En qué consisten los fenómenos marítimos llamados megatsunamis y cuál es el riesgo actual por posibles arribos. Lo que los expertos han recolectado a lo largo de los años sobre estos eventos extremos.
Se les llama megatsunamis porque son mucho más extremos que un tsunami y, tal vez, se los pueda considerar los eventos marítimos más destructivos. Con olas que pueden superar los varios cientos de metros de altura, estos fenómenos naturales mueven cantidades inimaginables de agua.
Ante semejante magnitud de hechos, es más que elocuente que los megatsunamis destruyen todo lo que había antes de su llegada. Por esta razón, ante las previsiones climatológicas adversas para el futuro inmediato a causa del cambio climático, los expertos estudian cuán posibles son sus irrupciones.
A causa de la crisis ambiental, los especialistas recomiendan especial y permanente monitoreo en las zonas de riesgo. Entre las causantes de estos episodios se encuentran estos factores:
- Deslizamientos e la tierra a nivel masivo
- Avalanchas rocosas de gran volumen
- Combinación de los dos casos anteriores junto con terremotos
- Erupciones volcánicas
- Sobre derretimiento de los glaciares
- Caída de meteoritos o asteroides

A propósito, los registros históricos de los megatsunamis certifican que la gran mayoría han sucedido en zonas propicias de deslizamientos terrestres. En este sentido, los glaciares de Alaska y Noruega son las predominantes.
Más allá de estos patrones ya estudiados y comprobados, hoy la situación del calentamiento global convierte a todo el planeta en un lugar más vulnerable. Esto significa que en cada sitio del mundo donde haya crecida del mar se debe tomar recaudos y realizar controles.
A propósito, según una publicación difundida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, hubo en la historia más de 30 megatsunamis documentados. En relación a esto, muchos casos ocurrieron en zonas aisladas y no produjeron ningún tipo de daño para las comunidades.
El caso del megastunami de Groenlandia
Ocurrió un particular episodio en septiembre del año 2023 en Groenlandia. Lo curioso de la situación es que toda la secuencia desconcertó a la comunidad científica y pasó un tiempo considerable hasta que se pudo dilucidar de qué se trataba.
En aquel momento tuvo lugar un megasunami el cual luego se supo que se originó en sector este del Polo Norte. Más concretamente en el fiordo Dickson, un golfo que pasa entre glaciares, donde se produjo un desplazamiento de la tierra.
La noticia llegó por una señal sísmica que dio aviso y que, para sorpresa de todos, continuó con la misma intensidad y frecuencia durante nueve días consecutivos. Además, el alcance atravesaba el planeta completo, desde la misma Groenlandia hasta la Antártida.
Finalmente se supo que el causal de este megatsunami fue la caída de un bloque de hielo gigante de aproximadamente 25 millones de metros cúbicos. El impacto del golpe originó el incidente que continuó retumbando dentro de las paredes del golfo por más de una semana.

Al tratarse de una zona inhóspita e inexplorada fue dificultoso dar con la ubicación exacta y con los motivos. Sin embargo, al tomar conciencia de los hechos, los investigadores no dudaron en aseverar que se trató de una consecuencia más del cambio climático.
Este derretimiento, como otros que se registran en paralelo, avanzan por las elevadas temperaturas globales. Por esta razón, los técnicos advierten que el aumento de frecuencia de fenómenos marítimos como los megatsunamis es una posibilidad real y concreta.
En el caso puntual de Groenlandia, el efecto invernadero ya derritió más de 4 billones de toneladas de hielo. Además, según los últimos informes ambientales, toda la zona del Ártico, por iguales motivos, comenzó a emitir emisiones de carbono en lugar de capturarlas.

Justamente a causa de este desequilibrio oceánico, se informó que los niveles promedios del mar también son más altos de lo que deberían. En concreto, en los últimos 20 años se elevó un centímetro, pero esta tendencia podría precipitarse a 10 más hasta finales del siglo en curso.
El calentamiento global también es disparador de otros hechos de magnitud como son los terremotos los cuales, como se sabe, tienen incidencia en los fenómenos marítimos.
Sin dudas, en base a los antecedentes ya acontecidos y a los estudios difundidos por los especialistas las posibilidades de megatsunamis son cada vez mayores. Todas y cada una de las herramientas de previsión que la ciencia ponga a disposición serán imprescindibles para evitar sus daños colaterales.