Descubre los secretos sumergidos de Cidade Velha, donde la arqueología subacuática revela capítulos olvidados de un patrimonio mundial que conecta continentes y culturas. Una inmersión en la historia que redefine nuestra comprensión del pasado, de cara al futuro.
Cidade Velha, encrucijada histórica y Patrimonio Mundial
Cidade Velha, también conocida como Ribeira Grande de Santiago, es hoy el único lugar del archipiélago de Cabo Verde inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Esta ciudad histórica fue una encrucijada esencial para el comercio marítimo internacional, uniendo las rutas entre África, Cabo Verde, Brasil y el Caribe. Su situación insular, y a la vez su proximidad a la costa africana, la convirtieron en un centro importante durante la trata transatlántica de esclavos.
Situada al sur de la isla de Santiago, a sólo 15 km de la capital, Praia, Cidade Velha encarna la identidad criolla que se ha extendido por el Atlántico.
Conocida localmente como Sidadi, la ciudad es uno de los primeros eslabones de un importante patrimonio cultural inmaterial compartido por África, América y Europa.
Conserva importantes vestigios que atestiguan una parte de la historia de la humanidad, lo que le valió el reconocimiento de su valor universal excepcional y su inclusión como Patrimonio Mundial en 2009.
Cabo Verde cuenta con un patrimonio arqueológico subacuático de incalculable valor que atestigua la historia centenaria de estas islas en el contexto de la confluencia de la historia humana a partir del siglo XV.
Por ello, el gobierno está realmente comprometido con su protección, reforzando las capacidades técnicas nacionales, consolidando el marco institucional y jurídico, y sensibilizando e implicando a la sociedad civil y a las comunidades en su protección, en estricto cumplimiento de los principios de la Convención para la Protección del Patrimonio Arqueológico.
El apoyo institucional y técnico de la UNESCO ha sido fundamental en esta empresa.
Sumergirse en la historia a través de la arqueología subacuática
La idea de contar la historia de Cidade Velha de una forma diferente, a través de sus bienes culturales sumergidos, nació del deseo de comprender mejor los problemas a los que se enfrentó la ciudad en el pasado y, en última instancia, de contribuir a enriquecer nuestra comprensión de la historia del continente.
La Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 define este patrimonio como todos los rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico y que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años.
Este fuerte deseo de aprender más sobre este yacimiento único ha llevado a poner en marcha un proyecto sin precedentes: Santiago 24, el primer campo internacional de formación en arqueología subacuática.
Del 1 al 14 de junio de 2024, 12 jóvenes investigadores africanos procedentes de Cabo Verde, Comoras, Eritrea, Gambia, Kenia, Marruecos, Mozambique y Senegal, todos ellos comprometidos con el descubrimiento y la documentación de yacimientos históricos y culturales sumergidos, se reunieron para profundizar en sus conocimientos de arqueología subacuática.
Estos jóvenes investigadores pudieron descubrir la ciudad histórica de Cidade Velha, pero también iniciar actividades de investigación arqueológica subacuática en esta misma ciudad, que fue la primera ciudad colonial construida por europeos en los trópicos.
Participar en este campamento-escuela de arqueología subacuática fue una gran oportunidad, no sólo para reforzar nuestras habilidades, sino también para destacar la importancia de la presencia y el compromiso de las mujeres en este campo.
Este proyecto ha puesto de relieve nuestra capacidad como jóvenes profesionales africanas para colaborar y proteger el patrimonio cultural subacuático, reforzando al mismo tiempo la inclusión y la igualdad en la profesión arqueológica.
Durante dos semanas, los participantes se sumergieron, bajo la supervisión de expertos internacionales, a profundidades comprendidas entre los 13 y los 21 metros. Las inmersiones revelaron un potencial arqueológico subacuático excepcional en la zona de fondeo de Cidade Velha, muy frecuentada por los turistas.
Todo lo dicho, nos conecta con la historia profunda que yace en el océano, revelando la intersección entre el pasado y nuestro futuro compartido.