Zonas marinas protegidas en el océano
Zonas marinas protegidas: Efectividad y desafíos para la conservación marina.

¿Son ecológicamente eficaces las zonas marinas protegidas?

¿Hasta qué punto son eficaces las zonas marinas protegidas para proteger los océanos? ¿Cuál es su impacto ecológico? ¿Qué normas son necesarias?

El océano es un ecosistema fundamental para el equilibrio ecológico del planeta. Regula el clima, absorbiendo gran parte de las emisiones de CO2 provocadas por el hombre y el calor producido por el calentamiento global. 

Tiene un efecto amortiguador de los cambios ecológicos y alberga una biodiversidad esencial.

La protección de los océanos es, por tanto, uno de los grandes retos de la transición ecológica y social. Y a este respecto, los estudios científicos son claros: es necesario proteger al menos entre el 30 y el 50% de las superficies oceánicas para preservar los ecosistemas oceánicos del mundo. 

De hecho, la ONU ha publicado una hoja de ruta en la que se fija el objetivo de proteger el 30% de las superficies oceánicas de aquí a 2030.

Para proteger estas zonas se suele utilizar una herramienta «legal»: las áreas marinas protegidas. Como su nombre indica, se supone que estas áreas protegen determinadas zonas del océano. 

Pero, ¿son eficaces las zonas protegidas? ¿Protegen realmente los océanos? La verdad es que no. 

De hecho, detrás de las zonas marinas protegidas se esconde una triste realidad: el océano sigue siendo sobreexplotado y destruido por las actividades humanas.

Áreas marinas protegidas: 50 matices de protección

Alrededor del 8% de los océanos del mundo tienen la categoría de zonas marinas protegidas, muy lejos del objetivo del 30% fijado por la ONU. 

Alrededor del 17% de las aguas nacionales están protegidas y aproximadamente el 1% de las aguas internacionales están «protegidas».

¿Qué significa exactamente el estatus de zona protegida? ¿Están prohibidas en las zonas protegidas las actividades que degradan los ecosistemas oceánicos? ¿Se puede pescar en zonas protegidas? 

¿O explotar los fondos marinos? Bueno, eso depende. El estatus de las zonas marinas protegidas varía considerablemente de una jurisdicción a otra, y cada país es más o menos libre de definir lo que entiende por «zona marina protegida».

En términos sencillos, existen distintos «grados» de protección. Los científicos han intentado establecer una tipología de estas protecciones en un estudio llamado «Guía de AMP» (Guía de Áreas Marinas Protegidas), financiado en particular por la ONU y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Distinguen 4 grados principales de protección:

  • Zonas totalmente protegidas: en las que no se permiten actividades extractivas o destructivas.
  • Zonas muy protegidas, donde sólo se permiten actividades con un impacto limitado, en particular actividades culturales o vinculadas a las tradiciones locales.
  • Zonas parcial o ligeramente protegidas, donde la biodiversidad y los ecosistemas están protegidos pero pueden llevarse a cabo actividades extractivas con un impacto moderado
  • Zonas mínimamente protegidas, donde en general se permiten actividades extractivas y de impacto, con la excepción de actividades altamente destructivas como la pesca industrial.

Pocas zonas marinas realmente protegidas en el mundo…

Además de este grado de protección, también debemos fijarnos en la eficacia de la protección, es decir, en los medios utilizados para controlarla y, en caso necesario, castigar a los infractores.

No todas las zonas «protegidas» del mundo tienen el mismo grado de protección. Algunas tienen una protección fuerte, con medios reales de control, mientras que otras son puramente simbólicas.

Según un estudio publicado en 2018 por investigadores estadounidenses, solo el 3,6% de las superficies oceánicas estaban realmente «protegidas», y solo el 2% tenía un estatus de protección fuerte o total. 

En otras palabras, el 98% de las zonas marinas están en realidad poco o nada protegidas, y la mayoría de las «zonas marinas protegidas» protegen en realidad muy poco. Estas cifras están muy lejos del 8% que afirman las autoridades.

Una de las razones es que el estado de protección también varía considerablemente de un país a otro, y no siempre se corresponde con las categorías ideales de la guía de AMP. Por ejemplo, en Francia, la categoría «Zone de Protection Forte (ZPF)» corresponde en realidad más bien a una protección parcial en el sentido de la AMP, ya que en ella no están prohibidas, por ejemplo, actividades como la pesca. 

La protección que ofrece el estatus de ZPF se suavizó considerablemente mediante un decreto gubernamental en 2022: ahora no se prohíbe formalmente ninguna actividad, y el decreto introduce la gestión «caso por caso».

¿Quieres saber más sobre la vaguedad de las áreas marinas protegidas? ¡No te pierdas nuestro próximo artículo!