Corriente de la niña: Las nuevas revelaciones sobre el Océano Pacífico

Corriente de la niña: Las nuevas revelaciones sobre el Océano Pacífico

Continúan las discrepancias sobre la Corriente de la niña en relación a las temperaturas del Océano Pacífico. Quiénes dicen que sí, quienes dicen que no y los efectos que este fenómeno podría tener para las poblaciones. 

Desde el último trimestre del 2024 la Corriente de la Niña se constituyó en un punto de desacuerdo entre los expertos de meteorología de todo el mundo. Desde el principio, a la hora de pronosticar el inicio del 2025, no hubo un consenso definitivo sobre su presencia. 

Ya en plena temporada en la que se supone que este fenómeno meteorológico debería estar confirmado, continúan las polémicas sobre el clima. 

Pero ¿De qué hablamos cuando decimos la Corriente de la Niña? Esta categoría corresponde a un período determinado durante el cual se enfrían las aguas del Océano Pacífico Central

Las consecuencias de esta situación son, entre otras cosas, la disminución de las precipitaciones con un importante cambio en los patrones de lluvias de toda la región. 

Dicho esto, continúan los puntos de vista meteorológicos. La principal confrontación está entre dos pilares de la materia ubicados en distintos puntos del planeta que son claves para el análisis. 

Por un lado, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, también conocida como NOAA, ratificó la Corriente de la Niña. Si bien en enero no se cumplió la previsión, sostienen que de febrero en adelante sí será una realidad. 

Mientras tanto, la Oficina de Meteorología de Australia, también mencionada como BoM, insiste con que los patrones meteorológicos actuales no son suficientes. De este modo, la agencia australiana no convalida el pronóstico de sus colegas estadounidenses. 

Las razones fundamentales por las cuales la BoM niega el fenómeno son los índices de calentamiento del Océano Pacífico en el último mes. En concreto, se verificó 1°C por encima del promedio en las costas de América del Sur.

Así las cosas, un centro meteorológico refuerza su postura en base a las corrientes atmosféricas y el otro lo desmiente por los efectos del calentamiento global. 

Durante las instancias de debate, hay cuestiones a tener en cuenta en caso que la Corriente de la Niña, finalmente, esté cien por ciento declarada.

Temas como los recursos, los insumos y las regiones más afectadas por la falta de caída de agua son algunos de los temas centrales. 

¿Puede la Corriente de la Niña afectar el valor de los alimentos?

En el actual contexto de incertidumbre sobre la presencia de la Corriente de la Niña surgen muchos interrogantes. Lo real es que Sudamérica tiene experiencia en este fenómeno, el cual ya sucedió en años anteriores. 

La última vez que tuvo lugar fue en el año 2023 y el impacto en distintos aspectos de la vida cotidiana de las comunidades fue considerable. 

Uno de los puntos más sensibles de las secuencias de la Corriente de la Niña es su incidencia sobre el valor de los alimentos. Ocurre que los sectores primarios de la agricultura se ven afectados cuando los ciclos de sequía se extienden en el tiempo. 

De este modo, hay una serie de productos sensibles ante la falta de agua que podrían escasear en la segunda parte del 2025 y son los siguientes:

  • Café
  • Azúcar
  • Maíz
  • Cacao
  • Soja 

Vale mencionar que estos faltantes, en combinación con la actual coyuntura geopolítica, puede concluir en fuertes rebotes en la economía y en las finanzas. 

Los efectos de la Corriente de la Niña en Brasil

En los últimos días se dio a conocer una previsión de temperaturas máximas extremas para Brasil. Con pronósticos que anticipan térmicas de más de 60 grados, el país sudamericano atraviesa la peor ola de calor de su historia. 

Según los especialistas se esperan jornadas de más de 40 grados de temperatura en Río de Janeiro que darán lugar al período más caluroso del que haya registro. 

Por estas razones las autoridades lanzaron una alerta y pidieron a la población que tome los recaudos correspondientes. 

En palabras de los técnicos, este cuadro es producto de la Corriente de la Niña. En principio, se suponía que el enfriamiento de las aguas del Pacífico debería equilibrar el termómetro brasilero, pero, en cambio, sucedió todo lo contrario. 

El dato paradójico es que justamente en Brasil este año se celebrará la 30° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP30. Allí se espera que los líderes del mundo comuniquen decisiones políticas mientras que uno de los países más afectados por el cambio climático es sede de la cumbre.