El océano tiene vital importancia para la humanidad ¿estamos dispuestos a cuidarlo y prestar atención a sus urgencias para salvarlo y salvarnos?
Jean-Pierre Gattuso es profesor del laboratorio de oceanografía de Villefranche-sur-Mer (Alpes Marítimos) y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Para él, la importancia del océano para la vida humana está fuera de toda duda.
¿Es importante el océano para la humanidad?
Cubre más de dos tercios de la superficie del planeta, alberga el 25% de las especies evolucionadas, proporciona el 11% de las proteínas que consume el ser humano y genera 2,5 billones de dólares de ingresos anuales para quienes lo explotan. Si el océano fuera una nación, ¡formaría parte del G7!
¿Qué papel desempeña el océano en el cambio climático?
«El océano es a la vez actor y víctima», afirma el científico. Jugador: absorbe el 93% del calor almacenado por la Tierra bajo el efecto invernadero, así como una parte importante (26%) del CO2 producido por las actividades humanas. Víctima: la temperatura y la acidez de sus aguas están aumentando.
Gracias a ello, nuestra atmósfera sigue siendo respirable. Pero, ¿por cuánto tiempo? Cada día, cada uno de nosotros añade 4 kg de CO2 al océano», señala como ejemplo.
¿Qué cambios podemos esperar?
Pérdida masiva de biodiversidad, subida del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos… Las primeras consecuencias del calentamiento global y la acidificación de los océanos ya se dejan ver. Lo que ocurra después dependerá de nuestras emisiones de CO2.
«En el escenario pesimista, los corales, que albergan un tercio de las especies marinas, desaparecen.
«El resultado será una auténtica injusticia climática», lamenta Jean-Pierre Gattuso. Quienes más dependen de los océanos serán los primeros afectados por la subida del nivel del mar, la disminución de las poblaciones de peces y los ciclones.
¿Se pueden reducir las emisiones de CO2?
Las últimas estadísticas son malas», admite Jean-Pierre Gattuso. Vamos camino del escenario más pesimista.
Según un estudio publicado el martes, este escenario conduciría a un aumento de 4,8°C de la temperatura media mundial de aquí a 2100, o incluso a un aumento de 6,5°C a 7°C. Esto está muy lejos del objetivo de calentamiento de 1,5 °C fijado por el Acuerdo de París de 2015.
Para el océano, esto significa un aumento de 3,2º C de la temperatura superficial, un fuerte incremento de la acidez (-0,4 unidades de pH) y una subida media del nivel del mar de 86 cm.
«Pero algunos modelos prevén una subida de hasta 2 m», advierte el oceanógrafo, que sin embargo sostiene que no todo está perdido.
¿Qué soluciones puede ofrecernos el océano?
El océano que nos amenaza también puede salvarnos. Según el proyecto monegasco The Ocean Solution Initiative, en el que participa Jean-Pierre Gattuso, hay muchas soluciones potenciales. «Muchas son inciertas y arriesgadas, pero al menos dos podrían ser decisivas», afirma el científico.
La primera es la producción masiva de energías renovables para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
«La energía eólica marina, en particular, es prometedora. Para Europa, las EMR podrían cubrir el 10% de sus necesidades energéticas.
La otra opción es aumentar el número de iniciativas locales que combinen la revegetación del litoral y la restauración de la hidrología, la protección de la vida marina, la reducción del esfuerzo pesquero y la lucha contra la contaminación.
Así que es cosa de todos…
El futuro de nuestro planeta depende de cómo respondamos. La pérdida de biodiversidad, el aumento del nivel del mar y los fenómenos climáticos extremos son signos evidentes de que el reloj está corriendo.
Nuestras emisiones de CO2 son la llave que determinará el rumbo de los eventos.
Si bien las últimas estadísticas no son alentadoras, aún no es tarde para actuar. La producción masiva de energías renovables y la promoción de iniciativas locales sostenibles pueden marcar la diferencia.
La energía eólica marina y la restauración de nuestros litorales son solo algunas de las soluciones que tenemos a nuestro alcance.
Entonces, la respuesta a la llamada de atención del océano recae en cada uno de nosotros.
El destino de nuestro hogar azul está en nuestras manos. La pregunta persiste: ¿estamos dispuestos a cuidar del océano y atender sus urgencias para salvarlo y, en última instancia, salvar a toda la humanidad con esa acción? La decisión es nuestra.