Una reducción drástica del plástico innecesario, evitable y problemático es crucial para resolver la crisis mundial de contaminación, según una evaluación exhaustiva realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Las verdaderas soluciones a la basura marina y la contaminación por plásticos puede ser realidad. Una transición acelerada de los combustibles fósiles a las energías renovables, la eliminación de las subvenciones y un cambio hacia enfoques circulares reducirán los residuos plásticos a la escala necesaria.
De la contaminación a la solución
Una evaluación mundial de los desechos marinos y la contaminación por plásticos muestra que la amenaza está aumentando en todos los ecosistemas, desde la fuente hasta los océanos.
La evaluación también pone de manifiesto que, aunque disponemos de los conocimientos técnicos, se necesita voluntad política y una actuación urgente de los gobiernos para atajar esta crisis creciente.
El informe alimentará los debates de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5.2) de 2022, en la que los países se reunirán para decidir el camino a seguir en la cooperación mundial.
La contaminación por plásticos en los ecosistemas acuáticos ha aumentado considerablemente en los últimos años y se espera que se duplique para 2030, con consecuencias desastrosas para la salud humana, la economía mundial, la biodiversidad y el clima.
La evaluación, publicada diez días antes del inicio de la COP 26, señala que los plásticos son también un problema climático: sobre la base de un análisis del ciclo de vida, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los plásticos ascendieron a 1,7 gigatoneladas de CO2 equivalente en 2015, y se espera que alcancen alrededor de 6,5 Gt CO2 eq en 2050, lo que representa el 15% del presupuesto mundial de carbono.
Los autores ponen en duda el reciclaje como salida a la crisis de la contaminación por plásticos.
Advierten de que las alternativas nocivas a los productos de plástico de un solo uso y de otro tipo, como los plásticos de base biológica o biodegradables, plantean actualmente una amenaza química similar a la de los plásticos convencionales.
El informe examina fallos cruciales del mercado, como el bajo precio de las materias primas fósiles vírgenes en comparación con los materiales reciclados, los esfuerzos descoordinados en la gestión informal y formal de los residuos plásticos y la falta de consenso sobre soluciones a escala mundial.
Esta evaluación proporciona el argumento científico más sólido hasta la fecha para actuar urgentemente y para emprender una acción colectiva con el fin de proteger y restaurar nuestros océanos desde el origen hasta el mar.
Los efectos y las soluciones para hacer frente a los residuos plásticos, como los microplásticos y los aditivos químicos, de los que se sabe que a menudo son tóxicos y peligrosos para la salud humana y de la fauna, así como para los ecosistemas, constituyen una gran preocupación.
La rapidez con la que la contaminación por plásticos de los océanos está atrayendo la atención pública es alentadora.
Es esencial que aprovechemos este impulso para centrarnos en las oportunidades de crear océanos limpios, sanos y resistentes.
El informe destaca que el plástico representa el 85% de los desechos marinos y advierte de que, para 2040, los volúmenes de contaminación por plástico que llegan a las zonas marinas casi se triplicarán, añadiendo al océano entre 23 y 37 millones de toneladas métricas de residuos plásticos al año.
Esto representa unos 50 kg de plástico por metro de costa en todo el mundo.
Como consecuencia, toda la vida marina -plancton, crustáceos, aves, tortugas y mamíferos- corre un grave riesgo de toxicidad, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia.
Los corales, manglares y praderas marinas también se ven asfixiados por los residuos plásticos, que les impiden recibir el oxígeno y la luz que necesitan.
El cuerpo humano también es vulnerable en muchos sentidos a la contaminación por plásticos de las fuentes de agua, que puede provocar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer.
Los plásticos se ingieren a través del consumo de marisco, bebidas e incluso sal de mesa, y luego pueden penetrar a través de la piel e inhalarse al ser transportados por el aire.
Los desechos marinos y la contaminación por plásticos también tienen un impacto significativo en la economía mundial.
Los costes económicos de la contaminación marina por plásticos, como sus efectos en el turismo, la pesca y la acuicultura, así como otros costes como los de las operaciones de limpieza, se estimaron en 2018 entre 6.000 y 19.000 millones de dólares en todo el mundo.
Se prevé que para 2040, las empresas se enfrentarán a un riesgo financiero anual de hasta 100.000 millones de dólares si los gobiernos les exigen que cubran los costes de gestión de residuos en función de los volúmenes y las oportunidades de reciclaje.
Los altos niveles de residuos plásticos también pueden provocar un aumento de la eliminación ilegal de residuos tanto a escala nacional como internacional.
La evaluación reclama una reducción inmediata de los plásticos y fomenta una transformación de toda la cadena de valor del plástico.
Es necesario seguir invirtiendo en sistemas de seguimiento mucho más sólidos y eficaces para identificar las fuentes, la escala y el destino de los plásticos, así como en el desarrollo de un marco de riesgos, del que actualmente se carece a escala mundial.
En última instancia, es esencial avanzar hacia enfoques circulares, como prácticas de consumo y producción sostenibles, acelerar el desarrollo y la adopción de alternativas por parte de las empresas y aumentar la concienciación de los consumidores para permitir elecciones más responsables.
Acerca de la campaña Océanos Limpios
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente puso en marcha la Campaña Océanos Limpios en 2017 con el objetivo de catalizar un movimiento mundial para invertir la tendencia del plástico reduciendo el uso de plásticos innecesarios, evitables y problemáticos, incluidos los plásticos de un solo uso, y eliminando gradualmente los microplásticos añadidos intencionadamente.
Desde entonces, 63 países se han comprometido a poner de su parte para mejorar la gestión de los plásticos, entre otras cosas, reduciendo la prevalencia de los productos de plástico de un solo uso.
A partir de ahora, la campaña pondrá de relieve los problemas y las soluciones desde el origen hasta el mar y hará un llamamiento para que se tomen medidas urgentes a escala mundial.
La campaña contribuye a los objetivos de la Alianza Mundial sobre la Basura Marina y el Compromiso Mundial para una Nueva Economía del Plástico.