Los manglares son ecosistemas costeros que brindan protección a las costas contra desastres naturales como huracanes o inundaciones y cumplen un rol vital en la lucha contra el cambio climático por su enorme capacidad para almacenar dióxido de carbono. Pero a pesar de su importancia, un informe reciente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) indica que el 50 % de los manglares podría colapsar para el año 2050.
De acuerdo con la Lista Roja de Ecosistemas de la UICN, casi un 20% de los manglares han sido clasificados como “En Peligro” o “En Peligro Crítico”. Esta lista es una herramienta que permite identificar, clasificar y monitorear el riesgo de colapso de los ecosistemas del mundo basándose en criterios como su extensión geográfica, su nivel de degradación ambiental y sus funciones ecológicas.
Esta herramienta busca alertar con tiempo a los gobiernos, comunidades, y organizaciones ambientalistas como Greenpeace, para que prioricen acciones de conservación en los ecosistemas más afectados. Actualmente, los manglares se encuentran bajo amenaza por prácticas como la deforestación, el desarrollo inmobiliario y la contaminación atmosférica con gases de efecto invernadero que propician el cambio climático.
¿Qué son los manglares y por qué son tan importantes para combatir el cambio climático?
Los manglares son ecosistemas que se extienden a lo largo de las costas de diversos países de regiones tropicales y subtropicales. Además de actuar como barreras naturales que protegen a las comunidades costeras de las tormentas y la erosión, desempeñan un papel fundamental en la salud del medioambiente gracias a la gran cantidad de árboles y arbustos que los conforman.
Esta característica los convierte en excelentes sumideros de carbono, ya que su vegetación es capaz de capturar y almacenar grandes cantidades de dióxido de carbono en sus raíces y biomasa en sus suelos, lo que ayuda a mitigar el cambio climático. De hecho, los expertos estiman que los manglares pueden capturar ¡hasta 4 veces más carbono que los bosques tropicales!
Pero además, estos ecosistemas conforman hábitats a una numerosa cantidad de especies de flora y fauna imprescindibles para la conservación de la biodiversidad del planeta. Es por eso que su pérdida representaría una verdadera catástrofe tanto para el medioambiente, como para las comunidades que habitan en sus alrededores.
¿Cuáles son las principales amenazas a las que se enfrentan los manglares?
En la gran mayoría de los países tropicales y subtropicales, existe una falta e incumplimiento de las regulaciones vigentes que propicia la deforestación ilegal y el desmonte de los manglares para el uso de esas tierras con fines económicos como las industrias agrícola y ganadera. En ciertas zonas, también ha aumentado considerablemente el desarrollo de áreas urbanas que reducen significativamente la extensión de estos ecosistemas.
En muchos casos, el mayor problema tiene que ver con el desarrollo del turismo costero. Muchos gobiernos apoyan la destrucción de manglares para construir infraestructuras como hoteles, puertos y carreteras en busca de beneficios económicos que no contemplan los riesgos para las comunidades de degradar la biodiversidad de los manglares.
Por otro lado, la construcción de represas en muchas partes del mundo está afectando los flujos de agua dulce que los manglares necesitan para sobrevivir. Estos cambios que el hombre introduce en el equilibrio hidrológico de los ecosistemas hace que no puedan recibir nutrientes esenciales, además de exponerlos a una salinización excesiva.
Cambio climático: su peor enemigo
Pero sin lugar a dudas, la peor amenaza a la que se enfrentan los manglares desde hace décadas es el cambio climático. El aumento de temperatura a nivel mundial hace que se derritan los glaciares de los polos. Esto a su vez provoca un aumento de los niveles del mar en todo el planeta. Y a medida que el agua salada sube, va inundando los manglares, destruyéndolos.
Pero incluso si los manglares logran sobrevivir al aumento del nivel del mar, puede que no logren escapar de las tormentas. El cambio climático ha hecho que las tormentas sean cada vez más duras y frecuentes, causando erosión y destruyendo la vegetación de los manglares.
Esto provoca un efecto “bola de nieve”, ya que a medida que los manglares desaparecen, la vulnerabilidad de las zonas costeras aumenta, quedando a merced de futuras tormentas y del aumento del nivel del mar. Es por eso que no sorprende que el último informe de la UICN haya mostrado que un tercio de los manglares del mundo ya han sido víctimas del cambio climático.
¿Qué pasará si las predicciones se cumplen?
Lamentablemente, si las predicciones de la UICN se cumplen y el 50 % de los manglares colapsan, había una pérdida terrible de la capacidad del planeta para capturar dióxido de carbono. Aproximadamente 1.800 millones de toneladas de carbono serían liberadas a la atmósfera, agravando de formas impredecibles el cambio climático.
Pero además, se perdería la función protectora que los manglares ejercen en las regiones costeras. Lo que pondría en riesgo de padecer tormentas, inundaciones y hasta tsunamis a millones de personas de todo el planeta. La única manera de evitar este escenario apocalíptico, es protegiendo a estos ecosistemas vitales.