Gran Barrera de Coral, el patrimonio planetario que podría desaparecer por el calentamiento global

 Gran Barrera de Coral, el patrimonio planetario que podría desaparecer por el calentamiento global

La Gran Barrera de Coral, reconocida como la mayor estructura viva del planeta, enfrenta nuevamente un episodio de blanqueamiento, según anunciaron las autoridades australianas en marzo. Las observaciones aéreas realizadas en la primavera austral revelaron que los daños abarcan más de dos tercios de este extenso parque marino, afectando áreas que anteriormente habían permanecido relativamente intactas, especialmente en su región sur.

Fenómeno del blanqueamiento y sus causas

El blanqueamiento o decoloración de los corales es un proceso provocado por el aumento de la temperatura en las aguas superficiales, lo que lleva a los corales a expulsar las algas simbióticas que les proporcionan su característico color brillante y constituyen su principal fuente de alimento. Si las temperaturas se estabilizan rápidamente, los corales pueden recuperarse, pero si el calor persiste, los corales se debilitan y eventualmente mueren. Este fenómeno convierte a la Gran Barrera de Coral en uno de los ecosistemas más vulnerables al calentamiento global, dado que su supervivencia está estrechamente vinculada a las temperaturas del agua.

Historia climática de la Gran Barrera de Coral

Hasta hace poco, el análisis de la evolución de las temperaturas superficiales en la región del mar del Coral, donde se sitúa la Gran Barrera, se limitaba a datos recientes, sin información anterior a 1900. Sin embargo, una investigación publicada en la revista Nature ha revelado que las temperaturas del agua en la Gran Barrera durante la última década han sido las más altas de los últimos 400 años. Este hallazgo resalta el impacto significativo del calentamiento global en este ecosistema, que ya comenzó a experimentar episodios de blanqueamiento en la década de 1980, siendo el primer evento significativo en 1998. El profesor Benjamin Henley, de las universidades de Wollongong y Melbourne, advirtió que las temperaturas extremas están ocurriendo con tal frecuencia que los arrecifes ya no tienen tiempo para adaptarse, lo que podría llevar a nuestra generación a presenciar la desaparición de una de las mayores maravillas naturales del mundo.

El rol del cambio climático

En su estudio, los investigadores combinaron reconstrucciones de la temperatura superficial del mar del Coral con datos geoquímicos obtenidos de esqueletos de corales recolectados en la región. También analizaron simulaciones climáticas que compararon distintas condiciones y concluyeron que el cambio climático inducido por la actividad humana es el principal responsable del rápido incremento de las temperaturas en las últimas décadas. Henley subrayó que los modelos climáticos confirman que la influencia humana en el sistema climático es la causa del acelerado calentamiento reciente.

El equipo de científicos, compuesto por expertos australianos y estadounidenses, reconstruyó la evolución de las temperaturas superficiales marinas desde 1618 hasta 1995, comparándolas luego con los datos registrados entre 1900 y 2024. De esta forma, identificaron un patrón de estabilidad térmica antes de 1900, pero observaron un aumento promedio anual de 0,12 °C por década desde 1960. Los episodios recientes de blanqueamiento masivo han coincidido con los años más cálidos registrados, destacando los eventos de 1998, 2002 y, especialmente, los de 2016, 2017, 2020, 2022 y 2024.

2024: un hito preocupante

Cuando se analizaron los datos de 2024, los científicos se sorprendieron al encontrar que las temperaturas superaban ampliamente los máximos históricos anteriores, establecidos en 2017. Según los datos obtenidos, las temperaturas promedio de la superficie del mar entre enero y marzo de los últimos años han sido considerablemente más altas que en cualquier otro periodo anterior. Desde 2015, la Gran Barrera ha vivido cinco de los seis años más cálidos en la región en los últimos cuatro siglos. Este aumento de temperaturas ha resultado en que el 98% de los casi 3.000 arrecifes que conforman la Gran Barrera hayan experimentado episodios de decoloración, afectando a unas 1.500 especies de peces que dependen de estos hábitats.

Los autores del estudio advierten que, incluso si el calentamiento global se mantiene dentro del objetivo del Acuerdo de París de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, entre el 70% y el 90% de los corales a nivel global podrían desaparecer. Además, proyectan que en el futuro los arrecifes presentarán una estructura comunitaria distinta, con una menor diversidad de especies. Un estudio previo, publicado en la revista PLOS Climate en febrero de 2022, estimaba que el 99% de los corales sufrirían consecuencias catastróficas si la temperatura media global supera el umbral de 1,5 °C, y que en un escenario de 2 °C, la tasa de mortalidad de los corales alcanzaría el 100%.

Respuesta internacional de la Unesco

En 2021, la Unesco expresó su preocupación por el deterioro de la Gran Barrera de Coral, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1981, y recomendó su inclusión en la lista de lugares en peligro. Sin embargo, durante el verano pasado, la organización decidió no inscribirla en la lista, argumentando que las medidas adoptadas por el gobierno australiano podrían «cambiar significativamente la situación». La Unesco propuso reforzar el apoyo a las autoridades locales para proteger este invaluable ecosistema. Benjamin Henley, uno de los principales investigadores, manifestó su esperanza de que la Unesco considere las pruebas presentadas y active los mecanismos necesarios para promover una acción más efectiva contra el cambio climático y asegurar una mayor protección para la Gran Barrera.

La situación de la Gran Barrera de Coral subraya la urgente necesidad de abordar el cambio climático de manera decidida y efectiva, tal cual han señalado diversas organizaciones ambientalistas, como Greenpeace. Con cada año que pasa, la supervivencia de este ecosistema único se vuelve más incierta, y la posibilidad de que desaparezca es una realidad que no podemos ignorar. La preservación de la Gran Barrera no solo es crucial para Australia, sino que representa un desafío global en la lucha por proteger nuestro planeta.