El cambio climático afecta a todo el planeta. Desde incendios forestales en Brasil y Colombia, huracanes de proporciones catastróficas en Estados Unidos, hasta la degradación de los ecosistemas marinos de Chile y Perú. Uno de los hábitats más perjudicados por el aumento de las temperaturas son los bosques de macroalgas.
A medida que la temperatura de los océanos aumenta, estos ecosistemas fundamentales para la biodiversidad marina y la absorción de dióxido de carbono, padecen las consecuencias. De hecho, un estudio llevado a cabo recientemente por el científico chileno Daniel González-Aragón reveló que estas variaciones climáticas influyen en el crecimiento y la distribución de macroalgas como la Macrocystis pyrifera (comúnmente conocida como sargazo gigante).
El estudio fue realizado como parte de la tesis doctoral de González- Aragón en la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y la comunidad científica considera que brinda un aporte crucial acerca de cómo las fluctuaciones provocadas por el cambio climático pueden determinar el modo en que estos ecosistemas se desarrollan.
¿Cómo impacta el cambio climático en la distribución de las macroalgas de Chile y Perú?
Según los resultados recogidos por González-Aragón, la temperatura mínima del océano es la variable más importante para poder predecir cómo se distribuirán las Macrocystis pyrifera en la costa del Pacífico. Su investigación demostró que, si la temperatura del agua continúa en aumento (algo muy probable en el estado actual del planeta), las poblaciones de macroalgas disminuirían considerablemente tanto en el norte de las costas de Chile, como en Perú.
En el caso de Chile, la Corriente de Humboldt influye de forma positiva, ya que trae consigo aguas más frías y una alta cantidad de nutrientes que permiten que el sargazo gigante crezca y se reproduzca con facilidad. Sin embargo, el aumento de las temperaturas mínimas medias podría hacer que los beneficios de esta corriente no fueran suficientes para que las algas sobrevivan.
Peor aún, los científicos consideran que (de no poner un freno al cambio climático y a sus efectos nocivos para los ecosistemas acuáticos) esta degradación del hábitat natural no solo repercutiría de forma negativa en esta macroalga, sino también en las más de 210 especies que dependen de estos bosques submarinos para su supervivencia.
¿Cómo utilizaron la tecnología para estudiar el hábitat de las macroalgas chilenas?
González-Aragón se valió del uso de imágenes satelitales para estudiar los bosques de macroalgas de las costas de Chile y Perú. El autor de la tesis, que contó con apoyo financiero y académico del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), explicó que esta tecnología ya había sido utilizada para estudiar los bosques terrestres, pero es la primera vez que se aplica en bosques submarinos.
Mediante este método de vanguardia, González-Aragón pudo analizar en qué estaciones del año es más probable que haya una mayor cobertura de macroalgas en la localidad norteña de Punta de Parra. Así también, logró identificar qué áreas son las más vulnerables a las alteraciones de temperatura y cómo el calor influye en su distribución geográfica.
El Dr. Carlos Lara, director de la tesis, considera que estos hallazgos no solo son importantes desde un punto de vista científico, sino que podrían tener grandes aplicaciones en materia industrial y permitir una mejor gestión de los recursos marinos del país. Esto se debe a que esta clase de macroalgas tienen un alto valor económico debido a su uso en la industria alimentaria y su uso en la medicina.
¿Por qué las macroalgas son tan importantes para la economía chilena?
Las Macrocystis pyriferas son recolectadas y exportadas a varios países del mundo para la producción de alginatos. Este compuesto es utilizado en industrias tan diversas como la alimentaria, la farmacéutica y la cosmética. Pero además, la demanda de estas algas ha crecido mucho en las últimas décadas debido a que son un alimento altamente nutritivo.
Por este motivo, en muchas localidades costeras de Chile, la recolección y el procesamiento de macroalgas se ha convertido en una gran fuente de empleo para miles de familias. Y debido a su gran aporte a la reducción del impacto ambiental y el cambio climático (ya que absorben enormes cantidades de dióxido de carbono) estas plantas son claves para la sostenibilidad a largo plazo de los ecosistemas marinos chilenos.
El futuro de los bosques de macroalgas
Lamentablemente, las proyecciones de los científicos indican que, a menos que se tomen medidas urgentes para protegerlas, muchas de las áreas donde hoy se encuentran los bosques de macroalgas podrían desaparecer en las próximas décadas.
Ante este escenario, organizaciones dedicadas al cuidado del medioambiente, como Greenpeace Chile, The Nature Conservancy y Oceana, han trabajado junto a las comunidades costeras para reclamar al gobierno una mayor protección de estos ecosistemas marinos. ¿Cuáles son las medidas necesarias para lograrlo?: Combatir el cambio climático, preservar la biodiversidad y dejar de contaminar los océanos con plásticos.