Plástico en los océanos: un llamado urgente a detener lo que lamentablemente es un hecho. Exploramos la alarmante realidad, sus consecuencias devastadoras y las acciones necesarias para combatir este desafío global.
La contaminación por plásticos es tan generalizada que se ha encontrado en algunos de los lugares más salvajes y remotos del planeta, como la Antártida y los cañones más profundos de la fosa de las Marianas.
Las corrientes oceánicas han aglutinado el plástico flotante en cinco enormes remolinos de aguas profundas, como el Gran Parche de Basura del Pacífico, que cubre una superficie oceánica tres veces mayor que la de Francia.
Se calcula que podría haber más de 5 billones de trozos de plástico flotando en el océano. Y si continuamos produciendo plástico al ritmo actual, la cantidad podría superar a todos los peces del mar en 2050.
Las investigaciones también muestran que más de 800 especies costeras y marinas se ven directamente afectadas por los residuos plásticos al enredarse en ellos, ingerirlos o dañar sus hábitats. Los estudios demuestran que el 90% de las aves marinas y el 52% de todas las tortugas del planeta han consumido plástico.
Además, un millón de aves marinas y 100.000 mamíferos marinos mueren anualmente a causa de los residuos plásticos.
¿Cómo afecta la contaminación por plásticos a los seres humanos?
Cuando los animales marinos consumen plástico, las toxinas que contiene se descomponen dentro de sus cuerpos.
Así que cuando los humanos comemos marisco, también las estamos consumiendo.
Algunas de estas toxinas plásticas están relacionadas con anomalías hormonales y problemas de desarrollo.
Pero los investigadores todavía están tratando de entender exactamente cómo se ve afectada nuestra salud cuando consumimos plástico a través del pescado y el marisco.
Los análisis realizados hasta ahora sugieren que los microplásticos no suponen necesariamente un riesgo para la salud humana. Pero todavía hay muchas cosas que no sabemos.
Una preocupación es que los plásticos en el océano eventualmente se degradan en nanoplásticos, que son tan pequeños que podrían entrar en las células humanas cuando se consumen. En 2019, los expertos pidieron más investigación sobre el efecto de los microplásticos y nanoplásticos en la salud humana.
¿Qué puedo hacer yo?
Sin duda, el mayor impacto que pueden tener los consumidores es reducir el uso de plástico de un solo uso, que contribuye en gran medida a la contaminación por plásticos en el mar. También es importante reciclar el plástico siempre que sea posible.
Participar como voluntario en limpiezas colectivas de ríos y playas ayuda a reducir la cantidad de plástico suelto que llega al mar.
También es crucial apoyar campañas y cambios políticos que reduzcan la producción de plásticos innecesarios.
Esto ha dado lugar a grandes éxitos en el pasado, como la prohibición en el Reino Unido, Estados Unidos y otros países del uso de microperlas -esferas diminutas de plástico- en artículos de tocador y cosméticos.
Del mismo modo, en China, la actuación del Gobierno en materia de plásticos condujo en 2008 a la prohibición en todo el país de las bolsas finas de un solo uso. Ahora se está ampliando para eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso en todo el país antes de 2025.
¿Puede ayudar la tecnología?
Investigadores e innovadores están desarrollando soluciones para impedir que el plástico llegue al mar. Una empresa holandesa llamada The Ocean Cleanup ha inventado una enorme barrera flotante que desvía los residuos plásticos del Gran Parche de Basura del Pacífico.
En la ciudad portuaria china de Xiamen, investigadores universitarios están desarrollando un sistema de vigilancia por cámara para identificar el plástico y prever su trayectoria río abajo, de modo que puedan detenerlo antes de que llegue al mar.
La Agencia Espacial Europea está incluso utilizando sus satélites para rastrear los residuos plásticos desde el espacio, con la esperanza de informar nuevas políticas que limiten la contaminación por plásticos.
Los avances en el desarrollo de plásticos biodegradables también podrían tener un enorme impacto en la salud de los océanos: los investigadores están trabajando actualmente en un bioplástico que se degrada en el agua de mar, lo que en última instancia podría reducir la cantidad de residuos que se acumulan allí.
Pero la única forma de resolver realmente este problema es reducir drásticamente la producción de plástico, lo que significa frenar nuestra adicción a él.
Lo más importante que debemos hacer es impedir que el plástico llegue al océano, porque no es factible ni rentable limpiarlo a gran escala. Una vez en el océano, los residuos plásticos permanecerán allí durante cientos de años o más. No es un legado que quisiera dejar a las generaciones futuras.