Una joven sostiene una imagen de la Laguna Aculeo, Chile, en tiempos de abundancia hídrica, sobre el actual paisaje seco y desértico, con un cartel que dice “Climate Emergency” de Greenpeace.
Una activista sostiene una imagen de la Laguna Aculeo, que alguna vez estuvo llena, frente a su estado actual completamente seco, como símbolo del impacto del cambio climático y de la amenaza del fenómeno El Niño Costero.

 El impacto de El Niño Costero en Chile

El Niño Costero (que no debe confundirse con el fenómeno global de El Niño) comenzó a dar muestras de su intensidad y encendió las alarmas de los servicios meteorológicos. El agua del océano Pacífico, frente a las costas de Perú y Ecuador, registró un aumento de temperatura fuera de lo común. ¿Qué podrían desencadenar? Desde lluvias intensas, tormentas y alteraciones atmosféricas en el norte de Perú, hasta sequías y pérdida de cosechas en todo el territorio chileno. 

Este evento climático se da cuando se debilitan los vientos alisios, lo que provoca que el agua más cálida se acumule en la zona denominada 1+2 del Pacífico tropical. Esto hace que el mar alcance temperaturas mucho más elevadas de lo habitual, lo que, a su vez, genera un vapor intenso que se transforma en nubes y precipitaciones. 

En la actualidad, regiones de Perú como Piura y Tumbes ya están sufriendo las consecuencias, con lluvias que han puesto en riesgo hogares, caminos, cultivos y vidas humanas. Y aunque El Niño Costero no tiene la misma intensidad que El Niño global, miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace Chile han alertado que (por efecto del cambio climático) sus impactos pueden ser igual de severos. 

¿Cómo se relaciona El Niño Costero con el cambio climático?

Especialistas del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) de Perú fueron los encargados de confirmar la aparición de este Niño Costero. Para ello se basaron en los niveles de temperatura alcanzados por el océano. Además, advirtieron que, de continuar durante el mes de abril, sus efectos podrían ser devastadores para las economías de Chile y Perú. 

Según el ingeniero Luis Vásquez, vocero de Enfen, estos cambios en el clima actual están directamente relacionados con los cambios rápidos y poco predecibles que trae consigo el calentamiento global. El meteorólogo Víctor Yzocupe también remarcó que, debido al cambio climático, la transición entre fenómenos como El Niño y La Niña es cada vez más abrupta, más corta y más intensa.

Esto se debe a que el cambio climático no solo altera la frecuencia de estos eventos, sino también su intensidad y duración. Lo que antes era cíclico y previsible, ahora ocurre con mayor irregularidad, lo que deja menos tiempo de respuesta para las comunidades afectadas. 

¿Cuáles serían sus efectos en Chile?

Si bien el epicentro del fenómeno será en la costa norte de Perú, sus efectos se harán sentir mucho más al sur. En Chile, el aumento de la temperatura oceánica puede provocar veranos más calurosos, sequías prolongadas, y cambios en los patrones de lluvia. Esto provocará graves efectos en la vida de las personas, pero también en la biodiversidad del país y en sus actividades productivas. 

Las zonas agrícolas, especialmente en el norte y centro del país, verán cómo los caudales de los ríos se reducirán como resultado de la escasez de agua. Esto a su vez propiciará la pérdida de cultivos. Además, el calor extremo podría representar un riesgo para la salud de aquellas poblaciones que ya se enfrentan a la falta de agua y a las altas temperaturas. 

Por este motivo, es fundamental que los científicos puedan continuar siguiendo la evolución del aumento de temperaturas en el Pacífico tropical, para que haya tiempo de prepararse ante posibles escenarios extremos. Lamentablemente, El Niño Costero no será un evento aislado, sino que en los próximos años, podría repetirse con cada vez mayor frecuencia. 

La injusticia de los desastres climáticos 

La aparición de El Niño Costero nos recuerda que los impactos del clima extremo no son equitativos. Como de costumbre, las más afectadas son las poblaciones más vulnerables. Es decir, las comunidades rurales, los pequeños agricultores que dependen de sus cosechas para alimentarse y sobrevivir. 

En Perú, ya se han activado planes de prevención teniendo en cuenta que las lluvias podrían afectar zonas productivas clave, dañar caminos y provocar graves inundaciones. Mientras tanto, en Chile, las autoridades están en etapa de monitoreo. Sin embargo, es urgente que haya una respuesta que priorice a las comunidades más pobres, que desde hace años lidian con la falta de agua.