Proyectos prometedores de energía marina para una “revolución azul”

Proyectos prometedores de energía marina para una “revolución azul”

¿Y si el mar pudiera alimentar tu cafetera o tu coche eléctrico? El 70% del planeta está cubierto por océanos, que albergan enormes cantidades de flujos de energía. Éstos pueden aprovecharse mediante diversos tipos de energía, conocidas como energías marinas: son muchos los que ven el papel estratégico de estas energías y anuncian la inminencia de una “revolución azul“, que ofrecerá energía a bajo coste al alcance de todos los habitantes de la superficie del globo. 

La revolución azul de la energía aprovechada desde los océanos podría ser realidad, porque la economía azul es un hecho. Aquí algunos proyectos más prometedores de extracción de estas energías.

Con la energía del mar

¿Qué es? ¿Un proyecto de energía marina suministra electricidad a la isla de la Reunión desde 2010 y nadie sabía nada? Es la primera instalación de energía de las olas y se ha probado en Francia. 

Situada en Pointe du Diable y basada en un principio muy simple, se anunció que podía producir 25 MW. 

El principio consiste en aprovechar la energía del oleaje mediante boyas sumergidas que se desplazan con el movimiento de las olas para transformarla en energía hidráulica y luego eléctrica, en tierra. 

Las boyas no tenían ningún impacto visual, ya que estaban sumergidas, y muy poco sobre la flora y la fauna, ya que se desplazaban lentamente por la columna de agua. 

Por desgracia, a pesar de un comienzo prometedor, el sistema resultó gravemente dañado por el ciclón Bejisa, que azotó Reunión a principios de 2014. Este sistema también está siendo desarrollado en Australia, frente a las costas de Perth, por REH con el nombre de CETO. En el hemisferio norte, EDF Energies Nouvelles posee la licencia para utilizar esta tecnología.

Ya en marcha en Suecia con una granja piloto de 10 MW, el sorprendente proyecto Waveroller promete utilizar la energía de las olas mediante un dispositivo anclado a una profundidad de entre 8 y 20 metros. 

El panel, que oscila al ritmo de las olas, transfiere la energía a un circuito hidráulico que acciona una bobina que suministra electricidad directamente a tierra a través de cables submarinos. 

Esta solución, que se implantará frente a las costas de Bretaña y aún está en fase de I+D, promete una potencia disponible de entre 500 KW y 1MW. 

Aunque prometedora, se inscribe en un entorno competitivo: la pala de material compuesto ocupa toda la columna de agua, lo que imposibilita el paso de buques o el uso compartido de la superficie con otras actividades (ocio, vela, pesca, etc.), todo ello en una zona (a menos de 5 km de la costa) que ya está muy solicitada.

Aerogenerador flotante 

 Se trata de un proyecto bien pensado que flexibiliza las condiciones de utilización de los aerogeneradores instalados en alta mar: como éstos no podían instalarse más allá de los 30 metros de profundidad, se producía un impacto importante en los paisajes costeros. Una solución a este impacto es desplazar las turbinas hacia atrás… ¡haciéndolas flotar!

Se anunció que se podrá instalar aerogeneradores a profundidades de hasta 300 metros, con las turbinas simplemente sujetas por cables anclados al lecho marino. 

La asociación entre Alstom y DCNS ha dado lugar al desarrollo de un aerogenerador flotante, y está previsto un primer parque piloto entre las islas de Groix y Belle-Île, en la región bretona de Morbihan. 

Más potente que otros proyectos de energía marina, podría desarrollar una capacidad de 6 MW en 2017 para una sola turbina eólica, ya que la fuerza de los vientos en el mar es más constante y significativa que en tierra. 

Con un diámetro de 150 metros y una altura total de 100 metros, es probable que este proyecto tenga un mayor impacto en el paisaje, aunque el parque piloto estará situado a 6 millas (unos 11 km) de Belle-Île. El campo tendrá una superficie de 10 km 2 y producirá entre 40 y 50 MW de aquí a 2018.

La turbina mareomotriz de conversión de la energía de las olas

El título puede parecer un poco abstruso, pero en realidad esconde una revolución en el diseño de turbinas mareomotrices. Con sede en Boulogne-sur-Mer, Eel Energy afirma ser capaz de aprovechar el 100% de la corriente en un solo punto. El principio es sencillo: al ondular en la corriente, la membrana se deforma, lo que acciona el sistema electromecánico.

La utilización de numerosas instalaciones de este tipo en granjas marinas compensaría la escasa producción individual de las membranas.

Capaz de orientarse en la corriente, esta solución es mucho más flexible que las turbinas mareomotrices tradicionales, lo que permite instalarla en zonas con flujos perturbados.

Energía marina en Argentina

En el país, el desarrollo de energías marinas aún está en una etapa incipiente, sin embargo cuenta con un enorme potencial gracias a su extensa costa atlántica. 

Se han realizado estudios preliminares en áreas como la Patagonia para evaluar el aprovechamiento de la energía mareomotriz y undimotriz. No obstante, el avance de estos proyectos depende en gran medida de la inversión en investigación y desarrollo, así como de la implementación de políticas públicas que promuevan las energías renovables. 

A pesar de los desafíos, Argentina tiene la oportunidad de posicionarse como un líder regional en la explotación de energías marinas, contribuyendo así a la diversificación de su matriz energética y a la mitigación del cambio climático.

Así, queda claro que la «revolución azul» no es un concepto futurista, sino una realidad en proceso de gestación. 

Los océanos representan una fuente inagotable de energía que, con las tecnologías adecuadas y la inversión necesaria, podría transformar la manera en que el mundo se abastece de electricidad. Países como Francia, Suecia y Australia ya están a la vanguardia, y la esperanza es que otras naciones, como Argentina, se sumen a este movimiento hacia un futuro más sostenible y limpio.