Que la biodiversidad marina de Colombia es una de las más ricas del mundo no debería sorprender a nadie. Y entre sus representantes más icónicos se encuentran los tiburones y las rayas. Pero a pesar de su importancia para los ecosistemas, el gobierno colombiano no parece haber encontrado la mejor manera de protegerlos.
De acuerdo con el biólogo de la Universidad Javeriana, Fabio Gómez Delgado, el Decreto 281 (sancionado en 2021), que prohibió la captura de estas dos especies, en la práctica no resultó completamente viable en la práctica. El especialista sostiene que las autoridades no cuentan con los recursos suficientes para hacer cumplir la norma, por lo que no es efectiva.
Por otro lado, Gómez Delgado explica que la prohibición ha dificultado el trabajo de los científicos que, como él, intentan recopilar datos de campo sobre estas especies. Es por eso que los expertos reclaman que el estado colabore con las instituciones académicas para mejorar la capacidad de vigilancia y gestionar los recursos marinos del país de forma sostenible.
Biodiversidad marina en peligro: ¿Por qué los tiburones y rayas son especies vulnerables?
Tanto tiburones como rayas comparten características biológicas que los vuelven especialmente vulnerables a la sobreexplotación pesquera. A diferencia de otros peces, estos animales pueden tardar décadas en alcanzar la madurez sexual y no se reproducen con tanta frecuencia, por lo que suelen tener un número bajo de crías a lo largo de sus vidas.
Esta característica disminuye considerablemente la capacidad para recuperar sus poblaciones ante situaciones de pesca excesiva, o cuando sus hábitats se ven alterados por el calentamiento de los océanos como resultado del cambio climático. Por este motivo, muchas especies de tiburones y rayas se encuentran en un riesgo elevado de extinción constante.
Pesca incidental: un problema sin solución
Uno de los principales desafíos de la protección de tiburones y rayas en Colombia es la pesca incidental, es decir, la captura no intencional de estas especies durante la pesca de otros animales marinos. De hecho, en la gran mayoría de las comunidades pesqueras colombianas, los tiburones y rayas no son el objetivo principal, pero terminan atrapados en las redes de pesca de manera accidental.
Antes de la prohibición de 2021, Colombia había establecido cuotas de hasta un 35% para regular la captura incidental. Esto significaba que un porcentaje del peso total de los cargamentos pesqueros podía estar compuesto por tiburones y rayas. Lamentablemente, la eliminación de estas cuotas no ha acabado con el problema de la pesca incidental, sino que ha generado mercados negros donde estos animales siguen siendo asesinados.
¿Por qué estas especies son tan importantes para la biodiversidad marina de Colombia?
Los tiburones y las rayas son predadores tope. Esto quiere decir que se encuentran en la cima de la cadena alimentaria. Por este motivo, ayudan a regular las poblaciones de otras especies marinas que, ante su ausencia, podrían reproducirse sin control y afectar el normal funcionamiento de los ecosistemas marinos.
En los arrecifes de coral, por ejemplo, los tiburones y rayas ayudan a mantener la salud de los corales, controlando las poblaciones de herbívoros y otros peces que, de otro modo, alterarían toda la cadena alimentaria. Pero además, estas especies suelen cazar a los individuos más enfermos o débiles. De este modo, contribuyen a que solo se reproduzcan aquellos que poseen los mejores genes, y que por lo tanto, aseguran la supervivencia de sus poblaciones.
Por otro lado, en un país como Colombia, donde la economía está estrechamente ligada a la salud de sus mares y océanos, proteger a estos animales no solo resulta esencial para preservar la biodiversidad, sino también para garantizar que los recursos marinos de los que dependen sus comunidades sigan existiendo en el futuro.
A más recursos, mayor control
Desde hace años, organizaciones ambientalistas como Greenpeace Colombia y The Nature Conservancy vienen advirtiendo que el mayor problema que tiene el gobierno para hacer cumplir sus normativas es la falta de recursos económicos y logísticos. Sin personal e infraestructura de vigilancia, se corre el riesgo de que las leyes de protección marina sean ignoradas.
Para Gómez Delgado, el país necesita aumentar su capacidad de investigación. Ya que sin datos precisos sobre las poblaciones de tiburones y rayas, es difícil evaluar si las medidas de conservación son efectivas o determinar qué hace falta cambiar para proteger los ecosistemas. Mientras tanto, lo más importante es educar a las comunidades pesqueras sobre la importancia de cuidar a estas especies para garantizar que las próximas generaciones puedan seguir viviendo de los recursos del océano.