Histórico acuerdo para la protección de los océanos: este documento establece un hito en la conservación marina y la equidad en el acceso a los recursos genéticos marinos.
La importancia del acuerdo
Los esfuerzos internacionales para salvaguardar los océanos han dado un paso gigante con la finalización de un tratado histórico,
involucrando a 193 países. Este acuerdo promete incrementar significativamente la protección de los ecosistemas marinos, con un objetivo ambicioso de resguardar el 30% de estos entornos para el año 2030.
Este umbral se estableció inicialmente en un compromiso de la ONU sobre biodiversidad en diciembre de 2022, marcando un avance sustancial hacia la realización de este objetivo.
Nuevas regulaciones para el uso del alta mar
El tratado, formalmente titulado «Conservación y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina Fuera de las Zonas de Jurisdicción Nacional», introduce regulaciones esenciales, como la obligación de realizar evaluaciones de impacto ambiental para las actividades propuestas en alta mar.
Esta medida es crucial para asegurar que las intervenciones humanas no comprometan la integridad de estos delicados ecosistemas.
Equidad en el acceso a recursos genéticos
Un aspecto crítico y altamente sensible del acuerdo es el principio de reparto equitativo de los beneficios derivados de los recursos genéticos marinos. Los países en desarrollo, a menudo con recursos limitados para financiar expediciones e investigaciones costosas, lucharon con éxito por su derecho a acceder a estos recursos genéticos, que son patrimonio común y no pertenecen a ningún país en particular. Esto asegura que no se les excluya del reparto de beneficios, especialmente en sectores como el farmacéutico y cosmético, donde se espera obtener compuestos revolucionarios.
La implementación práctica del acuerdo aún plantea interrogantes significativos. Los mecanismos específicos para garantizar el cumplimiento de los compromisos y la efectividad de las nuevas regulaciones serán cruciales para el éxito a largo plazo del tratado.
La comunidad internacional observa atentamente, esperando que este acuerdo marque una era nueva y más sostenible en la gestión de nuestros océanos.
El tratado sobre «conservación y uso sostenible de la diversidad biológica marina fuera de las zonas de jurisdicción nacional» también introduce la obligación de realizar evaluaciones de impacto ambiental de las actividades propuestas en alta mar.
Pero el capítulo altamente sensible que cristalizó las tensiones hasta el último minuto se refiere al principio de reparto de los beneficios de los recursos genéticos marinos recogidos en alta mar.
Los países en desarrollo, que no disponen de medios para financiar expediciones e investigaciones muy costosas, lucharon para que no se les excluyera del acceso a los recursos genéticos marinos y del reparto de los beneficios previstos de la comercialización de estos recursos -que no pertenecen a nadie- de los que las empresas farmacéuticas o cosméticas esperan obtener moléculas milagrosas.
Como en otros foros internacionales, en particular las negociaciones sobre el clima, el debate acabó reduciéndose a una cuestión de equidad Norte-Sur, comentaron los observadores. En un anuncio considerado un gesto para reforz
En Nueva York, la Unión Europea prometió 40 millones de euros para facilitar la ratificación del tratado y su aplicación inicial.
Además, se comprometió a dedicar más de 800 millones de euros a la protección de los océanos en general de aquí a 2023 en la conferencia «Nuestro Océano», que concluyó el viernes en Panamá.
La Ministra de Asuntos Exteriores de Panamá, Janaina Tewaney, anunció que en la conferencia se habían contraído «341 nuevos compromisos» por un total de casi 20.000 millones de dólares -entre ellos casi 6.000 millones de Estados Unidos- para proteger los mares.
Sigue leyendo este medio para saber cómo se implementará.
