
La contaminación plástica en las playas bonaerenses sigue siendo un problema alarmante. De acuerdo con el Censo Provincial de Basura Costera Marina 2024, que registró más de 50 mil desechos en 19 localidades de la costa de la provincia de Buenos Aires, los plásticos representaron más del 74% del total de residuos hallados sobre sus arenas.
Entre septiembre y octubre del año pasado, miembros de la Red Costera Bonaerense (RECOBO) llevaron a cabo la séptima edición de este censo. El relevamiento contó con la participación de 426 voluntarios y 45 organizaciones ambientalistas, como Greenpeace Argentina. Durante el mismo, los censistas cubrieron a pie más de 297 mil metros cuadrados de playas.
Los datos obtenidos demuestran que, a pesar de las diversas campañas de concientización que ha habido en los últimos años, los plásticos continúan contaminando los paisajes costeros argentinos. ¿Los residuos que más se encontraron? Envoltorios de un solo uso (14,17%), colillas de cigarrillo (13,34%), fragmentos plásticos (11,87%) y bolsas de nylon (8,38%).
¿Cómo impacta la contaminación plástica en la fauna marina de las costas argentinas?
Los plásticos son enemigos mortales de la biodiversidad marina. De acuerdo con Karina Álvarez, responsable de Conservación de la Fundación Mundo Marino, los veterinarios forenses encuentran residuos plásticos en los sistemas digestivos de más del 95% de las tortugas verdes marinas que la fundación rescata. Esto sucede porque los animales confunden las bolsas de nylon y otros desechos plásticos con medusas, su principal fuente de alimento.
Como consecuencia, estos y otros animales mueren por obstrucción o intoxicación. De hecho, en el año 2021, un estudio publicado en la revista científica Frontiers analizó cuáles de las 47 especies que habitan el Estuario del Río de la Plata eran las más afectadas por la contaminación plástica. ¿Los resultados? El “premio mayor” se lo llevaron las aves marinas con el 67,5%. A ellas le siguieron las tortugas con el 20% y los mamíferos marinos con un 12,5% del total.

Los expertos indican que el delfín franciscana, una especie vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es un indicador clave de qué tan alta es la contaminación plástica en el lugar. Según Pablo Denuncio, investigador del CONICET, hasta un 25% de los individuos de esta especie presentan microplásticos en sus estómagos e intestinos en la actualidad. Y por si esto fuera poco, una investigación publicada en noviembre de 2024, reveló que el 100% de los ejemplares estudiados contenía estos desechos contaminantes en su interior.
Colillas de cigarrillos: otro grave problema para las playas bonaerenses
El segundo residuo más encontrado en las playas argentinas fueron las colillas de cigarrillo, con más de 6600 unidades. Estos filtros contienen sustancias tóxicas como el arsénico y el cadmio, por lo que cada uno de ellos puede contaminar ¡hasta 1000 litros de agua! Además, cuando se acumulan en las costas ponen en peligro a la fauna marina que puede ingerirlos o sucumbir como resultado del agua contaminada.
Por si esto no fuera suficiente, las colillas de cigarrillo pueden tardar hasta 15 años en degradarse por completo. Durante todo ese tiempo, van liberando metales pesados y nicotina en el agua y la arena, afectando a los microorganismos que viven en ellas y que son esenciales para los ecosistemas costeros.
De acuerdo con estudios de la ONG Ocean Conservancy, las colillas de cigarrillo han sido el residuo más recolectado en limpiezas costeras a nivel mundial durante las últimas tres décadas. Y aunque diversas organizaciones ecologistas impulsan campañas para reducir su impacto, es necesario que el gobierno imponga regulaciones más estrictas para quienes desechan esta clase de residuos sin ningún tipo de remordimiento.

¿Qué se puede hacer para cuidar las costas del país?
Para reducir la presencia de plásticos y colillas en las costas es fundamental que se implementen políticas públicas y regulaciones sobre el uso de plásticos de un solo uso. Además, es importante que las propias empresas que producen plásticos se hagan cargo de su aporte al deterioro de los ecosistemas y tomen cartas en el asunto.
Sin embargo, la protección de las playas bonaerenses depende de cada ciudadano que las visita. Es importante que cada turista que viaje a disfrutar de estos paisajes únicos se concientice acerca de su propia huella ambiental. Solo así será posible segur disfrutando de estos hábitats naturales en el futuro.