Cómo ocurrió que se reunió la comunidad pescadora con la ciencia para salvar a los océanos. Los detalles de un proyecto muy original y cómo se distribuyeron los roles para implementarlo en la práctica.
Salvar los océanos es una tarea que involucra muchos actores sociales. Sin embargo, no siempre las partes logran llegar a un acuerdo para comenzar acciones conjuntas. En este sentido se requiere diálogo, entendimiento y puesta en común de intereses que involucran a todos.
En Costa Brava, una zona pesquera ubicada en la provincia de Gerona, en Cataluña, España, se dio inicio a un proyecto disruptivo. Para recuperar los ecosistemas del mar Mediterráneo se unieron grupos científicos y de pescadores con un mismo objetivo en común.
El programa se llama “LIFE EcoRest” y tiene el propósito de recuperar 30 mil hectáreas de hábitats submarinos. El territorio en cuestión incluye a Gerona y a Barcelona los sectores involucrados son oriundos de ambas localidades.
Entre los participantes hay una diversidad que aporta puntos de vista y experiencias diferentes. En la nómina de integrantes se encuentra el sector académico, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil:
- Fundación World Wildlife Fund, también mencionada como WWF
- Instituto de Ciencias del Mar conocido como ICM-SSIC
- Fundación Biodiversidad para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
- Universidad de Barcelona
- Federación Nacional Catalana de Cofradías de Pescadores

A estos representantes del ambientalismo y de la ciencia se suman los integrantes del entusiasta gremio de pesca con sus conocimientos del día a día en las aguas.
Para llevar adelante las actividades WWF puso a disposición una embarcación nombrada como “Blue Panda” que está en condiciones de recorrer toda la costa.
Desde todos los ámbitos involucrados reconocen que esta unión es tan inédita como necesaria. Los pescadores, por su parte, expresaron su sorpresa al ser convocados ya que no hubo antecedentes previos de una comunión de estas características.
En este sentido, el primer paso fue la instrucción por parte de los investigadores sobre cómo se pueden lograr prácticas más sostenibles durante la captura de peces. Puntualmente sobre esto, el primer paso fue consensuar una devolución de los corales al mar cuando son arrastrados durante el proceso de pesca.
Para que esto sea eficiente debe suceder en el mismo momento de su extracción. Ocurre que, lejos de su lugar de origen, es muy difícil que la especie sobreviva. Entonces conocer estos detalles generó un cambio tanto en la conciencia como en el proceder de los pescadores.
Incluso se puede dar un proceso de recuperación en los puertos en caso de no poder ser reintegrados en el momento por alguna razón. Vale mencionar que, en el pasado, para estos trabajadores, los corales sustraídos eran percibidos como residuos de pesca y no como un recurso valioso.
Así comenzó el trabajo mancomunado para salvar a los océanos en la zona mediterránea la cual, por cierto, tiene más detalles interesantes…
En qué consiste el proyecto para salvar los océanos
Una vez puestos en común los intereses de todos por salvar los océanos, comenzó la travesía del “Blue Panda”, el aporte de WWF para esta causa.
El plan consistió en recorrer toda la costa de punta a punta, con paradas y escalas educativas e informativas.
En esas instancias los técnicos ofrecieron charlas y jornadas de capacitaciones especiales a los pescadores sobre la importancia de los ecosistemas marinos. La idea central es que puedan conocer como la conservación de especies, entre muchas otras cuestiones, beneficia para el sostenimiento de sus fuentes de trabajo a largo plazo.
Con el fin de recomponer las capas submarinas, durante el proceso, fueron devueltos a su origen más de 3 mil corales, gorgonias y esponjas. Pero, además, se les imparte a los trabajadores las instrucciones para hacerlo correctamente sin dañar a ningún ejemplar y facilitarles su regreso.
El programa incluye un sistema de monitoreo posterior en el cual volverán a las zonas por donde pasaron las expediciones para chequear el estado del fondo del mar. Esto se realizará con robots acuáticos que pueden rastrear los fondos para verificar las condiciones de supervivencia de las especies.
Sin dudas el trabajo comunitario es una gran idea para las campañas ambientales y esta misión de salvar los océanos así lo comprueba.