Nuevo refugio marino liderado por pescadores artesanales en La Polcura

Nuevo refugio marino liderado por pescadores artesanales en La Polcura

A finales de 2024, la comunidad de La Polcura celebró la inauguración del Refugio Marino de La Polcura, una zona de protección de 15 hectáreas ubicada en el sector de La Ballena. Este espacio tiene como objetivo proteger la biodiversidad marina del lugar y restaurar los ecosistemas que han sido deteriorados por actividades humanas como la contaminación y la sobrepesca.

La ceremonia de estreno contó con la presencia de pescadores artesanales, estudiantes y vecinos. Además, las autoridades locales destacaron la importancia de la participación ciudadana en esta clase de iniciativas de conservación. Durante el encuentro se llevaron a cabo actividades educativas y muestras de fauna marina como las características estrellas de mar júpiter, las lapas y los erizos.

¿Por qué Chile necesita refugios marinos como La Polcura?

Chile posee más de 4 mil kilómetros de costa. Por este motivo, cuenta con una biodiversidad marina única en el mundo. Sin embargo, desde hace años sus ecosistemas y especies endémicas se encuentran bajo amenaza como resultado de actividades humanas como la pesca industrial, la contaminación y los efectos derivados del cambio climático. 

Según datos del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), algunas zonas del país ya han perdido ¡más del 50 % de sus recursos bentónicos! debido a esta explotación descontrolada. Ante este escenario, los refugios marinos como el de La Polcura (en la región de Valparaíso) son herramientas capaces de revertir este deterioro y asegurar que sus recursos marinos sean utilizados de forma más sostenible. 

Y es que además de mitigar los daños ocasionados por la acción del ser humano, La Polcura contribuirá a generar beneficios económicos en la región, ya que garantizará una pesca sostenible y a largo plazo. Y por si esto fuera poco, el refugio marino asegurará la protección de especies clave como el loco y el alga huiro; además de beneficiar la reproducción de aves marinas como el yunco, y de mamíferos como el chungungo, una nutria marina en peligro de extinción.

Un paso adelante en el cumplimiento de la Ley Bentónica

Promulgada por el presidente Gabriel Boric a principios de 2024, la Ley Bentónica busca reconocer lo importantes que son los fondos marinos para la salud de los ecosistemas y para las comunidades costeras que dependen de ellos. Esta norma permite que haya una mejor conexión entre los gremios de pescadores, el gobierno y organizaciones ambientalistas (como Greenpeace Chile) para gestionar y proteger estas zonas. 

Esta ley promueve además la sostenibilidad de los recursos bentónicos (aquellos que habitan en el lecho marino) como moluscos, crustáceos y algas a través de la creación de áreas voluntarias de protección llamadas comúnmente Refugios Marinos. La Polcura es una de las primeras zonas protegidas que han surgido gracias a esta legislación, aunque se espera que no sea la última. 

Gracias al respaldo de instituciones como Sernapesca y de organizaciones no gubernamentales, este modelo de conservación de la biodiversidad marina podría convertirse en un ejemplo a seguir para otras regiones costeras de Chile y (¿por qué no?) del mundo. 

Cuidando la economía del futuro

Pero además de proteger los ecosistemas marinos, el Refugio Marino de La Polcura es una apuesta económica a futuro para el país. Diversos estudios han demostrado que la pesca sostenible puede ser altamente redituable. De hecho, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una transición hacia esta clase de actividad pesquera puede aumentar los ingresos globales del sector hasta en un 35 %, generando beneficios económicos de más de 83 mil millones de dólares al año.

En Chile ha habido claros ejemplos de cómo las áreas protegidas pueden revitalizar las economías de las comunidades costeras. Por ejemplo, en zonas como la Reserva Marina Islas Choros-Damas, la implementación de prácticas sostenibles incrementó las capturas de especies clave como el loco ¡en un 30 %! Al cabo de solo 5 años de pesca sostenible. Estas cifras no solo garantizan un ingreso estable para los pescadores y sus familias, sino que además favorecen la conservación de las especies marinas.