La industria del turismo, una de las más impactantes en el crecimiento económico global, está redirigiendo sus esfuerzos hacia prácticas más sostenibles, conscientes de que su impacto en el medio ambiente es tan fuerte como su influencia en las economías locales.
América Latina es un destino privilegiado por su diversidad natural y cultural, por lo que la transformación hacia el turismo responsable se ha convertido en un compromiso ineludible, impulsado tanto por la demanda de viajeros conscientes como por la necesidad urgente de preservar recursos naturales y reducir el impacto ambiental.
El potencial, el volumen de negocio y las oportunidades de crecimiento social, económico y cultural que ofrece el sector turístico al mundo son indiscutibles. De acuerdo con información proporcionada por la CEPAL, el turismo y sus sectores relacionados equivalen al 42% de las exportaciones totales en los países del Caribe, y al 35% de sus puestos de trabajo.
A pesar de que estos números tienen un impacto significativo, el sector continúa siendo altamente susceptible al cambio climático. El riesgo para las obras de infraestructura, transporte, comunicaciones, energía, agua y saneamiento en América Latina y el Caribe, ha aumentado con eventos extremos como ciclones, inundaciones, sequías, incendios forestales y olas de calor.
Es un hecho de doble impacto: la industria también es responsable de la emisión de gases de efecto invernadero. De acuerdo con una investigación de la Organización Mundial del Turismo se anticipa que las emisiones de CO2 en el sector turístico incrementen al menos un 25% para el año 2030. Es decir, es un círculo en el que la industria genera el cambio climático que la perjudica a sí misma.
La creciente demanda de turismo responsable
Con la concientización sobre temas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la crisis ambiental, los viajeros actuales buscan experiencias de bajo impacto. En LATAM, una región rica en recursos naturales, desde la selva amazónica hasta las playas del Caribe, este cambio en la demanda ha presionado a la industria para ofrecer alternativas que respeten el medio ambiente y a las comunidades locales.
Muchos turistas, principalmente jóvenes interesados por la sustentabilidad, están dispuestos a pagar más por experiencias que se alineen con sus valores ecológicos y sociales. Estudios recientes muestran que alrededor del 70% de los turistas prefieren empresas que practican un turismo responsable. En destinos populares de Argentina, Brasil, Costa Rica y Colombia, los operadores turísticos han comenzado a adaptar sus ofertas, fomentando prácticas más responsables para satisfacer esta demanda emergente.
Estrategias sustentables en destinos turísticos de LATAM
A lo largo de la región, diversas estrategias sustentables han ganado terreno, desde el ecoturismo hasta la adopción de políticas de cero emisiones y la colaboración con las comunidades locales.
- Ecoturismo y conservación de la biodiversidad.
En lugares como la Patagonia argentina y los bosques tropicales de Costa Rica, el ecoturismo se ha convertido en una piedra angular del turismo sustentable. Estas experiencias permiten a los turistas interactuar con el entorno natural de manera respetuosa, generando ingresos que luego se destinan a la conservación.
En el caso de la Reserva de la Biosfera Maya en Guatemala, el 70% de las ganancias generadas por las visitas se reinvierten en programas de protección de especies en peligro.
- Integración con comunidades locales.
El turismo sostenible también involucra a las comunidades. Las operadoras buscan asociarse con habitantes locales para ofrecer experiencias auténticas y, a la vez, generar ingresos que beneficien a estos mismos pueblos.
En México, por ejemplo, las visitas a las comunidades mayas han aumentado, ofreciendo a los turistas la oportunidad de conocer su cultura mientras apoyan su economía. Esto crea una relación de valor que beneficia tanto al visitante como a la comunidad, asegurando que el turismo también tenga un impacto positivo a nivel social.
- Gestión de residuos y reducción de la huella de carbono.
Empresas en destinos de alto tráfico turístico han implementado sistemas para reducir su huella ecológica, como el uso de energías renovables y políticas de cero plástico.
En las islas Galápagos, por ejemplo, se han impuesto fuertes regulaciones para controlar la cantidad de turistas y limitar el uso de plásticos de un solo uso, con el fin de reducir el impacto en la vida marina.
Muchos operadores ofrecen opciones de transporte eléctrico, y en áreas remotas de Chile, los alojamientos impulsan el uso de paneles solares para reducir el consumo energético.
- Educación ambiental para los turistas,
Numerosos destinos han implementado programas para educar a los visitantes en prácticas sustentables. En Costa Rica, país pionero en ecoturismo, la mayoría de los operadores ofrecen guías especializadas que educan a los turistas sobre la fauna y flora local, alentandolos a reducir su impacto y respetar las normas de conservación.
Desafíos y oportunidades
Aunque el cambio hacia el turismo sostenible es positivo, también enfrenta grandes desafíos en los países en vías de desarrollo. Uno de los mayores obstáculos es la falta de infraestructura adecuada y financiamiento, especialmente en regiones rurales.
Sin embargo, estas dificultades presentan oportunidades para generar alianzas estratégicas entre el sector público y privado, en las que gobiernos y empresas colaboren para desarrollar infraestructura y programas de turismo sostenible que beneficien a largo plazo.
Otra barrera significativa es la inconsistencia en las políticas ambientales y de turismo sostenible en la región. Aunque países como Costa Rica y Colombia han liderado el camino, otros destinos aún no cuentan con regulaciones claras para fomentar la sostenibilidad. No obstante, se observa un cambio alentador hacia el establecimiento de estándares y normativas que promuevan un turismo más responsable y respetuoso del medio ambiente.