Qué relación hay entre el surf y el ambientalismo

Qué relación hay entre el surf y el ambientalismo

El surf se compromete con el ambientalismo y difunde esta causa a otras actividades y a la comunidad en general. Los movimientos que han surgido en la región y las actividades que proponen. 

El surf es uno de los deportes más relacionados con el ambientalismo. Como parte de la filosofía de sus protagonistas el cuidado del medio ambiente es uno de los elementos más importantes de la actividad. 

Por cierto, existen movimientos concretos con enfoques que apelan a la conciencia y al respeto hacia el ecosistema. Desde estas iniciativas se busca reducir el impacto negativo que este deporte y toda la actividad humana pueda tener sobre la naturaleza. 

En principio, es una realidad que el surf se practica en un hábitat en el cual el ambientalismo es central.  De hecho, hoy en día los océanos se encuentran en la mira de todas las conversaciones sobre cambio climático. 

De cara a los desafíos que representa el cuidado de los mares, los surfistas se involucran en la importancia del proteccionismo y la responsabilidad ambiental. 

Pero ¿Qué pueden hacer los amantes del surf por el medio ambiente? ¿Dónde surgen las principales propuestas que unifican al deporte y el ambientalismo? ¿En qué consisten sus ideas y cómo las llevan adelante? 

Consejos para surfistas comprometidos

Lo primero que hay que decir es que la práctica del ambientalismo por parte de los surfistas tiene onda expansiva. Esto significa que hay corrientes que amplifican los conceptos a otros deportes y también al resto de la población. 

La consigna es disfrutar al máximo las playas sin perjudicar los ecosistemas. Para ello, hay algunas recomendaciones puntuales que los amantes del surf ofrecen y que todos pueden aplicar:

  • Práctica responsable: disfrutar del surf de manera respetuosa significa no invadir zonas restringidas en las cuales pueden ser afectadas especies animales o vegetales. El ejemplo más recurrente son las algas. También es importante realizar la actividad de forma comunitaria, con integración y solidaridad dentro junto con otros surfistas. 
  • Equipos y transporte sustentables: Preferir siempre equipamientos que no incluyan en sus procesos de fabricación prácticas contaminantes. De igual modo, elegir formas de traslado que sean sostenibles y que no generen impacto negativo en la naturaleza. 
  • Activismo: Sumarse a campañas de limpieza, saneamiento, conservación y recuperación de las costas. Algunos ejemplos son la recolección de residuos, señalización y demás. 
  • Educación ambiental: Respetar las reglas de cada zona, seguir las normas y difundir las formas de cuidado del medio ambiente durante y por fuera del deporte. 

En Latinoamérica hay algunas regiones específicas en las cuales estas tendencias se convirtieron en movimientos organizados en los cuales los surfistas se involucran. De hecho, se hacen cada vez más populares y generan identificación y empatía dentro y fuera de sus países de orígenes

Los casos de Uruguay y México

En el contexto del surf combinado con ambientalismo surgió el Programa Uruguayo de Reservas de Surf, también mencionado como PURS. Vale decir que, en el inicio, solo era la idea de tres amigos y hoy se magnificó de tal modo que hay gobiernos, organismos internacionales y muchos seguidores involucrados. 

Con el foco puesto en el valor cultural, estético y ambiental de las olas, estos surfistas ambientalistas se sumaron a otras actividades. De esta manera, se interesaron y sumaron a PURS también los amantes del kitesurf, el windsurf e, incluso, de la pesca. 

Para los uruguayos, pobladores de un país que tiene al turismo como una actividad central de su economía, el cuidado del mar es fundamental. A partir de este punto, también PURS se trata de generar un cambio para cuidar un valor central para toda la sociedad. 

En México, en Punta Colorada, dentro del estado de Oaxaca, también nació una movilización muy importante que reunió al surf con el ambientalismo. Sucedió que en toda la zona se dio un fenómeno de gentrificación. De pronto, comenzaron grandes edificaciones y espacios comerciales que encendieron las alarmas. 

Así las cosas, los surfistas iniciaron una proclama en contra del avance de la construcción en un reducto al cual consideran el último refugio natural para ellos. Mientras el gobierno daba luz verde para el avance con la excusa del turismo y el progreso, los lugareños se organizaron. 

El resultado fue la presentación de un amparo comunitario que en el año 2024 detuvo todas las obras e impidió construir en la zona. 

Al igual que en las costas mexicanas y uruguayas son muchos los puntos del planeta en los cuales surf y ambientalismo se dan la mano por intereses en común. Una muestra más de que la actividad humana no necesariamente debe ser negativa para el medio ambiente.