Por qué los especialistas alertan sobre la frágil situación en la que se encuentran los glaciares del continente africano. Cómo incide esta cuestión en el clima y qué otros casos similares existen con los que la ciencia presenta paralelismos.
Sobre los glaciares de África se difundió información de fuentes oficiales. Se trata de un reporte presentado por la Organización Meteorológica Mundial, también conocida como OMM que pone en alerta por la continuidad de la presencia de estas masas de hielo.
Como en otros casos, el calentamiento global es el factor determinante que ha generado alarmas. En esta oportunidad se trata de los glaciares de África, como ha sucedido también en anteriores oportunidades en el polo norte y en el polo sur.
Lo que ocurre es que, a causa del elevado nivel de temperaturas, el derretimiento del hielo progresa de forma veloz y eso atenta contra todas las zonas frías, incluyendo la región africana.
Según el informe de la OMM hay 240 glaciares de África que podrían desaparecer de forma inminente. Eso se confirma a causa de niveles climáticos por encima de lo que puede resistir la nieve acumulada en la región.
Al fenómeno se lo llama deglaciación y consiste en la reducción parcial hasta el derretimiento total. Además, el documento extiende datos puntuales que fueron de especial interés para todos los foros ambientalistas:
- Los glaciares más afectados se encuentran en África oriental
- Al momento solo quedan tres masas de hielo en todo el continente
- Los puntos que resisten con el monte de Kenia, las montañas Rwenzori de Uganda y el Kilimanjaro en Tanzania
- La deglaciación impulsó un cambio de patrones climáticos que incluye elevadas temperaturas y máximas extremas

Ante la divulgación del estado de los glaciares en África la Unión Africana de Economía y Agricultura Rural alzó su voz. Al respecto, el organismo expresó que la alteración del clima por el derretimiento de los glaciares de África provocará una crisis alimentaria sin precedentes.
En este sentido, las autoridades informaron que para el año 2030 podrían haber, por estos motivos, más de 118 millones de personas en condiciones de pobreza.
Más glaciares en peligro
Los glaciares de África no son los únicos que se encuentran en peligro, los casos de Groenlandia y la Antártida son severos y vienen siendo objeto de estudio desde hace tiempo.
Ocurre que entre ambas superficies hay un total de 1.700 mil kilómetros cuadrados de hielo que se encuentran en proceso de derretimiento. Esta cifra pone en jaque el 70 por ciento del agua dulce de todo el planeta, con todo lo que eso implica

Los efectos colaterales del deshielo que en Groenlandia y la Antártida son muy serios para el medio ambiente, la biodiversidad y los seres humanos.
En principio, la pérdida de los más de 1250 millones de toneladas de hielo que se han verificado han generado un impacto directo en los patrones meteorológicos. Según han verificado los investigadores el desequilibrio climático ya supera el 60 por ciento por encima de la media histórica.
Además, esto genera resabios tanto en la fauna como en el crecimiento y permanencia de todas las especies. Esto, desde luego, incluye a la agricultura y la cría de animales en el sector agropecuario. En este sentido, la seguridad alimentaria presenta una situación muy frágil para los próximos años.
De forma reciente, la Universidad de Delaware realizó un estudio. El reporte difundido por National Geographic da cuenta de un crecimiento del nivel del mar a causa del derretimiento de los polos. Los registros observados desde el año 2006 hasta la actualidad así lo confirman.
En el particular caso de la Antártida, se considera a esta zona un regulador natural del termómetro global y esa función ya no se está cumpliendo de forma regular. Esto, según el trabajo divulgado por los científicos, es la consecuencia de los últimos 40 años de calentamiento global.
Por supuesto, las expediciones sobre los glaciares de África, al igual que en Groenlandia y Antártida, continuarán con el propósito de evaluar el estado de situación.
En paralelo, se intenta dar con nuevas y posibles formas de revertir estos fenómenos que, al momento, parecen inviables. Mientras tanto, la preocupación desde el ambientalismo crece.