Durante una expedición en el mar, unos investigadores descubrieron un agujero en el fondo del océano. Según ellos, este descubrimiento no augura nada bueno
Olvídese de la amenaza nuclear, el riesgo de guerra o el temor a una nueva epidemia. En Estados Unidos, hay un acontecimiento natural que podría poner al país de rodillas, y no se puede combatir: el Big One.
Según los geólogos, este terremoto masivo, causado por movimientos a lo largo de la falla de San Andrés, se repite cada 150 años aproximadamente.
¿El más reciente? Fue en 1906.
Por tanto, el terremoto es relativamente inminente, pero en un momento en que nuestros conocimientos científicos avanzan en el campo de la geología, los investigadores acaban de hacer un descubrimiento bastante preocupante.
Una fuga detectada en el suelo del océano
Mientras navegaban frente a las costas de Newport, en el noroeste de Estados Unidos, unos investigadores detectaron burbujas procedentes del fondo del océano. Intrigados por este fenómeno insólito, que descubrieron por casualidad, los científicos enviaron un robot para inspeccionar esta «fuente submarina», apodada el Oasis de Pythia.
«Exploraron en esta dirección y lo que vieron no fueron sólo burbujas de metano, sino agua que salía del fondo del océano como una manguera de jardín», explica el geólogo Evan Soloman en un comunicado de prensa. Y añade: «Esto es algo que nunca antes había visto y, que yo sepa, nunca antes se había observado».
Entonces, ¿por qué gotea el suelo y qué tiene que ver este descubrimiento con el próximo Big One? En un estudio reciente, los investigadores explican cómo este «agujero» nos dice más cosas sobre la tectónica de placas.
Un «lubricante» para las placas tectónicas
El oasis de Pythia se encuentra en la zona de subducción de Cascadia, una falla entre la placa de Juan de Fuca y la placa norteamericana. Para explicar lo que ocurre en esta falla, Evan Soloman compara la región con una gigantesca mesa de air hockey, donde el agua sustituye al aire:
«Si la presión del fluido es alta, es como si el aire se activara, lo que significa que hay menos fricción y las dos placas pueden deslizarse. Si la presión del fluido es menor, las dos placas se atascan: es entonces cuando puede acumularse la tensión».
En otras palabras, el agua es una especie de lubricante para las placas tectónicas. Y si este lubricante se escapa, como ocurre en este caso, significa que la presión entre las placas tectónicas es mayor y, por tanto… aumenta el riesgo de que se produzca un terremoto.
Sin embargo, esto no significa que el Big One vaya a producirse mañana: sin duda es la primera vez que se observa este tipo de fenómeno, pero como dicen los investigadores, la geología es un campo relativamente reciente de la ciencia.
A fin de cuentas, este tipo de descubrimientos nos permite aprender más sobre la tectónica de placas y, en última instancia, predecir mejor futuros terremotos.