24 400 millones de microplásticos contaminan los océanos ¿Qué esperamos para saber más sobre el tema y accionar en favor de nuestros océanos por el bien de la salud planetaria?
Un estudio demuestra que la cantidad de microplásticos en los océanos estaba muy subestimada. Entre las consecuencias previstas para la biodiversidad marina, los científicos temen una aceleración de la propagación de agentes patógenos por todo el planeta.
Un informe arroja resultados preocupantes acerca del estado de nuestros océanos
Cuanto más buscamos, más encontramos. Mediante la recopilación de análisis de más de 8.200 muestras de agua de mar, un estudio arroja que al 2021 la cifra de 24400 billones es el número de fragmentos de plástico a la deriva en los océanos.
Esta cifra es cinco veces superior a la del estudio anterior de 2015, que se basaba en un millar de sondeos marinos. La conversión en peso da una horquilla de entre 80.000 y 580.000 toneladas, frente a las 30.000 de la última evaluación.
Para que conste, el tamaño de los microplásticos oscila entre 5 milímetros y unos cientos de nanómetros.
La diferencia entre los dos estudios, con pocos años de diferencia, se debe principalmente a la diferencia de metodología.
Con ocho veces más datos, la nueva evaluación es más precisa. La última Evaluación Mundial de los Océanos de las Naciones Unidas -en la que participé- muestra que en las regiones templadas y las zonas de convergencia oceánica, también conocidas como continentes de plástico, la concentración de microplásticos no ha cambiado mucho desde la década de 1990.
Distribución de las concentraciones de microplásticos en los océanos del mundo. Los espacios en blanco corresponden a zonas donde la extrapolación de las concentraciones no se considera pertinente.
Dispersión y nidos microbianos
Sin embargo, el plástico sigue llegando a los océanos. Cada año, varios millones de toneladas de residuos plásticos acaban en los océanos.
¿Adónde van a parar? Estudios recientes muestran una creciente concentración de microplásticos en los polos, en islas remotas y en los fondos oceánicos.
Una de las hipótesis que barajan los investigadores es que, aunque las zonas más afectadas parecen estar saturadas de plástico y su concentración no cambia mucho, los fragmentos se dispersan por zonas alejadas de las fuentes de contaminación.
Este es el sentido de esta nueva evaluación, que servirá de punto de referencia. La base de datos se ampliará y permitirá hacer un seguimiento a largo plazo de las cantidades de microplásticos en los océanos.
Cabe señalar que esta base de datos no se basa en nuevas muestras de agua de mar, sino que recopila datos de una amplia gama de proyectos de investigación, incluidos los realizados por Ifremer para el litoral francés.
Este metaanálisis fue iniciado por organismos de investigación japoneses. Japón ha asumido compromisos en este ámbito en varias cumbres internacionales, entre ellas la del G20 en 2017.
También debería crearse en los próximos años un convenio internacional ad hoc sobre los desechos marinos y la contaminación por plásticos.
Pero uno de los grandes interrogantes siguen siendo las consecuencias de estas elevadas concentraciones de microplásticos en los ecosistemas marinos.
Uno de los grandes problemas es poco conocido: los fragmentos de plástico llevan consigo cantidades de agentes patógenos.
De hecho, los materiales plásticos son ideales para que los microorganismos se adhieran a ellos.
Históricamente, los microbios se dispersaban en los océanos por las ramas o los cocos, luego por los cascos de los barcos. Pero con cientos de miles de millones de fragmentos a la deriva por los océanos, esperamos una dispersión mucho más amplia. Con riesgos para la biodiversidad, que señala que, por otra parte, este problema no presenta un riesgo directo para los seres humanos, ya que los microbios nocivos para la especie humana no sobreviven a una estancia en el mar.