El cambio climático está acabando con los glaciares colombianos

El cambio climático está acabando con los glaciares colombianos

El cambio climático está provocando la desaparición acelerada del glaciar Ritacuba Blanco, uno de los picos más altos de Colombia. Durante el último año, el evento climático conocido como El Niño (que se caracteriza por generar un aumento considerable de las temperaturas), ha hecho que la nieve de este, y otros glaciares tropicales del país, se derritan a un ritmo nunca antes visto. 

Los expertos que trabajan en la Sierra Nevada de El Cocuy, donde se encuentra el Ritacuba Blanco (a casi 5 mil metros sobre el nivel del mar), consideran que se trata de una situación crítica que comenzó a finales del 2023, formando grietas y hendiduras en las zonas más bajas del glaciar que dejaron expuesta la roca de las montañas. 

¿Cómo impacta el cambio climático en el derretimiento de los glaciares colombianos? 

Colombia es reconocida a nivel mundial por su magnífica biodiversidad, ya que cuenta con ecosistemas que van desde selvas tropicales y páramos, hasta glaciares cubiertos de nieve. Pero de acuerdo con Jorge Luis Ceballos, glaciólogo del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), los aumentos de temperatura registrados últimamente en el país están atentando contra estos hábitats.   

En noviembre de 2023, en algunas regiones se llegaron a registrar temperaturas de hasta ¡42,4°C! como consecuencia del cambio climático que afecta al planeta. Esto causó que los glaciares no recibieran las precipitaciones de nieve necesarias para asegurar su conservación. Y en el Ritacuba Blanco, el deshielo es evidente a simple vista. 

Según cifras recabadas por los especialistas del Ideam, la extensión de hielo disminuye claramente de año a año. En 2003, se registraron casi 20 kilómetros cuadrados de hielo y nieve. Esa cifra disminuyó a 16,5 kilómetros cuadrados para el año 2010. Y en 2022, solo quedaban 12,8 kilómetros cuadrados, el área más pequeña desde que se comenzó a monitorear estos datos. 

De acuerdo con Edwin Prada, uno de los guías que trabaja en la zona, las paredes del glaciar, que llegaron a medir más de 6 metros de altura, ahora apenas llegan a un metro. Este derretimiento paulatino atenta contra la supervivencia de cientos de especies de flora y fauna que dependen de este ecosistema para guarecerse, alimentarse y desarrollarse. 

¿Cómo repercute el deshielo de los glaciares en la biodiversidad del país?

La desaparición de los glaciares en El Cocuy afecta terriblemente a las especies que viven en sus alrededores. Estas montañas sirven de hogar a cóndores, tapires, pumas y otras especies emblemáticas como el oso de anteojos o el venado de cola blanca. 

Pero a medida que el hielo se derrite, los ríos que nacen en estas áreas también se ven afectados, lo que impacta la disponibilidad de agua tanto para la fauna local como para aquellas comunidades que habitan en esta región. Además, quienes dependen de los glaciares para llevar a cabo actividades económicas como el turismo ven cómo su desaparición afecta sus medios de vida. De hecho, actualmente ¡solo quedan 6 de los 14 existentes a principios del siglo XX!

Un problema a nivel global

El deshielo de los glaciares colombianos es un fiel reflejo del calentamiento global que está atravesando el planeta. En 2023, el Observatorio Europeo del Clima Copernicus registró las temperaturas más altas desde que se comenzó a monitorear esta información. Pero lamentablemente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que en 2024 ese récord podría romperse. 

Organizaciones ambientalistas como Greenpeace Colombia y The Nature Conservancy vienen luchando desde hace décadas para que la población tome conciencia de las graves consecuencias que puede provocar el aumento de temperaturas.  

No hace mucho, la ciudad de Bogotá padeció una serie de incendios que dan cuenta de esta crisis. En enero, el fuego consumió más de 17 mil hectáreas de bosque. Además, las autoridades de la capital colombiana debieron decretar un racionamiento de agua debido al bajo nivel de sus embalses que se evaporaron por completo por el calor extremo. 

Los glaciares son los mejores termómetros naturales con los que cuenta la humanidad y sus señales deberían servir de alerta a las autoridades para detener el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas o el carbón, que instigan el cambio climático. Solo hay una manera de evitar esta clase de desastres ambientales: poner un freno urgente al cambio climático.