Misteriosos microbios tiñen de rosa los océanos y aceleran el deshielo

Misteriosos microbios tiñen de rosa los océanos y aceleran el deshielo

La prosperidad de las algas rojas tiene un efecto perjudicial sobre el hielo polar, provocando que se derrita más rápidamente

Un ecosistema de algas sorprendentemente próspero no sólo está tiñendo Groenlandia de rosa, sino que también está contribuyendo a derretir una de las mayores extensiones de agua helada del mundo.

La decoloración de la nieve no es sólo un fenómeno ártico. Es un fenómeno globa», explican los biogeoquímicos de la Universidad de Bristol, ubicada en Inglaterra.

Para que estas algas proliferen, simplemente se necesitan las condiciones adecuadas, que como mínimo implican nutrientes básicos y hielo derretido. A medida que el clima se calienta, aumenta la disponibilidad de agua líquida creada por el deshielo, lo que favorece el crecimiento de las algas.

Esto se está convirtiendo en un problema cada vez mayor en los glaciares del Ártico, los Alpes y el Himalaya. También están apareciendo extensiones de hielo rojo y marrón en la Antártida.

Y los expertos no están teniendo en cuenta el efecto de estas algas en sus proyecciones sobre el aumento global del nivel del mar, a pesar de las pruebas de sus efectos sobre los glaciares de todo el mundo.

La proliferación de algas

El Black and Bloom, un proyecto plurianual para entender cómo y por qué se derrite la capa de hielo de Groenlandia, es pionero. El calentamiento de las temperaturas no puede explicar por sí solo el aumento del deshielo. Por eso es esencial comprender todos los factores que intervienen en el deshielo, explica su director.

Se cree que uno de estos factores es el oscurecimiento causado por las floraciones de algas que invaden cada verano el hielo nevado de Groenlandia.

Estas algas son organismos fotosintéticos que producen moléculas que les protegen del sol. 

En verano, en el Ártico, permanecen por encima del horizonte hasta 24 horas al día. 

La superficie más oscura disminuye su «albedo» o capacidad de reflejar la luz solar hacia el espacio, lo que se traduce en una mayor absorción de luz y un mayor derretimiento del hielo.

A medida que las algas se extiendan por zonas más extensas del casquete glaciar, es probable que sus efectos se extiendan aún más, provocando un deshielo aún mayor. Un estudio reciente reveló que la proliferación de algas podría contribuir al deshielo de hasta un 13% más de hielo en el transcurso de una temporada.

Es un círculo vicioso, como suele ocurrir con el cambio climático. Más calor significa más agua de deshielo y una mayor superficie en la que pueden crecer las algas, lo que oscurece el hielo y lo hace más propenso a derretirse, dicen los especialistas.

La capa de hielo de Groenlandia es la mayor superficie de hielo del hemisferio norte. Cada año, Groenlandia pierde 270.000 millones de toneladas de hielo a medida que el planeta se calienta, añadiendo varios milímetros al nivel del mar. El deshielo se acelera cada año, y si se derritiera toda la capa de hielo, subiría el nivel del mar 6 metros.

A los científicos les preocupa que, si la capa de hielo se derrite más rápidamente, los efectos se dejen sentir en las zonas costeras, desde Nueva York hasta Shangai y Miami, así como en zonas bajas como Bangladesh e Indonesia.

Hasta ahora, la proliferación no se había tenido en cuenta como factor que contribuyera al deshielo del Ártico al ritmo sin precedentes que se observa en la actualidad. 

Esta hipótesis, por ejemplo, no se incluyó en las estimaciones de aumento del nivel del mar publicadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU en su último informe de 2013.

La misión es dar cifras precisas sobre este tema: ¿qué parte del casquete está ennegrecida? ¿Qué extensión? ¿Cuánto hielo se está derritiendo? Son las respuestas a estas preguntas las que nos permitirán estimar la cantidad de hielo que podría derretirse y mejorar así nuestras previsiones de aumento del nivel del mar.

Hace unos años, en verano, en los márgenes suroccidentales de la capa de hielo de Groenlandia se observó una sombra púrpura sobre el hielo que se derretía a su alrededor.

Los científicos contaron que al principio pensaron que era por unas gafas rosas pero otros la vieron y comenzaron a estudiar el tema. 

Poco a poco se dieron cuenta de que en el hielo proliferaban microbios. 

Entonces se pidió opinión a un especialista en algas y colega  para que analizara el hielo al microscopio. 

Lo que encontró confirmó las sospechas: justo debajo de la superficie del hielo vivían algas rojas que teñían el hielo de rosa.

Estas observaciones sirvieron de trampolín para poner en marcha el proyecto Black and Bloom, una empresa multidisciplinar dotada con 4 millones de dólares a lo largo de cinco años para estudiar el papel que desempeñan microorganismos como las bacterias pigmentadas y las algas en el deshielo.

El proyecto se encuentra ahora en su tercer año. Hasta la fecha, el proyecto ha llevado a cabo tres de las cuatro expediciones de campo previstas en la llamada zona oscura, una vasta área al oeste del manto de hielo donde la reducción del albedo ha sido mayor. Los datos de las expediciones se han presentado y publicado, y se están preparando nuevos estudios. 

En general, se cree que nuestra comprensión de los mecanismos que controlan el crecimiento de las algas del hielo en Groenlandia nos ayudará a predecir su crecimiento en otras regiones de hielo terrestre.