Conservación del Dugongo y su Hábitat
Rastro de alimentación de un dugongo en una pradera de algas marinas en los humedales Chek Jawa de Singapur, un ejemplo de su hábitat natural.

Mapa del área de distribución del dugongo y su supervivencia

Conocemos el área del mar en donde se encuentra el dugongo: la importancia de estos datos es clave para preservarlo.  

Es interesante hablar del área de distribución conocida del dugongo. La UICN ha evaluado oficialmente el estado del dugongo a escala mundial y a las siguientes escalas regionales: las subpoblaciones costeras de África Oriental y Nueva Caledonia (recientemente actualizadas) y la subpoblación japonesa (Nansei Shoto). 

A escala mundial, el dugongo se considera vulnerable según la Lista Roja de la UICN. 

Los dugongos aprenden de sus madres sobre su entorno y cómo sobrevivir, otro obstáculo para su reubicación en hábitats diferentes. 

Un estudio de 1979 dividía los dugongos del mundo en cinco poblaciones distintas, con muy poco intercambio genético entre ellas. 

Esto llevó a Wang Pilie y otros a concluir que los dugongos de China, Malasia y Sumatra forman una comunidad, mientras que los de Japón, Filipinas y la costa oriental de Taiwán forman otra, con escasas probabilidades de desplazamiento entre ambas. 

Si los dugongos jóvenes no pueden conocer las aguas chinas a través de sus madres, se cree que cualquier animal reintroducido podría tener dificultades para adaptarse.

Aunque no hayan crecido allí, si las condiciones ambientales son adecuadas (abundancia de pastos marinos, etc.), cabe esperar que sobrevivan y se reproduzcan.

Las poblaciones animales suelen ser capaces de colonizar nuevas regiones ambientalmente adecuadas, aunque no tengan experiencia local previa.

Una reintroducción sigue siendo una idea lejana y mal definida. Tanto los dugongos como los expertos en dugongos son raros en China. 

Es difícil imaginar la reintroducción del animal en la próxima década, o incluso decenios.

Sin embargo, una organización ecologista china, la Fundación China para la Conservación de la Biodiversidad y el Desarrollo Ecológico, ha empezado a trabajar con ese objetivo. La fundación se creó originalmente para reintroducir el ciervo de Père David en China y en su día desató la polémica al declarar al pangolín chino funcionalmente extinto.

Ningún país ha intentado nunca reintroducir el dugongo desde el extranjero, y los investigadores advierten de muchos obstáculos. 

El mayor, junto con los problemas de adaptación al nuevo entorno y el riesgo de que los animales mueran atrapados, es simplemente de dónde sacar a los animales. 

Sólo Australia y Arabia Saudí tienen poblaciones de tamaño razonable, ya que otras han sufrido la pérdida de hábitat y la caza excesiva. Para introducir dugongos australianos en China haría falta un acuerdo gubernamental de muy alto nivel. No tengo ni idea de cómo respondería el gobierno australiano. Es preocupante, quizás, que muchos vean el traslado como una mala idea.

Otros necesitan conservación

Aunque no tiene muchas esperanzas en el regreso del dugongo, se aprueba los esfuerzos de China por restaurar las praderas marinas, que, reportarán muchos beneficios a otras especies de la reserva aunque no regrese el dugongo. 

El golfo de Beibu es una de las zonas con mayor biodiversidad de China. En la reserva del dugongo viven también el delfín jorobado del Indopacífico, la marsopa sin aleta del Indopacífico, el cangrejo herradura y muchas otras especies raras. 

Como muchos otros animales salvajes, estas especies están amenazadas tanto por la actividad humana como por el cambio climático.

Según un reciente informe mundial del WWF, entre 1970 y 2018 se produjo un descenso del 69% en la abundancia relativa de las especies vigiladas. 

La degradación del hábitat y la contaminación ambiental dejan a miles de especies en peligro de extinción en las próximas décadas.

Un rastro de alimentación de dugongos en los humedales Chek Jawa de Singapur

Rastro de alimentación de un dugongo en una pradera de algas marinas en los humedales Chek Jawa de Singapur.

No se cree que el dugongo desaparezca del todo, pero sí que será difícil evitar su extinción en algunas regiones. 

La gente tiene que entender que si destrozas el hábitat y matas a los animales, desaparecen y la posibilidad de recuperarlos es baja. Hace un llamamiento para que más países colaboren en la protección de la especie.

¿Pueden las nuevas protecciones salvar a los cangrejos herradura de China?

En 2007, la Convención sobre Especies Migratorias (CMS) fundó un grupo de trabajo sobre el dugongo y firmó un memorando de entendimiento. 

Según el MdE, los dugongos migran y se dispersan a grandes distancias, lo que hace que su supervivencia dependa de su conservación y gestión en una amplia zona y en una gran variedad de hábitats marinos y costeros. 

El MdE cuenta con 29 signatarios del área de distribución del dugongo. Algunos han empezado a coordinar sus investigaciones y a mejorar las políticas y su aplicación a través de una plataforma en línea, con el apoyo del MdE y otros planes de conservación.

China aún no ha firmado la CMS. En 2017, la Administración Nacional de Bosques y Pastizales, responsable de la protección de los animales salvajes, declaró que aún no había terminado de evaluar si adherirse o no. Pero sí dijo que continuaría fortaleciendo la cooperación con la Convención y otros países, utilizando una serie de enfoques para mejorar la protección de las especies migratorias.

Los retos para la conservación del dugongo difieren según los países, pero la caza excesiva es un problema común en las regiones donde el animal es extremadamente raro.

La degradación de las praderas marinas por la alteración del hábitat y el desarrollo costero, con la consiguiente escasez de alimentos, son también una amenaza común. 

Al analizar la extinción del dugongo en China y Japón, los investigadores del último trabajo afirman: Las continuas extirpaciones de dugongos subrayan la necesidad crucial de actuar pronto, antes de que los esfuerzos por recuperar las poblaciones o localizar a los individuos supervivientes se conviertan en un reto excesivo.

El desafío queda planteado.