¿Qué es la acidificación de los océanos? ¿Cuáles son sus causas? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Cómo se puede reducir la acidificación de los océanos?
Definición de acidificación oceánica
La acidificación de los océanos es la disminución gradual del pH de los océanos. Esta acidificación es el resultado de la contaminación causada especialmente, de forma directa o indirecta, por la acción humana.
A medida que el océano se vuelve más y más ácido, los ecosistemas oceánicos empiezan a verse afectados.
De este modo, podemos decir que la acidificación de los océanos es un fenómeno complejo con múltiples consecuencias para el equilibrio del ecosistema global. De hecho, cada vez son más los científicos preocupados por la aceleración de la acidificación de los océanos.
El Observatorio Regional Latinoamericano de Acidificación de los Océanos está conformado por países latinoamericanos. El equipo de Argentina está coordinado por la investigadora Betina Lomovasky y ella es la que integra el grupo de expertos que nos cuenta sobre este fenómeno.
Acidificación oceánica: ¿Qué es? Explicaciones del fenómeno
¿Cuál es el pH del océano?
Como todos los fluidos, los océanos tienen un pH, es decir, un potencial de hidrógeno. Este pH es una forma de medir la actividad de los hidrones en el fluido, es decir, el grado de acidez y basicidad del líquido.
Mientras que un pH bajo significa un fluido más ácido, cuanto más alto es, más alcalino es.
El pH medio de los océanos se sitúa normalmente en torno a 8,25: este nivel es el que permite el desarrollo óptimo de la vida marina tal y como la conocemos hoy. El problema es que, desde hace varias décadas, el pH de los océanos tiende a disminuir: ahora tiene un pH de alrededor de 8,14.
¿Por qué se están acidificando los océanos?
Las causas de la acidificación de los océanos son múltiples. Las tres principales son
- la absorción excesiva de CO
- la absorción por el océano de compuestos nitrogenados
- la absorción por el océano de compuestos de azufre
Acidificación oceánica debida a la absorción de CO2
El CO2 absorbido por el océano es el principal responsable de la acidificación global de los océanos.
En efecto, desde la revolución industrial, las sociedades humanas liberan en la atmósfera importantes cantidades de gases de efecto invernadero, entre los que destaca el CO2, causante, entre otras cosas, del calentamiento global.
Pero todo este CO2 no permanece en la atmósfera: una parte es absorbida por las plantas y los árboles, pero la mayor parte es absorbida por los océanos (alrededor de un tercio).
El CO2 se disuelve poco a poco en el agua y esto produce (entre otras cosas) ácido carbónico que reduce el pH del agua.
Durante 250 años, el océano ha absorbido cientos de millones de toneladas de CO2 en todo el mundo, y todo este excedente de CO2 ha contribuido en gran medida a aumentar el nivel de acidez de los océanos.
El papel de los compuestos de nitrógeno en la acidificación de los océanos
Las actividades humanas, y en particular las agrícolas, contribuyen a la emisión a la atmósfera de grandes cantidades de compuestos nitrogenados, representados en particular por el N 2 O (óxido nitroso).
Cuando estos compuestos nitrogenados se disuelven en el océano, también tienen propiedades acidificantes y contribuyen a la acidificación global de los océanos.
Comparada con la acidificación provocada por el aumento de las emisiones de CO2, la generada por la alteración del ciclo del nitrógeno es bastante baja, pero empieza a ser motivo de preocupación, sobre todo cerca de las costas donde las actividades agrícolas son importantes.
Acidificación de los océanos: ¿Qué consecuencias tiene?
La acidificación es un grave problema ecológico. Aunque un descenso de 0,1 puntos de pH pueda parecer irrisorio en sí mismo, un cambio de este tipo puede tener consecuencias importantes en el ecosistema.
Consecuencias de la acidificación de los océanos en el plancton
Una de las principales consecuencias de la acidificación de los océanos es que afecta a la capacidad de renovación del plancton oceánico.
