Cómo se generó el proyecto que busca preservar animales en peligro y proteger a la biodiversidad en las costas del golfo de México. El trabajo de los pescadores por salvar su espacio y las características de un pueblo que hoy es inspiración en cuanto a proteccionismo y conservacionismo.
Animales en peligro y biodiversidad en alerta fueron los dos disparadores centrales que iniciaron un movimiento sin precedentes en la región de Zapotitlán.
Esta localidad situada frente al Golfo de México sentó precedentes en la región a partir de una comunidad pesquera comunitaria que se ocupa del cuidado de los ecosistemas marinos.
Desde el año 2020 los grupos de pescadores comenzaron a organizarse con el propósito de preservar los arrecifes de corales.

La idea surgió a partir de un estudio que llevó adelante la Comisión Nacional de Áreas Naturales, conocida como CONANP en el 2018. El trabajo tenía el objetivo de crear una zona protegida en las costas.
Los arrecifes de coral son refugio para muchas especies de invertebrados que son fundamentales en la cadena alimenticia de animales en peligro de extinción. Es por eso que su preservación es foco de tantas investigaciones científicas y campañas ambientalistas.
En aquel momento la iniciativa se chocó de lleno con la oposición de varias comunidades de pueblos originarios. La confusión surgió a partir de la creencia de que la protección de la costa impediría la pesca como medio de vida.
A partir de este enfrentamiento los pescadores comenzaron su organización y trabajo de concientización. Así apareció una opción intermedia que fue la creación de la primera cooperativa comunitaria devenida en reserva pesquera.
El proyecto se extiende por 24 hectáreas marítimas y más de dos kilómetros de espacios de arrecifes.
El fundamento principal es que, de este modo, se resguardan las áreas en las cuales se desovan los peces que más rédito comercial generan. Variedades como el mero Goliat o el róbalo se convirtieron en animales en peligro de extinción lo cual hace temblar el equilibrio económico de las poblaciones.
Para argumentar la perspectiva positiva del plan, los trabajadores se basaron en los pésimos números de la pesca en los últimos años. Según algunos testimonios, la actividad pasó en 10 años de promedios de 100 a 10 kilos por cada gestión.
Una de las medidas fundamentales para que la reserva prosperara fue el impedimento de acceso a las costas, incluso para los propios habitantes locales.
Con esta iniciativa, además de la recuperación económica, Zapotitlán vivió otro proceso en paralelo como lo es el monitoreo científico. Los técnicos comenzaron a chequear la evolución de la costa y el estado de los arrecifes. En este sentido, el punto geográfico estratégico es Punta de San Pedro, en Los Tuxtlas.
Vale mencionar que toda esta movilización contó con el apoyo de los organismos del estado. La Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, mencionada como CONAPESCA, fue una de las que aceptó e impulsó la propuesta.
De este modo, con la colaboración integral de pescadores, pobladores, investigadores y del Estado se inició un camino en conjunto. Así fue el comienzo de un caso único en México que bien puede ser inspiración para otros países de América Latina y del mundo.
Acerca de Zapotitlán, el pueblo que protege sus animales en peligro
El estado mexicano de Puebla cuenta con 217 municipios y Zapotitlán es uno de ellos. Ubicado en un punto en la zona sureste del mapa, este pueblo está situado al frente del golfo de México.
Con una altitud de 2.500 metros sobre el nivel del mar, el principal afluente es el río Papaloapan.
Según diversas interpretaciones el nombre Zapotitlán se relaciona con pueblos originarios ancestrales que habitaron el lugar.
Si bien su principal industria es la producción de sal, también se beneficia del turismo y de los capitales extranjeros que inviertan en tierras.
La pesca no forma parte de uno de los principales sectores económicos de Zapotitlán, con lo cual se trata de una forma de sustento de las poblaciones de clases populares.
Toda la labor realizada por los trabajadores del mar para preservar a los animales en peligro y a la biodiversidad cobra doble mérito en el contexto de esta población. Un caso más en el que el compromiso de las comunidades marca la diferencia y sienta precedentes.
