Preservar es nuestra responsabilidad colectiva cuidar y proteger nuestros océanos si queremos vivir más, mejor y más sanos.
En esta encuesta preguntamos a los lectores cuál era la intervención más urgente para gestionar nuestros océanos de forma más sostenible. Veamos qué resultó de lo que piensan.
Cómo preservar el océano: ¡Esa es la pregunta!
Más de la mitad (55%) de los encuestados eligieron la lucha contra la contaminación marina como prioridad para una gestión sostenible de los océanos.
Siempre me ha fascinado el océano, fuente de vida que cubre más del 70% de la superficie del planeta y el 90% de nuestra biosfera.
Los océanos contienen el 97% del agua de la Tierra, vital para mantener la vida, y según la mayoría de los científicos aportan a través del fitoplancton entre el 50% y el 85% del oxígeno que respiramos.
El mundo submarino sigue lleno de misterios, ya que hasta la fecha sólo hemos explorado el 5% de él.
Desde la biología marina, seguro, pero también desde las labores vinculadas al mar se aprende ese amor, cómo los pescadores tradicionales enseñan a amar y respetar humildemente nuestro océano, que nutre a los peces para garantizar un medio de vida sostenible para todos.
Esta noción de respeto se ha desvanecido actualmente en gran medida, y nuestro océano es ahora frágil y muy vulnerable debido a todo tipo de daños causados por el hombre.
Habrá que recalcar, entonces, la ética moral del respeto a nuestro medio acuático.
La mayoría de la gente cree que la contaminación marina es principalmente el resultado de los residuos industriales y de la negligencia del hombre; a menudo olvidan que la ignorancia humana -asociada a la falta de un comportamiento cívico y una educación adecuados- causa más contaminación marina que los residuos industriales.
Hoy en día nuestros océanos se han convertido en un enorme vertedero abierto donde se acumulan los plásticos desechados por la humanidad.
Residuos plásticos en el mar
Estudios recientes muestran que unos 8 millones de toneladas de plástico entran en el océano cada año, acumulándose en los giros o zonas donde convergen las corrientes.
Unos 5,25 billones de trozos de plástico flotan actualmente en el océano, donde un millón de aves marinas y más de 100.000 mamíferos marinos mueren cada año debido a la contaminación por plástico.
Está en juego la supervivencia de al menos 100 especies. La contaminación por plásticos es también portadora de especies invasoras que amenazan los ecosistemas autóctonos, y causa unos 13.000 millones de dólares en daños a la pesca, la navegación y el turismo, entre otras industrias.
Y cuando las sustancias químicas del plástico entran en la cadena alimentaria humana a través del pescado y el marisco que comemos, corremos el riesgo de desarrollar cáncer, malformaciones o problemas de reproducción.
El océano no puede absorber y degradar nuestros residuos indefinidamente; debemos replantearnos nuestra relación con él y aprender a comportarnos de forma respetuosa con él.
Para salvar la principal fuente de vida del planeta antes de que el daño sea irreversible, tenemos que educarnos o re educarnos a nosotros mismos, y a nuestras comunidades. Juntos podemos empezar a marcar la diferencia.
Si eres buceador, te animo a que te unas a la Limpieza Internacional de Costas de este año en septiembre. En 2015, casi 800.000 voluntarios recogieron más de 8.160 toneladas de basura del océano.
Una cuarta parte (25%) de encuestados cree que la pesca responsable es la mejor manera de mantener sanos nuestros océanos.
La pesca y la acuicultura son fuente directa o indirecta de sustento para más de 500 millones de personas, la mayoría en países en desarrollo.
Una vez más, el océano es también una importante fuente de desarrollo socioeconómico.
Pero el océano también está enfermo a causa de la sobrepesca, es decir, la extracción de fauna y flora silvestres del mar más rápidamente de lo que las poblaciones pueden mantener el ritmo.
Además, los métodos de pesca insostenibles, como el cerco o el palangre, dan lugar a elevados niveles de capturas accesorias, es decir, la captura de especies no deseadas, como aves o tortugas marinas, y de otros peces, como el pez espada.
Los pescadores extraen cada año del mar más de 77.000 millones de kilogramos de especies silvestres, y los científicos temen que si no frenamos la pesca mundial pronto pueda colapsar.
Para mantener las poblaciones de peces, debemos reducir la sobrepesca y las capturas accesorias mediante una gestión sostenible de la pesca.
No es tarea fácil y requiere la cooperación de todos los niveles de gobierno, la sociedad civil y las comunidades locales para elaborar normativas basadas en datos científicos.
El Código de Conducta para la Pesca Responsable elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación es un paso en la dirección correcta, pero su aplicación depende de cada país. Además, hacer cumplir la normativa pesquera en aguas internacionales es extremadamente difícil.
Para el 15% de los participantes en la encuesta, la protección de los arrecifes de coral es clave para la sostenibilidad de los océanos.
Los arrecifes de coral proporcionan un hábitat para más de 9 millones de especies que cubren aproximadamente una cuarta parte de la vida marina, lugares de destino para el turismo marino, caladeros de pesca y protección costera contra las tormentas.
Se calcula que el valor anual de todos estos servicios supera los 375.000 millones de dólares.
Lamentablemente, los arrecifes de coral están gravemente amenazados y, a menos que tomemos medidas inmediatas, los científicos calculan que podríamos perder hasta el 70% de ellos de aquí a 2050.
Habrá que educar y sensibilizar a mis compañeros buceadores sobre lo importante que es tener cuidado y respetar el coral, que está compuesto por los organismos marinos vivos más frágiles.
Una rama de coral puede ser destruida por un buceador descuidado y negligente en un segundo, pero un arrecife tarda mucho tiempo en volver a crecer: de 100.000 a 30.000.000 de años en formarse completamente, dependiendo del tamaño del arrecife.
Por último, el 5% de los encuestados opta por fomentar la piscicultura como forma de garantizar la seguridad alimentaria sin sobrepesca.
Puede que sí, pero es un método controvertido que requeriría prácticas y una gestión cuidadosa para evitar efectos negativos inesperados.
El océano es fuente de vida, de nuestra vida. El dinero puede pagar los honorarios en el hospital, pero no puede comprar la vida.
Lo mismo ocurre con el océano: es nuestra responsabilidad colectiva cuidar y proteger nuestros océanos para salvar nuestra vida si queremos vivir más, mejor y más sanos.
Jacques Yves Cousteau decía siempre: «Mucha gente ataca al mar; yo le hago el amor. La gente protege lo que ama». Cuidar nuestro océano es también proteger nuestra vida.