Por qué fueron declaradas como áreas de conservación algunas de las rompientes preferidas por los deportistas acuáticos. En qué consiste el proyecto y en qué otros lugares del mundo también trabajan en equipo grupos de surfistas y de ambientalistas
¿Pueden las rompientes ser consideradas como zonas protegidas por su importancia para el ambiente y las comunidades? La respuesta es sí y en Perú ya hay 4 en particular que fueron declaradas en el año 2024 bajo esta denominación.
Se trata de un proyecto llamado “Expansión de los beneficios de la economía azul y la conservación crítica y los servicios ecosistémicos mediante la gestión de los ecosistemas del surf”. La iniciativa fue financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, también conocido como GEF.
El objetivo central de la propuesta tiene que ver con dar relevancia a la importancia de las rompientes llamadas El Golf, Providencia, Malpaso y Puémpe.
Como el tema se encuentra en agenda desde hace tiempo, para ejecutar la acción, se sancionó la “Ley de Rompientes” en el año 2013 la cual en total ya contempla 47 sitios marinos destacados.
Un dato fundamental en esta historia es que Perú es el único país en todo el mundo que cuenta con este tipo de normativa mediante la cual se establece la conservación de sitios naturales para el surf. Pero ¿Qué significa la declaración de las rompientes como zonas protegidas?
- Son consideradas como patrimonio nacional
- Se las declara propiedad del estado
- Impulsa campañas para recolectar fondos para financiar estudios batimétricos
- Establece seguimiento de los procesos administrativos
- Crea campañas de sensibilización y conciencia sobre la importancia de cuidar las olas
- Invita al activismo social por la conservación marina
Además del GEF participaron de este proyecto los gobiernos de Costa Rica y Panamá junto con las propias autoridades de Perú. También se sumaron la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y la muy conocida la Save the Waves (STW).

En relación a las nuevas zonas protegidas, se trata de 6.222 metros cuadrados en los cuales los surfistas suelen congregarse. Más allá de su función para el deporte y el ocio, son lugares muy importantes para el funcionamiento de los ecosistemas.
De cara a la economía azul, estas áreas ofrecen un respaldo a las comunidades ya que son foco de oportunidades para negocios locales, emprendimientos y diversas formas productivas.
En cuanto al futuro, los referentes que llevaron adelante esta idea confirmaron que el objetivo final es lograr un total de 100 rompientes declaradas como zonas protegidas. Por eso, se espera que esta novedad del último año sea inspiración para más conservación de olas y naturaleza.
Otros casos de surf y ambientalismo en la región
Perú no es el único país que ha decidido combinar ambientalismo con deporte. En Uruguay también surgió un plan llamado “Programa Uruguayo de Reservas de Surf”, conocido como PURS. Lo que comenzó como la idea de un grupo de amigos interesados por la naturaleza, finalmente convocó a gobiernos y organizaciones no gubernamentales de otros países.
La idea fue invitar a la comunidad a tomar conciencia sobre la importancia de cuidar a las olas y al entorno marino. El resultado fue que muchas personas se convirtieron en seguidores del PURS. Además de surfistas se acoplaron practicantes de kitesuf y windsur junto con pescadores de la zona.
Además de Uruguay, otra nación con cultura surf ensamblada con ambientalismo es México. Más precisamente en el estado de Oaxaca surgió una movilización activista para evitar el fenómeno de la gentrificación.
Con la llegada de nuevas inversiones y capitales interesados en grandes construcciones, tanto los surfistas como los lugareños interesados en preservar su paraíso natural iniciaron acciones de protestas en contra de la gran explotación comercial que se planteaba para la región.

Después de varias convocatorias públicas para exigir que se detenga el proceso de urbanización y que se declaren zonas protegidas a las costas del lugar, lograron frenar las construcciones. En el año 2024, por fin, se prohibió avanzar con las edificaciones.
Perú, Uruguay y México son solo tres de los países del continente interesados en conectar los deportes de mar con la conciencia ambiental. Es por eso que la tendencia de crear zonas protegidas para el beneficio de las comunidades prosperará en el futuro y, muy pronto, habrá más novedades sobre nuevos puntos involucrados.