Cada 14 de julio se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Conciencia por los Tiburones. Este fecha busca concientizar a la población acerca de la importancia de estos animales marinos que existen desde hace 450 millones de años para los ecosistemas del planeta. Los tiburones llegaron a convivir con los dinosaurios, sin embargo nunca corrieron más peligro de desaparecer que en la actualidad.
La disminución acelerada de sus poblaciones como resultado de la sobrepesca y otras amenazas como el cambio climático, están poniendo en riesgo el equilibrio de los ecosistemas marinos. Esto se debe a que los tiburones son depredadores tope, es decir, que están en la cima de la pirámide alimenticia y, por lo tanto, ayudan a mantener el control de las poblaciones de otras especies marinas.
Tiburones: un abanico de diversidad vital para los ecosistemas marinos
A lo largo de sus millones de años de existencia, los tiburones lograron evolucionar y adaptarse a diferentes hábitats. Se calcula que en la actualidad existen ¡más de 500 especies diferentes! Y cada una de ellas desempeña un rol crucial en los ecosistemas donde se desenvuelven.
Desde el tiburón ballena, que puede alcanzar hasta 12 metros de longitud y se alimenta principalmente de plancton, hasta el pequeño tiburón linterna, que brilla en la oscuridad gracias a su bioluminiscencia o el tiburón blanco, famoso por ser uno de los depredadores más temibles del océano (y capaz de regular su temperatura corporal para cazar en aguas más frías) todos son imprescindibles para regular las poblaciones de peces herbívoros.
Si los tiburones dejaran de existir, esta clase de peces se reproducirían sin control, arrasando con las algas tan importantes para la captura de carbono en los océanos y generando un desequilibrio ecológico que podría afectar de forma terrible a todo el ecosistema marino. De hecho, para los biólogos marinos, la presencia y abundancia de tiburones en un área determinada del océano es un verdadero indicador de la salud del ecosistema.
¿Qué amenazas enfrentan actualmente los tiburones?
Los expertos estiman que, cada año, se matan alrededor de ¡100 millones de tiburones! Entre sus principales amenazas se encuentran la industria pesquera. Los barcos dedicados a pescar tiburones suelen cazarlos a un ritmo mucho más rápido del que pueden reproducirse para satisfacer la creciente demanda de productos como aletas, carne y cartílagos de tiburón.
Por otro lado, existe la pesca indiscriminada. Es decir, la captura “accidental” mientras los pescadores comerciales intentan pescar otras especies. Esta práctica es especialmente dañina porque muchas veces los ejemplares capturados de esta manera no son utilizados y sus cadáveres terminan siendo descartados en los océanos.
Recientemente, la organización ambientalista Greenpeace reveló que varias compañías pesqueras estaban capturando tiburones en zonas de cría de estos animales en el Atlántico Norte. Mediante la técnica del palangre, atraen a los tiburones con cebos y ¡matan hasta 28 mil ejemplares en un solo día! Y lo que es peor, muchos terminan heridos por los anzuelos y mueren antes de que puedan ser liberados.
Problemas ambientales que atentan contra los tiburones
La destrucción de hábitats marinos como consecuencia del cambio climático también pone en riesgo a los tiburones. Ecosistemas como los arrecifes de coral o las praderas marinas son cruciales para que estos animales se alimenten, se reproduzcan y, en ocasiones incluso les sirven de refugio a ellos y a sus presas.
A medida que estos hábitats se ven degradados por actividades humanas como la minería submarina o la contaminación plástica, las áreas donde los tiburones pueden vivir y prosperar se van reduciendo de forma drástica. Además, el cambio climático está calentando las aguas oceánicas haciendo que muchas especies no puedan sobrevivir en sus entornos naturales.
El cine y la televisión han creado una imagen violenta y temible de los tiburones. Sin embargo, la realidad es opuestamente distinta: si ellos no existieran la vida en los océanos (y en consecuencia, en la Tierra), sería terrorífica. La única manera de prevenir que esto suceda es protegiendo sus hábitats y la salud general de los océanos.