La contaminación plástica en los océanos alcanza niveles alarmantes

La contaminación plástica en los océanos alcanza niveles alarmantes

La contaminación por plásticos en los océanos no deja de crecer. Se estima que, cada año, más de 8 millones de toneladas de estos materiales terminan en los océanos del mundo. Este número equivale a ¡un camión de basura cada minuto! Esto ha hecho que se produzca una acumulación masiva de desechos que no solo afectan la vida marina, sino que pueden comprometer los ecosistemas acuáticos y, en consecuencia, la salud humana de forma irreversible. 

El plástico se ha convertido en un material omnipresente en la vida diaria. Sin embargo, las mismas características que lo vuelven tan útil (durabilidad y resistencia), lo convierten en una amenaza para el medioambiente y las especies marinas. En muchos casos, tortugas, peces y aves marinas confunden el plástico con alimento y terminan muriendo como resultado de su ingesta. 

De hecho, estudios recientes han revelado que hasta un ¡90% de las aves marinas han ingerido algún tipo de plástico a lo largo de sus vidas! Por otro lado, los microplásticos (fragmentos milimétricos de este material) han sido encontrados en el agua, los suelos y hasta en el aire, con impactos en la salud humana que aún no es posible comprender.

Y por si esto fuera poco, las industrias plásticas son unas de las que más contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, por lo que también aceleran el cambio climático del planeta. Sin ir más lejos, durante la fabricación de productos plásticos se liberan grandes cantidades de dióxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre y metano. 

¿Cómo llegan los plásticos al océano?

La gran mayoría de los plásticos que llegan hasta los océanos provienen de fuentes terrestres. Desde desechos mal gestionados o residuos industriales, hasta plásticos de un solo uso (como vasos, cubiertos y bolsas) que no se reciclan de forma adecuada. Las corrientes marinas y los vientos son los responsables (indirectos) de que estos plásticos se dispersen y lleguen hasta las áreas más remotas del globo.

Hasta el momento, la comunidad científica ha podido documentar los casos de más de 700 especies marinas (entre ellas tortugas, aves, peces y mamíferos marinos) que se han visto afectadas por la contaminación plástica en los océanos. En algunos casos, los animales los ingieren. En otros, quedan atrapados por ellos y terminan con lesiones graves que, en gran parte de las veces los acaban matando. 

Islas flotantes de plástico

Las islas de plástico, también conocidas como parches de basura, son grandes acumulaciones de desechos plásticos que flotan en la superficie del océano. La más conocida es, sin dudas, la Gran Mancha de Basura del Pacífico. Esta isla ubicada entre Hawái y California contiene ¡alrededor de 1.8 billones de piezas de plástico!, y se extiende por aproximadamente 1.6 millones de kilómetros cuadrados. Es decir, casi tres veces la superficie de Francia.

Estas islas se han ido formando por el movimiento de las corrientes oceánicas, que recogen y concentran los residuos plásticos en áreas específicas. La Gran Mancha de Basura del Pacífico, por ejemplo, es el resultado de las corrientes del giro del Pacífico Norte. Además de poner en riesgo a toda la fauna marina, los plásticos de estas islas van liberando sustancias químicas tóxicas a medida que se descomponen por efecto del agua y el sol, contaminando todos los ecosistemas marinos.

¿Qué se puede hacer para proteger los océanos de la contaminación plástica?

Organizaciones ambientalistas como Greenpeace y proyectos de limpieza como The Ocean Cleanup han desarrollado campañas y tecnologías destinadas a recolectar y eliminar los plásticos de estas islas flotantes. Pero aunque estos esfuerzos resultan valorables, no servirán de nada a menos que se ataque el principal causante de la contaminación.

En muchos países, las campañas de concientización han logrado fomentar cambios notables en el comportamiento de los consumidores. En Colombia, la ley 2232  ha permitido que se reduzca el uso de plásticos de un solo uso. Por otro lado, la educación sobre los impactos del plástico y la promoción de alternativas biodegradables han conseguido que la demanda de productos contaminantes disminuya. 

Si realmente se quiere poner fin a la contaminación plástica, es fundamental que los gobiernos del mundo determinen medidas drásticas que reduzcan el uso de plásticos de un solo uso, y garanticen un mejor manejo de los residuos plásticos. Además, es imprescindible que se implementen políticas ambientales más estrictas para prevenir que estos desechos lleguen a los océanos.