En efecto, muchas especies de plancton necesitan un pH específico para crecer. Si el pH es demasiado bajo (el océano es demasiado ácido) estas especies ya no consiguen estructurar sus esqueletos calcáreos y tienen problemas para desarrollarse.
Pero el plancton está en la base del ecosistema marino. Sirve de base a la cadena alimentaria, pero lo más importante es que contribuye a la oxigenación de los océanos. Y, por extensión, el plancton también contribuye a la producción de oxígeno en la atmósfera.
En resumen: cuanto más ácido se vuelve el océano, menos plancton crece y menos oxígeno se produce para el equilibrio oceánico y atmosférico. En última instancia, si las poblaciones de plancton se colapsan, esto podría afectar a la cantidad de oxígeno en el aire que respiramos.
Consecuencias de la acidificación de los océanos en los corales
Del mismo modo, los científicos creen que la acidificación de los océanos afecta a los corales. Los corales son animales con estructuras a menudo calcáreas, que constituyen la base de entornos ecológicos muy ricos en biodiversidad: los arrecifes de coral.
Al igual que el plancton, en un entorno ácido, el coral tiene más dificultades para desarrollar sus estructuras calcáreas, lo que lo hace más vulnerable.
Se cree que gran parte de la degradación del coral en el mundo es atribuible a la acidificación de los océanos.
Al desaparecer, el coral suele llevarse consigo todo un ecosistema de peces, algas y organismos endémicos que constituyen una importante cadena del mundo marino.
Consecuencias de la acidificación de los océanos en la biodiversidad marina
La acidificación de las aguas oceánicas también tiene diversas repercusiones en la biodiversidad marina. Peces, crustáceos, algas y organismos marinos reaccionan de forma diferente a la evolución del pH.
Los científicos han demostrado que algunos peces experimentan cambios en su comportamiento o metabolismo cuando disminuye el pH. Algunos permanecen más frágiles y otros empiezan a tener problemas para encontrar su alimento y se marchan a otros lugares, alterando el equilibrio local.
Por ahora es difícil evaluar todos los efectos de la acidificación de los océanos en la vida marina, pero es probable que tenga consecuencias muy importantes a largo plazo.
Otros efectos y consecuencias de la acidificación de los océanos
La acidificación de los océanos también puede tener otras consecuencias para los ecosistemas marinos que aún son difíciles de comprender a la perfección.
Desde la circulación oceánica hasta la mortalidad de los crustáceos, pasando por la toxicidad o la erosión, la acidificación de los océanos es una amenaza ecológica sistémica que a veces resulta difícil de cuantificar.
Las soluciones para reducir la acidificación de los océanos
La principal forma de luchar contra la acidificación de los océanos es reducir las emisiones de CO2 de origen humano. Si disminuye la cantidad de CO2 liberada a la atmósfera, también disminuirá el CO2 disuelto en el océano, lo que frenará el fenómeno de acidificación.
Además, limitar las emisiones de nitrógeno y azufre también es una forma de reducir la acidificación de los océanos, aunque el impacto de estas emisiones es mínimo comparado con el impacto del CO2.
El problema es que estas medidas implican redefinir en profundidad nuestro sistema económico.
En efecto, para reducir las emisiones mundiales de CO2, debemos reducir masivamente nuestro consumo de energía, cambiar nuestros hábitos de consumo y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Se trata, por tanto, de un verdadero proyecto de transición ecológica que hay que poner en marcha urgentemente.
La acidificación de los océanos en el mundo
En 2014, un estudio realizado por un equipo de investigadores del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia trató de cartografiar el fenómeno de la acidificación de los océanos en todo el mundo.
Los resultados muestran que todos los océanos del planeta se ven afectados por el fenómeno. Geográficamente, son sobre todo las zonas ecuatoriales y los océanos más cercanos a los polos los que se ven afectados.
El Pacífico ecuatorial se ve afectado en gran medida, pero de forma más significativa en su parte norte, cerca de las costas rusas y norteamericanas.
En general, las zonas cercanas a la costa se ven muy afectadas por la acidificación de los océanos.