Buenos Aires quedaría bajo el agua por el cambio climático

Buenos Aires quedaría bajo el agua por el cambio climático

El cambio climático está acelerando un fenómeno que, en los próximos años, podría poner en riesgo a las principales ciudades costeras del mundo: el aumento del nivel del mar. En este contexto y de acuerdo con estudios recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Buenos Aires es una de las capitales más vulnerables a esta amenaza.

En base a un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la ONU elaboró un análisis en el que se lista a Buenos Aires como una de las ciudades que podrían padecer inundaciones terribles en las próximas décadas a menos que los gobiernos del planeta tomen medidas urgentes para poner fin al cambio climático.

Buenos Aires: ¿por qué podría ser una de las primeras víctimas del cambio climático?

La ubicación de la ciudad de Buenos Aires la convierte en un lugar especialmente sensible a al aumento del nivel del mar. Situada a orillas del Río de la Plata y en una zona de baja altitud, la ciudad porteña se vería considerablemente expuesta a un incremento que, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), podría superar el metro veinte de altura antes del año 2100.

Por otro lado, el Servicio de Hidrografía Naval de Argentina viene advirtiendo desde hace años que si a las mareas y tormentas que azotan la región, se le sumara un nivel del mar mucho más alto, grandes sectores del área metropolitana podrían inundarse. Esto afectaría directamente a más de 15 millones de personas de barrios costeros como Puerto Madero y La Boca. 

El Río de la Plata, un factor determinante

Los expertos advierten que Buenos Aires se ve afectada por lo que llaman el «efecto estuario», es decir, un fenómeno que ocurre cuando los ríos y los mares se chocan. Este encuentro entre las corrientes del Río de la Plata y el Océano Atlántico podría provocar oleajes fuera de control ante el aumento del nivel del mar.

Lamentablemente, durante el último siglo los habitantes de la ciudad ya han vivenciado lo que las inundaciones pueden provocar. Pero miembros de organizaciones como Greenpeace Argentina y Oceana indican que en pocos años, estas catástrofes podrían ser mucho más frecuentes y severas. Es por eso que, además de trabajar para combatir el cambio climático (algo que ahora mismo no está sucediendo) el gobierno de Javier Milei debería adaptar la infraestructura de la ciudad para esta nueva realidad climática. 

Pérdidas de todo tipo

A menos que el gobierno tome cartas en el asunto, el Banco Mundial prevé que los costos por los daños derivados del cambio climático en Buenos Aires asciendan a ¡miles de millones de dólares! Para empezar, por la destrucción de las infraestructuras urbanas. Pero además, porque una de las principales fuentes de ingresos del país, el puerto de Buenos Aires, podría verse destruido, interrumpiendo el comercio internacional de granos y carne vacuna. 

Como suele suceder en estos casos, las zonas marginadas de la ciudad serán las más afectadas, ya que carecen de infraestructura para enfrentar esta clase de desastres naturales. Las personas que viven en las áreas de la ciudad que se inundan con mayor frecuencia, como la zona sur, se verán obligadas a abandonar sus hogares, generando un éxodo masivo hacia áreas más elevadas.

¿Qué se puede hacer para evitar este apocalipsis climático?

La mejor manera de combatir los futuros efectos del aumento del nivel del mar es seguir el ejemplo de naciones que ya han enfrentado esta amenaza. En los Países Bajos, por ejemplo, se han implementado sistemas avanzados de diques y barreras para proteger a sus ciudadanos. Además, es imperioso rediseñar los sistemas de drenaje para evitar que sigan colapsando ante la más mínima tormenta.

Otra opción ecológica que podría ayudar es restaurar los humedales que rodean el área metropolitana. Mientras muchos empresarios inmobiliarios siguen especulando con estas tierras y desarrollando proyectos que invaden a la fauna nativa, estos ecosistemas actúan como una barrera natural que absorbe el exceso de agua y, por lo tanto, ayuda a mitigar el impacto de las inundaciones. 

Una carrera contrarreloj para salvar a Buenos Aires del agua

La palabra de la ONU y otras organizaciones internacionales debería despertar a la población de la ciudad de Buenos Aires. Porque lamentablemente, por mucho dato científico y proyección que se haga, nada cambiará a menos que los ciudadanos que habitan la ciudad todos los días salgan a reclamarle al gobierno que tome medidas drásticas para enfrentar el cambio climático.

Más de 1500 kilómetros de costa están en riesgo en la región del Río de la Plata (no solo la capital, sino también áreas clave de la provincia de Buenos Aires). La vida de las próximas generaciones de porteños y bonaerenses en este lugar, dependen pura y exclusivamente de las decisiones que se tomen hoy.