidas en estas aguas.
Pero, ¿cómo se designarán? ¿Cuáles deben ser las prioridades a la hora de decidir proteger una sección del océano?
Lo desandamos en próximos artículos de este blog ¡Sigue leyendo!