La minería submarina se presenta como una alternativa aparentemente menos dañina para el medio ambiente en comparación con la minería terrestre. Sin embargo, persisten incertidumbres sobre los posibles efectos que esta actividad puede tener en los océanos. Estos son los efectos ambientales de la minería submarina, los informes científicos al respecto, la regulación a cargo de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) y los avances hacia una posible pausa en esta industria.
Efectos ambientales de la minería en fondos marinos
La extracción de metales del fondo marino plantea preocupaciones en relación con los sedimentos, el ruido y la luz emitida por las maquinarias. Los vehículos colectores pueden provocar la liberación de sedimentos como el limo o la arcilla, opacando el agua y afectando los ecosistemas marinos. Además, los ruidos y la luz generados por las maquinarias pueden perturbar a los animales acostumbrados a vivir en silencio y oscuridad. Estos impactos podrían tener consecuencias significativas para la biodiversidad marina y los ecosistemas delicados.
Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
Un informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, plantea que el consenso entre los científicos del mundo es que la minería submarina será altamente perjudicial para los ecosistemas oceánicos. Este informe destaca la importancia de evaluar los posibles riesgos y adoptar un enfoque precautorio antes de expandir aún más la minería submarina. Los efectos a largo plazo de esta actividad aún no están completamente comprendidos y se requiere una mayor investigación científica para respaldar la toma de decisiones informadas.
Regulación y participación de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA)
La ISA es el organismo encargado de regular la minería subacuática. Según Michael Lodge, secretario general de la ISA, el océano profundo alberga una gran diversidad de vida y contiene minerales que son específicos de esta zona. La ISA ha establecido regulaciones, incluyendo disposiciones para la protección ambiental, y ha aprobado contratos de exploración en diferentes regiones oceánicas. Estos contratos son suscritos por los Estados partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) y las empresas patrocinadas por ellos. A pesar de estos esfuerzos regulatorios, persisten las preocupaciones sobre la efectividad de las medidas de protección ambiental y la capacidad de la ISA para supervisar adecuadamente las operaciones mineras submarinas.
Avances hacia una pausa en la minería submarina
Recientemente, durante una sesión del Consejo de la ISA en Jamaica, se han logrado avances significativos hacia una posible «pausa» en la industria de la minería submarina. Según la coalición Deep Sea Conservation (DSCC), un grupo que participó en las conversaciones, varias naciones, incluyendo Vanuatu, Nueva Zelanda, Panamá, Samoa, Alemania, Costa Rica, Chile, España, Ecuador, Francia, Palau, Fiyi y Estados Federados de Micronesia, apoyan una moratoria o prohibición de la minería submarina. Estas naciones reconocen los desafíos ambientales, sociales y económicos asociados con esta actividad y buscan proteger los ecosistemas marinos frágiles.
Duncan Currie, asesor legal internacional de DSCC, denunció la existencia de una agenda a favor de la minería dentro de la Secretaría de la ISA y cuestionó la idoneidad del organismo para su propósito. Sofia Tsenikli, líder de campaña de moratoria de minería en aguas profundas de DSCC, advirtió sobre los daños permanentes y generalizados que la industria minera submarina podría causar a los océanos. Estas posturas resaltan la necesidad de evaluar a fondo los impactos ambientales y sociales antes de permitir un desarrollo a gran escala de la minería submarina.La minería submarina plantea desafíos significativos en términos de impactos ambientales y sociales. Aunque algunos argumentan que es una solución para satisfacer la creciente demanda de minerales, es necesario abordar los riesgos y garantizar una regulación efectiva para proteger los océanos y sus ecosistemas. Sin embargo, la posición de Greenpeace y otras organizaciones es erradicar la minería submarina más allá de cualquier especulación regulatoria. La regulación a cargo de la ISA debe fortalecerse para asegurar que se tomen decisiones informadas y se proteja adecuadamente el medio ambiente marino.