Más de tres cuartas partes de las especies animales que viven en las oscuras profundidades de los océanos tienen la capacidad de producir luz
En el océano, a cierta profundidad, reina la oscuridad total. Sin embargo, hay muchas especies que emiten luz.
¿Hasta qué punto está extendida esta bioluminiscencia? En los medios costeros, menos del 2,5% de las especies son bioluminiscentes, pero se cree que en las profundidades predomina.
Estos son los resultados de un estudio detallado realizado por el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey, California, que analizaron un gran número de películas tomadas por vehículos submarinos teledirigidos.
¿Qué es la bioluminiscencia?
La bioluminiscencia es el resultado de la oxidación de una molécula llamada luciferina por los organismos vivos.
Este proceso químico difiere de la fluorescencia y la fosforescencia, que requieren una fuente de luz externa.
La luz emitida por la bioluminiscencia se presenta principalmente en una gama de colores que va del azul al verde. Este fenómeno tiene numerosas funciones para los animales: atraer a sus parejas sexuales, atraer a sus presas, comunicarse, etc.
En este estudio, los especialistas recopilaron cerca de 350.000 observaciones de especies marinas realizadas entre 1999 y 2016 por ROV hasta 300 kilómetros de la costa californiana.
A continuación, contaron y clasificaron la fauna en función de la bioluminiscencia, las especies y la profundidad a la que fueron observadas, desde la superficie hasta una profundidad de 3.900 metros.
Se comprobó que más de tres cuartas partes de las especies eran bioluminiscentes, una proporción que se mantiene relativamente estable en toda la columna de agua, aunque el número total de organismos disminuye con la profundidad.
En los cnidarios, sobre todo las medusas, esta cifra supera el 95%. Como señala Séverine Martini, «la bioluminiscencia dista mucho de ser un fenómeno exótico, observable únicamente en algunos peces abisales». Se trata de una propiedad muy extendida.
El uso de ROV ha demostrado su eficacia, pero también tiene sus límites. El ruido del motor y la luz de los reflectores pueden ahuyentar a ciertas especies.
Además, la resolución de las cámaras y, por tanto, la posibilidad de identificar animales ha mejorado con el tiempo.
En la actualidad, sin embargo, los ROV se consideran uno de los instrumentos más adecuados para este tipo de estudios en un entorno oceánico extremadamente difícil.
A pesar de los prejuicios, los investigadores han demostrado en cualquier caso con este estudio que la bioluminiscencia, al ser una característica muy extendida, podría utilizarse para detectar biomasa en el océano profundo y seguir su evolución.